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viernes, 3 de julio de 2009

EL DEBUT DE LOS ROLLING STONES Y LA MUERTE DE BRIAN JONES


Se cumplen 45 años del primer álbum de los Stones, en tanto que el 3 de julio de 1969, el guitarrista Jones se suicidó. Por el primer hecho, nació el blues blanco. Aquí, el mismo Keith Richards explica su relación con el género negro. Por el segundo, terminó el idealismo de los ´60.

Dos grandes hitos de la historia del rock

Por: Alfredo Rosso

TRIBUTO EN HYDE PARK. El concierto en homenaje a Jones, en 1969.




YOU BETTER MOVE ON (1964), con Brian Jones, cinco años antes de su muerte y en pleno apogeo anti-beatle.


En julio de 1964, los Rolling Stones disfrutaban de su primer puesto número uno en Inglaterra: It's all Over Now (Womack & Womack). Pero la piedra fundacional del blues blanco ya estaba rodando con la edición de su disco debut, unos meses atrás. ¿Cuál fue el contexto que permitió que tal milagro sucediera?

Todavía flotaban en el aire recuerdos de las privaciones de posguerra: el racionamiento de comida y de electricidad, y en las principales ciudades británicas aún podían verse a lo largo y ancho las tremendas cicatrices que habían dejado las bombas nazis en el tejido urbano. Sin embargo, la reconstrucción avanzaba, y no solamente en el campo edilicio. En la música, esos primeros años '60 verían una auténtica revolución: la del blues blanco inglés.

La saga de los Stones comenzó con Alexis Korner, un cantante y guitarrista por cuyas venas corría sangre turca, griega y austríaca, que había descubierto el blues poco después de llegar a Inglaterra con su familia, proveniente de París con su familia en medio de la Segunda Guerra Mundial. Terminado el conflicto, Korner comenzó a tocar blues en clubes y salones de baile, aprovechando una invitación del Chris Barber, por entonces director de una banda de jazz muy popular. A fines de los '50, sin embargo, Alexis había convencido a otro entusiasta del blues, el armoniquista y cantante Cyril Davis, de formar un conjunto de blues, la Blues Incorporated. Korner y Davis se hicieron fuertes en el club Ealing, en el barrio Richmond, y desde su modesto reducto blusero consiguieron cautivar a toda una nueva generación de aspirantes a bluesmen, quienes fueron engrosando la formación de la Incorporated. Entre los jóvenes que se sumaron al proyecto estaban el cantante Mick Jagger y sus amigos Keith Richard y Brian Jones, que tocaban la guitarra eléctrica, y un baterista llamado Charlie Watts. El repertorio de la Blues Incorporated se basaba en covers del blues eléctrico de Chicago y otras composiciones más antiguas.

De la Blues Incorporated surgió la Graham Bond Organisation -con la futura base rítmica de Cream, Jack Bruce y Ginger Baker- los Pretty Things y los Rolling Stones. Como toda naciente banda inglesa de blues los Rolling tocaban temas fundacionales del género y también del rock de los '50; material de Muddy Waters, Bo Diddley y Chuck Berry, entre otros. Pero a diferencia de varios de sus competidores, los Stones podían hacerlo con autoridad y destreza. Su primer territorio musical fueron clubes londinenses como el Crawdaddy y, ya con Andrew Loog Oldham como manager, el Marquee.

Dick Rowe, el ejecutivo de Decca que había cometido la gaffe de rechazar a los Beatles, fichó inmediatamente a los Rolling Stones ni bien escuchó unos demos que le acercó Andrew Loog Oldham. Como probando las aguas, los Stones debutaron con un sencillo rock de Chuck Berry, Come On, pero al momento de entrar a grabar su álbum debut, la premisa fue sacar al terreno toda la artillería. Así fue como, a fines de abril de 1964 -fines de mayo en Estados Unidos- apareció uno de los álbumes debut más importantes e influyentes del rock y el blues inglés.

The Rolling Stones comenzaba con Route 66. Su autor era Bobby Troup, un compositor, pianista y cantante que había escrito temas para Frank Sinatra, Nat King Cole y varias bandas de película. Después venía el clásico de Willie Dixon I Just Wanna Make Love To You que dio a conocer al mundo en un principio el gran Muddy Waters. El arreglo más rápido y enérgico de los Stones demuestra claramente que no eran una mera imitación de sus ídolos.

Otra de las piezas selectas de este debut fue Honest I Do, de otro ídolo del grupo: Jimmy Reed, quien tuvo un puñado de éxitos para el sello Vee Jay en los años '50 y '60 y también compuso el clásico Baby, What You Want Me To Do. Los Stones también ratificaron su admiración por otro ilustre representante de la escena de blues estadounidense, Bo Diddley. Con su estilo rítmico entrecortado y su uso habitual del slide guitar, Diddley tuvo una enorme influencia en la joven escena inglesa. En este primer disco, los Stones reproducen respetuosamente su tema Mona, I Need You Baby.

Aunque el principal referente de los primeros Rolling Stones era el blues de Chicago, también estaban abiertos al soul. El cantante Rufus Thomas fue una de las grandes estrellas del sello Stax, y su hit más recordado fue Walking The Dog, elegido por los Rolling para cerrar este disco. Por su parte, Marvin Gaye, fue un coloso del sonido de Motown. Eligieron su tema Can I Get A Witness.

Consciente de las ventajas de componer material propio, Andrew Loog Oldham presionó a Jagger y Richards para que escribiesen temas juntos. Los esfuerzos de Mick y Keith en este primer disco son algo tibios, pero se hacen presentes con la balada Tell Me You're Coming Back y en Little By Little, canción compuesta en sociedad con el productor Phil Spector. Hay también un tema instrumental, Now I've Got A Witness Like Uncle Phil And Uncle Gene, resultado de una zapada.

En 1964, los Stones respiraban autenticidad en su repertorio de blues, algo que era percibido instantáneamente por su audiencia. Si su imagen escénica resultaba amenazante para el recatado inglés medio, esto tenía que ver con la sensualidad y sexualidad natural de la música y con las letras sugestivas de temas como la del bluesman Slip Harpo, I'm A King Bee, cuya letra decía: "Soy el rey abeja, tengo un aguijón que pica muy lindo y puedo hacer rica miel, nena; dejame entrar". El álbum se completaba con una bala da clásica You Can Make It If You Try, del compositor y productor de Nashville Ted Jarrett, y con Carol, otro clásico de Chuck Berry.

Crudo, lírico, sensual, excitante, este primer álbum de los Rolling Stones -que en estos días cumple 45 años- fue un hito, ya que se pasó varios meses al tope de las listas de ventas de álbumes ingleses. La banda pronto tendría muchos seguidores, ya que en los meses siguientes bandas como los Yardbirds, los Animals, los Pretty Things, el Spencer Davis Group llegarían al disco y consolidarían el blues blanco inglés, que iba a alcanzar un pico de excelencia en 1966 con Bluesbreakers, de John Mayall y Eric Clapton. Ya el blues made in England era ya una realidad irrefutable: los Stones habían mostrado el camino.

El final de una era

Cuenta Keith Richards que un día Brian Jones llamó a la revista Jazz news. "Queremos poner un anuncio: Banda disponible para tocar; pueden encontrarnos...", arrancó Jones. "¿Cómo se llaman?", le preguntaron. Jones, entonces, leyó en voz alta la contratapa del sobre de The Best of Muddy Waters: "Rolling Stones".
Era 1962. Hacía un año que había dejado Cheltenham, donde había nacido el 28 de febrero de 1942, para instalarse en Londres. Atrás habían quedado Simon, Julian Mark y una tercera hija, a la que se agregarían tres más. Se metió en el circuito blusero y se cruzó con Charlie Watts, Keith Richards y Mick Jagger, la química de la música hizo lo suyo y el músico empezó a escribir su propia leyenda. "Brian tuvo un papel decisivo en el éxito inicial de la banda", dice Charlie Watts en el libro According to The Rolling Stones.
Pero su lugar en el centro de las fotos cedía, de a poco, ante el liderazgo que Jagger mostraba sobre el escenario, y también en la composición y el estudio de grabación, donde Jones destellaba en arreglos o en la ejecución de instrumentos poco comunes, como la cítara, la flauta, la guitarra slide, el dulcimer o el saxo.
Su inseguridad y su paranoia fueron el puente a un cóctel de alcohol, estimulantes, ácido, que marcaron su rumbo desde entonces, en medio de raids judiciales y la doble traición de su pareja Anita Pallenberg, quien lo reemplazó por su compañero Richards, y de los Stones, quienes lo abandonaron en Marruecos. Hubo una internación para controlar las adicciones y se mudó a una granja en Hartfield, en Easy Sussex, antigua propiedad de A. A. Milne, autor de Winnie the Pooh. Allí, el 8 de junio de 1969, Jagger, Richards y Watts le anunciaron su salida de la banda. Allí discutía con el constructor Frank Thorogood, quien le reclamaba una deuda. Allí, el 2 de julio, su ex Suki Potier y Paul McCartney, entre otros, habrían participado de una fiesta. Y allí, el 4 de julio, fue encontrado muerto, en la pileta de natación.
Su muerte, la primera de la serie que sumó a Jimi Hendrix, Jim Morrison y Janis Joplin, comenzó a revelar que la forma de vivir que encarnaba el idealismo y la experimentación de los '60 era desde entonces, una forma de morir. "Suicidio", dictaminaron los investigadores. Pero 40 años después, el misterio sigue vivo.

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