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sábado, 30 de mayo de 2009

NITO MESTRE_"Conocí el infierno y me salvé"



Dice que tocó fondo con el alcohol y que hace doce años dejó de tomar. "Ahora me quiero más", se sincera el Sui Generis que quería ser Beatle. Se define terco y rebelde. Y confiesa que se ve "como un pibe".

Por: Silvia Lamazares

Varias veces, a lo largo de la nota, habla de su terquedad y su rebeldía. Y cuando no habla de ellas, su propio relato se encarga de evidenciarlas. "Siempre tuve ideas fijas, que si no las cumplo, es por poco", cuenta Nito Mestre, el Sui Generis que a los 11 años tenía muy planificado su futuro: "Decía que me iba a recibir de médico, que iba a ganar una beca y que volaría a Inglaterra a conocer a Los Beatles. Resolvía varias pasiones de un tiro... la medicina, la música y viajar". Hombre de convicciones, estuvo ahí nomás de cumplirle el sueño al pibe que en sexto grado cambió el jopo por el flequillo beatle: largó medicina en cuarto año y en el 93 fue telonero de Paul McCartney en River. Y se dio el gusto, además, de no necesitar la beca.

El pelo largo, la charla franca, la sinceridad despojada. Entiende que el confesionario es un espacio que se aleja de la coyuntura y transita por otras zonas, que él se anima a pisar con paso firme, sin eufemismos ni reparo. Y entonces comparte que "hay cosas en las que he madurado y otras en las que no. No me da vergüenza decir que me veo como un pibe... un pibe grande, porque no soy un nene. Tengo 56 años, pero conservo valores e ideales que tenía cuando era así de chico. Recuerdo que sentía mucho recelo a ser el típico maduro de 50 pirulos... Odiaba cuando alguien aseguraba que después de los 40 no podías ser rockero. ¿Cómo que no? Insistí mucho y acá me ves".

En un bar sin testigos —le habilitaron la planta alta, cerrada al mediodía—, toma una Coca-Cola light y vuelve a eso de "ser terco me ayudó en la vida. Cuando hace mucho, por ejemplo, tuve serios problemas con el alcohol, todo el mundo pensaba no, este tipo va a volver a chupar. ¿Ah, sí? Van a ver si puedo o no".

¿Pudiste?

Finalmente sí. Hace doce años que no tomo. La pasé muy mal. Llegué a estar internado varios días en terapia intensiva, luego estuve internado un mes y ahí afloró el verdadero Nito, el que quería vivir. Pero para darme cuenta de eso tuve que ir hasta el fondo... Yo conocí el infierno y me salvé.

Hijo de una danesa "preciosa, con ojos color del tiempo" y de un violinista y cirujano (murió cuando tenía 11 años) al que sus compañeros apodaban el mago del bisturí, reconoce que "tuve que pedir ayuda para salir de esa película de terror que en parte tenía su encanto. Pero el sufrimiento era enorme. Y una vez que salí redescubrí muchas cosas, sé lo que es la felicidad. Ahora me quiero más", desliza el músico que sostiene que "no soy de volver atrás. Me gusta recuperar algunas cosas del pasado, pero no suelo retroceder".

La profunda frase conceptual le permite encontrar una anécdota de su infancia, que a esta altura oficia casi de punta de ovillo: "En la primaria tenía un grupo folclórico, pero apenas supe de Los Beatles le dije a mi maestro Yo me cambio de bando y me voy a hacer rockero. Y así fue, no volví al folclore". Su pasión por los muchachos de Liverpool tuvo una señal cuando una amiga de su madre, en el 63, llevó un disco a su casa: "No lo pusimos, pero me sorprendió la tapa con ellos cuatro apoyados en el balconcito (Pease, please me). Al poco tiempo fui con un compañero del colegio, Carlos Piegari (coautor de Natalio Ruiz), a una disquería que tenía cabinas para escuchar. Entre las novedades había uno de Rita Pavone y el de Los Beatles. Elegimos el de ellos y morimos. Lo compramos entre los dos y nos fuimos a su casa... Creo que puse Twist y gritos como cinco veces seguidas. Al día siguiente me cambié el flequillo. Y más adelante le pedí a mi maestro, el periodista Julio Ricardo, un capo, que nos llevara al cine a ver Anochecer de un día agitado".

En la secundaria, en el histórico Dámaso Centeno, conoció a Charly García, con quien armó el mítico Sui Generis. Más tarde llegarían Los desconocidos de siempre y su carrera solista: "Cuando repaso siento la intensidad de los vivido y no me arrepiento de nada", confiesa el músico que este viernes se presentó en el ND Ateneo con Silvina Garré, donde estrenó Flores en el mar, "la canción que le escribí a mi madre y le puse violín en memoria a mi padre... De alguna manera los volví a juntar". Así se lo había propuesto, así será.-

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