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sábado, 30 de mayo de 2009

ANDRES CALAMARO_EL ROCK ME HA DADO TODO





Una caja recopilatoria que lleva por título, simplemente, su nombre de pila, reúne más de cien canciones históricas de Calamaro, además de grabaciones inéditas y registros en vivo. En esta entrevista exclusiva, el músico habla de su actualidad y revisa una trayectoria que ya se ha convertido en influencia central para el rock en español.

Por: Mauro Libertella

EN EL OJO DE LA TORMENTA. “No tengo un estilo fijo”, dice Calamaro, al tiempo que se confiesa reconciliado con todo el arte popular.

Como en una arquitectura de perfectas simetrías, Andrés Calamaro abrió la década con un disco quíntuple (El salmón, del 2000) y anticipó su final con una caja de seis compactos (Andrés, del 2009). En el medio pasó de todo. Su encierro alucinado y altamente creativo en departamentos y hoteles de acá y de allá se esparció como un secreto a voces y los medios quisieron leer en esos días de reclusión una especie de apuesta conceptual. Los años siguientes estuvieron signados por cierta mitología del regreso: a la canción popular con El cantante y Tinta roja, a la colaboración, con El palacio de las flores, a los recitales masivos, con Made in argentina, y a la canción pop de perfecta costura, con La lengua popular. Andrés tiene, por lo tanto, una rara inclinación a lo definitivo, como si viniera a clausurar una época que nunca se terminó, sólo por el placer vital e irrefrenable de empezar de nuevo.

Es notable: la industria cultural moderna ha inventado mecanismos de canonización solapados y casi perfectos, que tienden a repetirse y que, sin embargo, no pierden su efecto. En el mundo de las artes plásticas están, por ejemplo, las retrospectivas. En la literatura existen los premios que consagran la obra de una vida y que después resplandecen como credencial en las fajas de las reediciones de los libros. Las cajas de discos o box sets se podrían pensar, quizás, en sintonía con ese universo. Agrupan una obra al mismo tiempo que la solidifican y le dan un marco contextual, para luego venderla a precios exorbitantes en el mercado. Sin embargo, la marca de lo moderno está en el músico que puede apropiarse de ese formato y hacer algo distinto. Usar al mercado para seguir haciendo obra. Algo de eso tiene Andrés. Por un lado ofrece los discos de grandes éxitos, que despliegan, una tras otra, esas canciones que supieron tocar el nervio del imaginario popular; raros chispazos de genialidad que ya son un patrimonio nacional. Y, por el otro lado, los discos de inéditos, lados B, colaboraciones y reversiones. Los restos, o ese diálogo personal con los márgenes del canon que es la marca de fábrica de Calamaro. Visto en perspectiva, como si tuviéramos entre las manos un pedazo en miniatura de la vida de Calamaro, Andrés trasluce una tensión entre el centro y los márgenes, que es siempre una tensión vital y que define su música. .

Días atrás, cuando Calamaro circulaba por España presentando los discos y dando algunos conciertos, un diario ibérico publicó esta breve apostilla: "Una rueda de prensa de Andrés Calamaro es sinónimo de espectáculo. Empezando por su pose ante los periodistas: de pie, con el micro en la mano y contorneándose a un lado y al otro. Una mezcla entre Elvis y Cassius Clay". Mientras tanto, entrevistado por email, Calamaro dice que la caja "es un balance de los años posteriores a los Rodríguez". Agrega: "no decidí si cierra una etapa o si necesito un par de discos más... También es posible que exista una segunda parte de las 'Obras Incompletas'... incluso más (partes)". .

-Armar algo así implica internarse de lleno en la propia obra. ¿Cómo trabajó en la selección de las canciones? .

-Encontramos la forma de simplificarlo un poco. No pudimos escuchar el archivo entero, ni el de audio ni el de imágenes, pero suponíamos que teníamos suficiente para compaginar tres buenos discos "best of" y tres de inéditos, inconseguibles, colaboraciones, etc..

-En los últimos años colaboró con varios músicos, ya sea en el proceso de composición, de interpretación, de producción o de grabación; pasaron Javier Limón, la Bersuit, Cachorro López, Litto Nebbia. ¿Cuáles fueron los puntos altos de esos cruces? .

-La grabación de Alta Suciedad. La dinámica incendiaria de escribir y grabar Honestidad Brutal. Mi retiro voluntario para explorar las profundidades de la música, la grabación doméstica y del universo amoral de los excesos y la libertad. Mi encuentro con la aristocracia flamenca y Jerry Gonzalez. Mi vuelta al pago y el regreso con gloria en 2005. Reunir una banda de nuevo. Cantar en América. El encuentro deseado con Nebbia y elegirnos con Cachorro (López) para grabar La Lengua popular..

-Hace un par de años editó un disco en vivo, y ahora recopila también algunas grabaciones en vivo. ¿Cómo fue cambiando su relación con los conciertos y el escenario en los años que abarca el recorte de "Andrés"? .

-Fuimos mejorando entre el 97 y 99, después me retiré de los "ruedos" por cinco años. Volví en 2005. En marzo y en diciembre ya estaba en mi mejor estado; después tocamos muy bien con Ariel (Rot), en 2007, volvimos a empezar y seguimos mejorando. En octubre llegamos a otro de nuestros mejores momentos..

-A la hora del revisionismo, hoy se habla de "Honestidad brutal" como un pico de creatividad en su carrera. ¿Cómo fueron en aquel entonces las primeras devoluciones de amigos y colaboradores?.

-Estábamos todos muy animados, nos dábamos cuenta de que teníamos un material muy bueno, escribíamos y grabábamos en el estudio, había inestabilidad y diversión, no teníamos nada planeado; sabíamos que estábamos poniéndole sangre, era una de esas grabaciones donde puede aparecer alguien muerto dentro del bombo de la batería a la mañana siguiente. Cuando salió editado, las críticas estaban muy divididas entre horribles y buenísimas..

-El título de su último disco, "La lengua popular", surge de una línea del tema "Mi Cobain", pero muchos de los que escuchan sus discos sienten que ahí se juega una verdad respecto de "lo popular", en sentido amplio. ¿Cuál es su relación personal con las formas del arte y de las expresiones populares?.

-El arte y lo popular son asuntos antagónicos para una elite, el rock está en una zona intermedia, pertenece a un ghetto, o a varios, pero no esta considerado materia intelectual ni académica, ni arte con mayúsculas. Nací y crecí entre la crema de la música, la literatura, la pintura, el psicoanálisis y la política de los años sesenta, sin embargo heredé un sólido respeto por las culturas regionales, y terminé reconciliado con el abanico todo del arte popular..

-Ya han pasado algunos discos desde esa famosa temporada de composición frenética y encierro de la que salió "El Salmón". ¿Cuáles son los momentos inolvidables de esos días?.

-Supongo que son más interesantes mis olvidos que mis memorias. Pero créame que aquello fue más de lo que cualquiera pueda imaginarse; vivíamos en el ojo de la tormenta, dinamitando horarios y calendarios, expuestos a una permanente sobredosis de libertad..

-Hace un par de semanas escribió unas líneas muy elogiosas en su Web acerca del show que dio Radiohead el 24 de Marzo. ¿Cómo fue esa experiencia? .

-Me sincero y le confieso que no soy de salir mucho, sin embargo fui a ver a Radiohead, a quienes apenas había escuchado, y me gustaron mucho; hacen que el escenario parezca la sala de ensayos de Pink Floyd, el sonido exquisito y un show de luces espléndido; probablemente sea el grupo inglés más original, y respetado, de los últimos quince años..

-¿Y hubo alguna otra experiencia en cine, literatura o incluso en política, que le haya pegado fuerte en el último tiempo?.

-Petróleo sangriento, Cuna de gato, Extras de Ricky Gervais, Grizzlie de Herzog , la sexta temporada de The Sopranos, Zoolander, Rob Zombie, derogar las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, Sandor, The Office version británica, Los videos de Peter Capusotto, Weeds, Alec Baldwin, Marcel Proust..

-En este último tiempo hubo en el país una relectura de la historia nacional por la muerte de Alfonsín. ¿Cómo vivió los años de la llamada "primavera alfonsinista"?

-Todas las primaveras son iguales. Recuerdo aquellos años, cuando promediaban los ochenta, como "los años de oro del rock pobre". Yo tenía veinte años, era mi propia primavera también, una larga primavera que todavía florece. .

-Imbuidos en esta aura de revisionismo, una pregunta obligada. Hoy que ya grabó varios discos, y su carrera dio volantazos fundamentales, muchos lo tienen como referente. ¿Ve una herencia de su legado en el rock argentino?.

-No estoy seguro, no va a ser tan fácil decodificarme, no tengo un estilo "fijo". A mí mucho no me importa, no tengo esa clase de orgullo, vivo de la música, el rock me dio todo y yo le di demasiado... No espero mucho más..

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