Pete(r) Pan
Pete Doherty es ese tipo reventado, desaliñado y decadente que apareció durante años al lado de la belleza más inexpugnable del espectáculo: Kate Moss. Aparecían borrachos, hermosos y malditos, ajenos al mundo, por encima del mundo, esnifando cocaína en videos clandestinos, en cuartos de hotel, en estudios de grabación. Pero el ex líder de las bandas post punkie The Libertines y The Baby Shambles se agrega una “r” al nombre, pega el estirón y saca su primer disco solista, con el que homenajea y se suma a lo mejor de la tradición rock & pop inglesa.
Por Rodrigo Fresán
Lo puso muy bien –y con mucha maldad– un periodista: “Pete Doherty es el músico, ése que todo el mundo sabe quién es aunque el 99,99 por ciento de la humanidad jamás podría nombrar o cantar o tararear o silbar una de sus canciones”.
Y todos saben muy bien quién es Pete Doherty porque Pete Doherty es personaje habitual en prensa rosa y amarilla y en noticieros de todos los colores y, alguna vez, fue el novio de Kate Moss y mírenlo: aquí entra y sale de la cárcel y de los tribunales y aquí se cae sobre un escenario y su aire de tipo pícaro trash recuerda al entrañable amiguito bribón de aquel rubiecito de Melody que, al crecer, seguro, se convirtió en drugo pelador de naranjas mecánicas al que nunca invitarías a tu casa. Por las dudas.
Y no sé muy bien qué lugar ocupará Pete Doherty (Hexham, 1979) para el lector/oyente argentino. Aunque sí sé que escogió para Up the Bracket –su elogiado debut del 2002 junto a su ex banda post-punkie, The Libertines– una foto de los disturbios aquellos del 2001.
En cualquier caso, ahora Pete Doherty le agrega una r al Pete y publica Grace/Wastelands: su primer álbum solista y toda una sorpresa. Una sorpresa agradable, quiero decir.
BORN IN THE UK
Y Grace/Wastelands está compuesto por doce tracks compuestos a lo largo de los últimos cinco años que se pueden silbar y tararear y cantar con nombres como “Last of the English Roses”, “Arcady”, “1939 Returning” o “I Am the Rain”. Canciones que desde los títulos huelen a lamento y celebración por la vieja Inglaterra que ya no es y por la joven Inglaterra que ya no lo es tanto; porque –sin prisa y sin pausa– Doherty se encamina hacia una inevitable madurez o a la eternidad del cadáver más o menos bien parecido que no. Esperemos que no, porque Grace/Wastelands –que arranca folkie y acústico y enseguida se va rarificando bajo la lograda producción de Stephen Street y los acordes de la guitarra de Graham “Blur” Coxon– es prueba más evidente de que Doherty no sólo sabe cantar sino que, además, tiene buenas razones para vivir para cantarlo todo.
Y está claro hacia dónde mira Doherty y cómo le gustaría que lo miren. Aquí hay más de un destello de Ray Davies y The Kinks (la balada de militar post edwardiano en desgracia “1939 Returning” o “I Am The Rain” no desentonarían en Something Else o en Arthur). Aquí, también, el Bowie circa Hunky Dory/Ziggy en el pegadizo single “Last of the English Roses”, el histrionismo wildeano de Morrisey en “Salomé”, la melancolía de living bohemio de Lloyd Cole en “A Little Death Around the Eyes”, la melodía siniestramente infantil à la Syd Barret & Robert “The Cure” Smith en “Palace of Bone”, esa debilidad por el burlesque-pop/jazz-pub tan british en “Sweet By and By” y, todo el tiempo, la atmósfera de los momentos más decadentes de quien podría ser su hermano apenas mayor: el Jarvis “Pulp” Cocker –oír el magnífico trío final de “Broken Love Song”, “New Love Grows On Trees” y “Lady Don’t Fall Backwards”– que se autodestruyó gloriosamente en el insuperable This Is Hardcore. Buenas influencias todas para alguien que suele considerado la peor de las compañías. Y lo de antes: toda una sorpresa viniendo de quien hasta hace poco decía pintar cuadros (a propósito: no están nada mal las ilustraciones de portada y cuadernillo by Doherty) con su propia sangre. Aquí, en Grace/Wastelands, el alguna vez conocido como Mr. Kate Moss compone y canta. Con su propia sangre, sí.
EL DESEXISTENCIALISTA
Lo que no quiere decir que toda la gracia de tierra baldía del disco sea, simplemente, un fácil placer derivativo astutamente ordenado por quien, se sabe, es un curtido maníaco referencial que en sus entrevistas no duda en apuntar influencias que incluyen a Graham Greene, Charles Baudelaire, George Orwell, Jean Genet, Emily Dickinson, Albert Camus, el Marques de Sade, Joris-Karl Huysmans, Lee “The La’s” Mavers, las películas del free cinema de los ‘60, el equipo de fútbol de los Queens Park Rangers y, cualquier día de estos, Charly García. Sumarle a todo esto y estos sus romances tabloides y un padre militar y un hijito de seis años y tenemos todo lo necesario para crear una suerte de patchwork anecdótico e inestable.
De ahí que sorprenda tanto –más allá de sus guiños– el modo en que, enseguida Grace/Wastelands se las arregla para sonar como algo de una pieza y bien (muy bien) Doherty.
Uno de los mensajes de oyentes colgados en la sucursal inglesa de Amazon está firmado por un padre de 67 años que escuchó Grace/Wastelands junto a su hijo de 24. Y a los dos les gustó.
Mucho.
Y así fue como Pete se convirtió en Peter.
Y creció.
Un poquito.
Bastante.
TRAYENDOLO TODO A CASA
Y en las letras pocas referencias a la heroína (droga) y varias a la heroína (Kate Moss) y, ahora que lo pienso, tal vez casi sin darse cuenta, con Grace/Wastelands Doherty haya conseguido el mejor rol posible. Otra influencia que no tiene tanto que ver con lo admirado sino con lo vivido: la posible versión inglesa del Homo Serge Gainsbourg, o cómo construir un álbum elegante de corazón roto apoyado en la propia leyenda sin por eso rendirse ante los rumores legendarios que te atribuyen segundos y terceros y gente de cuarta. “Yo soy la lluvia / Considerada despreciable / Las nociones y pociones no hacen más que aumentar mi fama”, canta en “I Am the Rain”.
Y, sí, en los últimos días he escuchado casi sin parar dos discos nuevos: el primero es Together Through Life de Bob Dylan y el segundo es Grace/Wastelands de Peter Doherty.
El primero de ellos está firmado por alguien que tiene perfectamente claro de dónde viene, dónde está y hacia dónde va.
El segundo está firmado por alguien que no tiene muy claro de qué lugar salió, en qué parte se encuentra o a dónde irá a parar.
Pero una cosa es segura: Grace/Wastelands empuja a Peter Doherty, al menos, por el momento, en la dirección correcta.
Siga así.
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