Inventó los mejores instrumentos y efectos sonoros
Les Paul fue una de las leyendas de la guitarra, uno de los músicos más influyentes de la música contemporánea, un inventor que cambió el rumbo de la música popular en el siglo XX. Falleció el 13 de agosto en su casa de White Plains (Nueva York) a los 94 años, a causa de una neumonía, según confirmó su familia.
Lester William Polsfuss nació el 9 de junio de 1915 en Waukesha (Wisconsin) Su madre era profesora de piano, y le recomendó no dedicarse a la música. Él la desoyó, y aprendió a tocar la armónica, el banjo y la guitarra. Así comenzó la impresionante carrera de un hombre humilde que cambió la industria.
Paul tocó, a lo largo de su vida, con grandes figuras como Louis Armstrong o Bing Crosby; tuvo abundantes números uno en EE UU, como How high the Moon, con su esposa al micrófono; fue un virtuoso de la guitarra y un maestro respetado en campos distintos como el rock o el jazz. Pero brilla en el firmamento musical como un inventor visionario.
Diseñó su propia guitarra a principios de los años treinta. En el Rock & Roll Hall of Fame, en el que ingresó en 1988, se la venera como una de sus creaciones más perfectas, el resultado de su voluntad de construir un instrumento eléctrico que no generara distorsiones. "Lo que quería era no tener objetos que vibraran. Quería que vibrara la cuerda, y nada más", le dijo al escritor Jim O'Donnell. No es que a la casa Gibson le impresionara inicialmente el invento. Según su biografía en el mismo Rock & Roll Hall of Fame, la rechazaron por parecer un "palo de escoba con púas".
Leo Fender y su Fender Broadcaster le ganaron la mano y, finalmente, el presidente de la empresa, James Verdon, contrató a Paul como asesor para sacar una guitarra al mercado, una colaboración de la que nacería la primera Gibson Les Paul, en los años cincuenta, que aún se fabrica, y cuya última versión salió al mercado en 2008. Eric Clapton ha usado una de ellas, Sheryl Crow tiene otra, y The Edge, de U2, también luce una, entre muchos ilustres intérpretes.
Técnicas de grabación
Paul inventó otras cosas, no menos revolucionarias, como la técnica de grabación conocida como doblaje: edificar una misma canción aplicando diversas capas de sonido del mismo instrumento. Capitol Records publicó a finales de los cuarenta dos temas editados con esta técnica: Lover (When you're near me) y Brazil, grabados en su casa. Y, de paso, creó la grabación multipista, esencial para la música contemporánea.
La revista especializada Rolling Stone no escatimaba elogios en su homenaje publicado ayer: "En los años cincuenta, había inventado un aparato de grabación de ocho pistas que allanó el camino a productores como George Martin, que creó muchos de los temas de los Beatles a mediados de los cincuenta usando la tecnología multipista de Paul. Sus experimentos allanaron el camino para trabajos revolucionarios como Sgt. Pepper's Lonely Heats Club Band, de los Beatles, o It takes a nation of millions to hold us back, de Public Enemy, así como cada canción en las listas de pop de hoy en día".
En 1948 sufrió un grave accidente de carretera en Oklahoma, que le destrozó el brazo derecho y le dejó serias secuelas en la espalda, las costillas y el cuello. Según sus biógrafos, pudo seguir tocando porque le indicó al médico que le operó en qué ángulo dejarle el brazo para poder tocar la guitarra. Además, diseñó una guitarra especial para seguir en el escenario. Ganó varios premios Grammy, los últimos en 2006, por su disco Les Paul and friends. Según una entrevista al diario USA Today en 2007, lo único que le gustaba en la vida "era hacer a la gente feliz".
Les Paul: 1915-2009
Les Paul, Paul McCartney, y un modelo para zurdos de la legendaria guitarra.
Hace siete u ocho décadas, cuando los ídolos de la guitarra se llamaban Lonnie Johnson o Django Reinhardt, era necesario hacer un gran silencio para escuchar sus destrezas. La guitarra se prestaba para exhibiciones de virtuosismo pero no de volumen y ello dificultaba su presencia, por ejemplo, dentro de una banda de jazz. A sabiendas de esas limitaciones, los mismos músicos empezaron a idear posibles soluciones, con ayuda de la tecnología que se conocía entonces.
Cuenta la leyenda que por esa época, el joven Les Paul hizo una apuesta con sus amigos: desarrollaría una guitarra que se oyera más que las otras, incluso por encima de una banda completa, sin necesitar una caja de resonancia. El desenlace ya lo conocemos, pero por estos días vale la pena imaginarse la cara de asombro de los incrédulos que tuvieron que aceptar la derrota: Les Paul apareció con la primera guitarra eléctrica de cuerpo sólido. ¿El secreto? Un mástil que contiene las seis cuerdas y al que se acoplan unos diminutos micrófonos. Todo está ahí, en el brazo. El resto es puro adorno.
Con ese invento que cambió el porvenir de la música, Les Paul se presentaba todos los lunes por la noche en un club de Nueva York llamado Iridium. Situado en la famosa avenida Broadway con calle 51, el local nunca daba abasto porque llegaba gente de todo el mundo para ver y oír al inventor de la clásica guitarra eléctrica. El show semanal duró desde 1995 hasta junio pasado, cuando el viejo guitarrista tuvo que retirar su nombre de la marquesina e irse a descansar. Tenía 94 años recién cumplidos.
¿Cómo era el show de Les Paul los lunes en el Iridium? Primero aparecía sobre el escenario el grupo base: un pianista, un guitarrista acompañante y una atractiva contrabajista que sería la receptora de los piropos y las bromas durante el show. Los músicos comenzaban a tocar un blues y una voz en off pedía que recibiéramos con un gran aplauso a la leyenda viviente de la guitarra eléctrica, el señor Les Paul. Aparecía entonces el hombre caminando despacio, saludando sonriente, iba hasta el micrófono, conectaba su guitarra y daba comienzo a la magia.
El espectáculo duraba unos 90 minutos, pero no todo era música. Les Paul rememoraba anécdotas, contestaba preguntas del público y hacía chistes. Algunos de esos chistes, los más insinuantes, iban dirigidos a la contrabajista, pero los soltaba con tanto estilo que era la diferencia viviente entre un viejo verde y un jubilado sexy. Alguna vez confesó algo que no aparece en las entradas enciclopédicas. Cuando alguien entre el público le pidió que tocara "How high the moon" (que él había grabado en 1951), se permitió recordar que aquella vez grabó primero el final y luego el comienzo, siendo uno de los primeros discos en la historia que recurrió a trucos de edición y posproducción.
Porque además era un inventor nato. "El Thomas Alva Edison de la música", empezaron a llamarlo hace poco. Y lo cierto es que en su show aprovechaba para mostrar cada una de sus invenciones, algunas más afortunadas que otras. Se inventó un pedal al que llamaba "el Lespaulverizador", que le permitía manejar el nivel de eco para cada nota que tocara. Con otro pedal podía pregrabar y reproducir fragmentos rítmicos sobre el escenario: ¡este hombre se adelantó a los loops de la música electrónica! Y cada una de esas invenciones iba apareciendo, siempre con más modestia de la merecida, entre remembranzas y bromas.
No se puede decir que en vivo, en esos últimos años, sonaba igual a sus proverbiales discos. La artritis había hecho lo suyo y Les Paul había perdido la rapidez que lo caracterizaba. Pero, en cambio, mantuvo hasta el final la precisión: cada nota aparecía espaciada pero en el lugar correcto, construyendo de a poco un standard de jazz, o la melodía de una juventud perdida. A eso iba la gente de todo el mundo los lunes en la noche en el Iridium, a apreciar un sabio artesano de melodías.
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