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sábado, 25 de julio de 2009

Alika: la guerrera del reggae


La cantante defiende la ideología rastafari y dice que canta para dejar un mensaje. Actúa bastante aquí y en el exterior.

GALANG, nuevo corte de Educate Yourself, el último disco de Alika Nueva Alianza.

1 Alika tiene voz de niña, ojos de princesa y dispara frases de guerrera. En el escenario es puro carisma y conciencia rasta. Es una de las figuras de mayor crecimiento dentro de un género que día a día suma más adeptos en la Argentina: el reggae. Comenzó su carrera en Actitud María Marta, pero pronto se fue alejando del estilo del hip hop para volcarse a un ritmo con menos pose y más mensaje. Se independizó y hoy su éxito en el exterior supera a la mayoría de las bandas nacionales de mayor trayectoria. Tocó en los principales festivales del género en los Estados Unidos, México, Chile y Brasil codeándose con las principales leyendas de la música de Jamaica. Grabó su último disco junto a Mad Professor y lo vende sólo por iTunes. Nos cuenta de qué se trata su ideología, cómo vive una mujer rastafari en Buenos Aires, el machismo, la religión y la música.


¿Cómo fue que decidiste hacer del rastafarismo tu estilo de vida y por qué?

El mensaje me llegó a través de la música, del reggae. Las letras hablaban de justicia, de lo que pasaba en los barrios y sentí que se adaptaba bastante a lo que yo pensaba. En la escuela no te enseñan quién es Marcus Garvey o Haile Selassie, entonces yo empecé a investigar por mis propios medios. Rasta habla de ser justos y vivir con dignidad. Todos somos reyes y reinas, dioses y diosas. Fui a Chile, donde hay comunidades grandes, y empecé.

¿Cambió tu vida desde entonces?

El modo de vida rastafari eleva tu estilo de vida. Vas a tener más salud, vas a ser más consciente. En cuestiones cotidianas, como la comida por ejemplo, hay cosas que son caras para comer y no son buenas para la salud, como la carne y los productos envasados con un montón de químicos. Pero como no todo el mundo puede elegir qué comer, no lo considero tan importante. En lo que se refiere al trabajo, yo tomé el mensaje de Marcus Garvey que habla de autogestionarse y empecé a hacer eso con mi música. Y me fue bien.

Dicen que el rasta es machista...

Para nada, todos los hombres rastas que conocí siempre me trataron muy bien. El mundo es machista y no hay un equilibrio entre lo masculino y lo femenino. La televisión, la publicidad, la pornografía, la moda... Eso es machista, que traten a la mujer como un pedazo de carne. El rasta busca el perfecto equilibrio entre las fuerzas de la naturaleza, entre lo masculino y lo femenino. Cada uno en su vida elige lo que más le gusta sin discriminar.

La música te llevó por el mundo, ¿qué aprendiste viajando?

Todos los países del mundo que conocí están en situaciones parecidas. A la gente de acá le pasa lo mismo que a la de México, Perú o Chile. Siento que hay un poder mundial que se organiza para dominar, y que la salida es que la gente que quiere un mundo más justo se junte. Es dividir y reinar lo que proponen. Hay que unirse.

¿Podés cambiar el mundo cantando?

Yo no sé si puedo hacer que cambie una persona, pero quizás podés despertar algo que estaba dormido, ofrecer inspiración. La música es muy fuerte, vos podés decir como Britney todo el tiempo "yo soy una esclava, yo soy una esclava" o podés generar conciencia. La música te cambia el estado de ánimo, es muy poderosa. Hay gente que me dice que pone mis canciones a la mañana y se activa. Se pone a hacer cosas.

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