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sábado, 4 de julio de 2009

Astor Piazzolla_ENTREVISTA



En 1982 el periodista Jorge Escalante entrevistó
en un hotel
de Berlín Occidental
al legendario músico.
Este miércoles se cumplen 15 años de la muerte del hombre que revolucionó el tango y acá lo homenajeamos.
Ahora que releo la entrevista, siento algo de vergüenza.
Si lo hubiese apretado más, si le hubiese preguntado por qué dedicó una composición suya a Salvador Allende como homenaje póstumo y luego aceptó almorzar con el dictador argentino Jorge Rafael Videla.
Visita que su hija Diana nunca le perdonó.


Pero Piazzolla era así. Para él sólo existía la creación y su tremendo ego. Y es que tenía de sobra por qué cultivar ese ego.
Pero en 1982 cuando aceptó esta entrevista, yo recién comenzaba a estudiar su obra.
Antes, una noche en París, Brigitte, un fugaz amor de exilio, me dijo al despertar:
¿Sabes por qué me gusta Piazzolla?
No, le contesté.
Porque su bandoneón primero me penetra por el estómago.
Me sorprendió. ¡Qué se cree esta francesa hija de puta que me viene a dar lecciones de tango y Piazzolla!, pensé. Pero nunca olvidé lo que me dijo.
La tarde anterior había tocado con su quinteto en la Filarmónica de Berlín Occidental.
Y ahora lo tenía enfrente, revolviendo ruidosamente su café en el salón del hotel.
-¿Dónde va a publicar esta entrevista?, me preguntó.
No sé, respondí y temí que me echara porque lo hacía perder el tiempo.
-Bueno, cuando la publique, mándemela a Punta del Este en Uruguay.
Tras escucharlo hablar, caminando por la calle, comprendí que tenía el don de la creación de los grandes clásicos (los grandes, no los miserables), pero también tenía el alma arrabalera por donde desenvainaba el puñal del tango.
¡Y pensar que Brigitte lo descubrió antes!

EN NUEVA YORK CON GARDEL

-¿Cuándo se inició en el tango con el bandoneón?

-Cuando tenía 13 años, en Nueva York.
Fue cuando vino Gardel a cantar a la ciudad.
Yo estaba ahí y lo acompañé y después hice un disco con él.


-¿Fue su primer disco?

-Exacto, y tocando con Gardel, eso fue en el año 1934 o 1935.

¿Cuánto tiempo vivió en Estados Unidos?

-Casi 17 años y luego me fui a Buenos Aires donde me radiqué.
Pero siempre estuve saliendo.
Estuve en Francia, Roma… siempre me he llevado viajando, haciendo música afuera de Argentina, pero mi casa es Buenos Aires.

-¿Con quiénes tocó en Argentina?

-Toqué con la Orquesta de Aníbal Troilo y a partir de 1944 tuve mi propia orquesta.
Eso me llevó a hacer lo que hago hasta hoy, cambiando constantemente el tango.

-¿Qué ocurrió cuando empezó a variar el tango?

-Me trajo muchos problemas porque la gente está acostumbrada a un tipo de cosa, pero yo cambio y eso me trae problemas.
-Pero no cualquiera llega y cambia el tango…
-Creo que yo tenía las condiciones para ese cambio, ese es el gran asunto y el problema.
Es que casi siempre primero hice música clásica, y sólo a veces tocaba tango.
Hay mucha gente que quiere cambiar pero no tiene condiciones, no tiene conocimientos musicales suficientes para cambiar, especialmente la gente joven.

(Hoy, la gente joven es todo lo contrario-RBerdi)

-¿Cuál es la relación que hoy tiene la gente joven con el tango en Argentina?

-Nuestra gente joven deja mucho que desear porque es muy extranjerizante, hace mucha música americana o inglesa y no tienen sentido nacional.

(Que diferente a lo que es hoy en día ! -RBerdi)

Yo estoy a favor de todo lo que es nacional.

-¿Qué país de Latinoamérica destaca por ese sentido nacional para cultivar el arte musical?

-Brasil es la más grande lección de toda Latinoamérica en ese sentido.

POR ARRIBA Y POR ABAJO

-Con el cambio ¿se fue del tango o éste quedó en alguna parte de su creación?

-Mi música siempre tiene un estado de tango, continuamente.

-¿Dónde permanece el tango en su música?

-Por abajo, y por arriba es todo música, la música anda por arriba, donde yo elaboro y trabajo mucho las cosas, pero abajo siempre está el tango.
-O sea, cree que nunca se fue del alma y el sentimiento del tango.
-Yo nunca he dejado de hacer tango.

-Además de aburrirse, ¿porqué decidió variar, innovar, irse del tango por arriba, como dice, pero seguirlo amando en sus composiciones, por abajo?

-Porque soy feliz haciendo esto, me hace bien espiritualmente, artísticamente.
Me gusta estar renovando constantemente porque me hace bien a mí.
El primero en asombrarse soy yo, al primero que tiene que gustarle es a mí.
























-¿Qué marcó para Usted. su “Balada para un loco”?

-En algún sentido marcó el tango canción el año 1969.
Fue un golpe muy fuerte en la Argentina porque la gente tampoco estaba acostumbrada.
Y yo lo cambié y se armó el gran lío.
La “Balada para un loco” fue una batalla.

¿Qué importancia tuvo este cambio del tango-canción, en relación a su otra innovación del tango-música?

-Fue un puente para que la gente pudiera aceptar mi otra música, porque mi música instrumental es complicada.
La “Balada para un loco” es más simple, pero mi música instrumental es mucho más complicada, es difícil.

¿Qué fue para Usted tocar anoche en la Filarmónica de Berlín durante este festival de música latinoamericana?

-Fue una emoción muy grande, sabiendo que ahí estaba siempre la orquesta Filarmónica de Berlín.
Fue emocionante, y nos fue muy bien con mi conjunto porque traíamos un mensaje musical que la gente aceptó.

-¿Cuáles son los lugares más importantes donde ha tocado?

-Bueno, por supuesto la Filarmónica de Berlín, pero también en el Lincoln Center de Nueva York, el Kennedy Center de Washington, el Champs Elisse de París, el Teatro Colón de Buenos Aires, el Teatro Municipal de Río de Janeiro, he tocado siempre en las mejores salas del mundo.

CHILE INOLVIDABLE

-¿Tocó alguna vez en Chile?

-Sí, en el Teatro Municipal, y también di un concierto inolvidable en la Universidad Católica, más o menos en el año 1972.
Fue inolvidable, un público fabuloso
.
-¿Cuáles son sus recuerdos más gratos?

-Los músicos importantes que he conocido y que están de acuerdo conmigo.
Nosotros los músicos nos amamos aún sin conocernos, sin habernos visto nunca la cara y eso es muy lindo, porque sabemos que no estamos solos en el mundo.

¿Cuál es su tipo de composición predilecta?

-He hecho música para cine, para ballet, pero mi chiche predilecto es la música para quinteto.

-¿Cuántas obras tiene compuestas hoy a 1982?

-Tengo más de 600 obras, pero para mi no es un concurso de quién tiene más obras, sino si están bien o mal escritas.
De esas 600 obras creo que un 90 por ciento son obras que yo quiero entrañablemente, pero hay otras que no quiero tanto.

¿Cuál es su preferida?

-La que dediqué a mi padre cuando murió, “Adiós Nonino”, que significa abuelo en italiano, es también uno de mis temas que más gustan en todos lados.
“Adiós Nonino” es un clásico y me ha dado muchas satisfacciones en el mundo.

-¿Dónde vive ahora?

-Estuve hasta ahora en París, pero ahora vivo en Punta del Este, al frente de Buenos Aires, ahí estoy por el momento.

¿Es su tipo de vida, andar allá y acá?

-Sí, siempre en movimiento porque no paro nunca.
Hay que ser un buen músico pero además hay que tener buena salud para hacer todo esto.

-¿Cómo lo hace para crear con una vida tan agitada, de ciudad en ciudad y de país en país?

-A veces compongo en los hoteles, tratando también de descansar y estar bien para tocar, pero viajando estoy constantemente preocupado por la gente que vamos a conocer.

-A su edad y con su fama, ¿le preocupa todavía cada vez que toca ante un público nuevo?

-Para mí enfrentarme a un público nuevo es siempre una emoción, el artista siempre está ávido de conocer nueva gente, nuevo público, para ver la reacción.

-¿Y cuáles son los resultados?

-Bueno, a veces uno queda con algo de tristeza porque no encuentra siempre el público que uno quiere, pero hasta ahora no me puedo quejar.

-En la Filarmónica dedicó uno de sus temas a los soldados argentinos que murieron en la guerra de las Malvinas hace cuatro meses. ¿Qué fue para Usted esta guerra?

-Un dolor muy grande por una guerra estúpida, las guerras son estúpidas porque nunca nadie gana nada, lo que se hace siempre es perder, se pierden vidas.

-¿Son argentinas las islas Malvinas?

-Son argentinas, pero en el fondo no me importa mucho, prefiero tener a mi gente contenta y que no haya más necesidad de que se mate gente para recobrar una isla que, que según dicen es nuestra.
Ya sé que es nuestra, pero no me preocupa tanto, me interesa más la vida de los soldados. Pasamos 150 años sin tener las Malvinas y no nos vamos a preocupar ahora, por eso dediqué ese tema a los soldados argentinos.

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