La mítica banda californiana tocó sus éxitos ("Hotel California" incluido) y mostró temas de su último álbum "Long Road Out Of Eden".
Por: Alfredo Rosso
HOTEL CALIFORNIA. El gran hit de Eagles, a prueba del paso del tiempo.
Después de vender millones con álbumes como One of These Nights y Hotel California, los Eagles se llamaron a sosiego durante un buen tiempo. Sólo la gira Hell Freezes Over en los 90 quebró la sucesión de discos solistas de sus principales figuras, Don Henley, Glen Frey y Joe Walsh, que nunca alcanzaron el mismo fulgor del grupo madre.
Pero los Eagles están de vuelta y son una fuerza musical arrasadora. Están orgullosos de su nuevo álbum y lo demuestran tocando una decena de temas en lugar de optar por el compromiso fácil de hacer un par de canciones y luego concentrarse en los éxitos masivos. Y tienen razón, ya que canciones como Hold on, Waiting in the Weeds, No more Cloudy Days o I don 't want to Hear Anymore tienen la impronta de sus grandes hits.
El marco no podía ser más adecuado. El NIA -National Indoor Arena- es un inmenso estadio cerrado, a la manera de un Luna Park pero más grande, construído en un barrio de hermosos canales, una especie de pequeña Venecia en medio de Birmingham, rodeada de pubs y glorietas, con puentes decorados con flores y un clima relajado.
Puntualmente, a las siete y media de la tarde, salieron a escena Frey, Henley, Schmit y Walsh, enfundados en impecables trajes sin ningún falso prejuicio rockero. Apoyados por dos tecladistas, una sección de vientos, y un excelente guitarrista llamado Steuart Smith, que ya lleva años con la banda, los Eagles procedieron a recorrer su repertorio con la mejor actitud que un grupo longevo puede asumir: encarar su legado con respeto, convicción y energía. Haciéndonos sentir la claustrofobia de no poder salir de ese Hotel California, la duplicidad de la chica de Lyin 'eyes que se casa con un hombre mayor por dinero y añora a su novio adolescente, la carga emotiva y el misterio de Witchy woman y One of these nights, la soledad existencial de Desperado. En una palabra, toda la gama de sensaciones que los Eagles evocaron a través de sus álbumes clásicos de los 70 estuvo concentrada en este recital de casi tres horas, intervalo de por medio.
El recital siguió un hábil "camino ondulante" en cuanto a la distribución de los temas. En lugar de acumular hits al final, optaron por un desarrollo casi conceptual, donde las emociones y los ritmos cambiaban gradualmente. Hubo incluso un comienzo de la segunda parte dedicado al tema a capella que da titulo a Long Road Out of Eden y una consiguiente sección acústica con los cuatro músicos de la banda en plan intimista. Hacia el final volvieron los rockers con toda la furia y los bises fueron para Take it easy -el tema que los puso en el mapa del rock, allá por 1972- y un impecable Desperado que despidió al público con un delicioso toque melancólico.
0 comentarios:
Publicar un comentario