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sábado, 11 de julio de 2009

Eagles y un notable show en Birmingham


La mítica banda californiana tocó sus éxitos ("Hotel California" incluido) y mostró temas de su último álbum "Long Road Out Of Eden".

Por: Alfredo Rosso
HOTEL CALIFORNIA. El gran hit de Eagles, a prueba del paso del tiempo.
Birmingham supo ser bastión industrial de Inglaterra. También fue sinónimo del Spencer Davis Group, aquella banda donde un Stevie Winwood asombró al mundo con su voz y sus teclados, antes de emprender las legendarias aventuras de Traffic y Blind Faith. Hoy, sin embargo, otros son los colosos que conmueven la ciudad, de épocas y geografías diferentes. Los Eagles, la banda que en los 70 definió el folk rock de la costa oeste californiana con sus impecables armonías vocales; sus grandes melodías y sus letras sobre los inadaptados de la sociedad opulenta, están presentando su hercúleo Long Road Out Of Eden, primer álbum de estudio que graban en dos décadas ¡y doble, encima!

Después de vender millones con álbumes como One of These Nights y Hotel California, los Eagles se llamaron a sosiego durante un buen tiempo. Sólo la gira Hell Freezes Over en los 90 quebró la sucesión de discos solistas de sus principales figuras, Don Henley, Glen Frey y Joe Walsh, que nunca alcanzaron el mismo fulgor del grupo madre.

Pero los Eagles están de vuelta y son una fuerza musical arrasadora. Están orgullosos de su nuevo álbum y lo demuestran tocando una decena de temas en lugar de optar por el compromiso fácil de hacer un par de canciones y luego concentrarse en los éxitos masivos. Y tienen razón, ya que canciones como Hold on, Waiting in the Weeds, No more Cloudy Days o I don 't want to Hear Anymore tienen la impronta de sus grandes hits.

El marco no podía ser más adecuado. El NIA -National Indoor Arena- es un inmenso estadio cerrado, a la manera de un Luna Park pero más grande, construído en un barrio de hermosos canales, una especie de pequeña Venecia en medio de Birmingham, rodeada de pubs y glorietas, con puentes decorados con flores y un clima relajado.

Puntualmente, a las siete y media de la tarde, salieron a escena Frey, Henley, Schmit y Walsh, enfundados en impecables trajes sin ningún falso prejuicio rockero. Apoyados por dos tecladistas, una sección de vientos, y un excelente guitarrista llamado Steuart Smith, que ya lleva años con la banda, los Eagles procedieron a recorrer su repertorio con la mejor actitud que un grupo longevo puede asumir: encarar su legado con respeto, convicción y energía. Haciéndonos sentir la claustrofobia de no poder salir de ese Hotel California, la duplicidad de la chica de Lyin 'eyes que se casa con un hombre mayor por dinero y añora a su novio adolescente, la carga emotiva y el misterio de Witchy woman y One of these nights, la soledad existencial de Desperado. En una palabra, toda la gama de sensaciones que los Eagles evocaron a través de sus álbumes clásicos de los 70 estuvo concentrada en este recital de casi tres horas, intervalo de por medio.

El recital siguió un hábil "camino ondulante" en cuanto a la distribución de los temas. En lugar de acumular hits al final, optaron por un desarrollo casi conceptual, donde las emociones y los ritmos cambiaban gradualmente. Hubo incluso un comienzo de la segunda parte dedicado al tema a capella que da titulo a Long Road Out of Eden y una consiguiente sección acústica con los cuatro músicos de la banda en plan intimista. Hacia el final volvieron los rockers con toda la furia y los bises fueron para Take it easy -el tema que los puso en el mapa del rock, allá por 1972- y un impecable Desperado que despidió al público con un delicioso toque melancólico.

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