De Córdoba al Olimpo
La violoncellista argentina causa sensación en el prestigioso Festival de Verbier, en Suiza.
Que los músicos pasen a felicitar a un colega tras un concierto, o se encuentren para un ensayo, no tiene nada de sorprendente. Lo que es menos habitual es que quienes se acerquen a saludar a un intérprete sean personajes del calibre del cellista Mischa Maisky o Avi Shoshani, director gerente de la Orquesta Filarmónica de Israel. O que asistan a los ensayos el pianista Jean-Yves Thibaudet o el violinista Julian Rachlin. Todos estos pesos pesados de la música están relacionados con una joven nacida en Córdoba hace 27 años. Su nombre es Sol Gabetta.
Esta mujer, que comenzó ganando premios musicales en la Argentina a una edad en la que otras niñas juegan con muñecas, está considerada hoy en Europa como la estrella naciente de su instrumento. En Madrid estudió en la Escuela Reina Sofía para luego perfeccionarse con Iván Monighetti en Basilea, Suiza, donde hoy reside. Sol comenzó a hacer historia tras un debut espectacular en el Festival de Lucerna de la mano del director ruso Valéri Gérgiev y la mítica Orquesta Filarmónica de Viena. En 2008, el diario español El País la eligió como una de las "100 personalidades latinas del mundo".
Gabetta goza de un raro privilegio: "su" propio festival en Basilea. Se trata del Festival de Solsberg, al que invita músicos afines para tocar juntos cada verano. La cordobesa acaba de concluir una exitosa gira por Alemania con Bobby Mc Ferrin. Y es que esta intérprete superdotada no parece creer en la ortodoxia. "Estoy a favor de la experimentación, pues pienso que poner a trabajar juntas a personas creativas es algo positivo en sí mismo", afirma.
En Verbier, Sol se encontró por primera vez con una leyenda: el compositor Rodion Shchedrin, úl timo eslabón de la gloriosa tradición rusa. La cita fue para presentar su composición Antiguas Melodías Tradicionales Rusas, para piano y cello. Y durante los ensayos, una invitada de lujo: la bailarina Maya Plissetskaya, esposa del compositor y pianista. La estrella del ballet calificó a Gabetta de "impresionante". Una valoración que, a juzgar por las sonrisas de complicidad entre el maestro y la joven argentina, era compartida por Shchedrin.
En Verbier los músicos argentinos no son una rareza. Aquí es una presencia habitual la legendaria Martha Argerich, entre otros. De hecho, Avi Shoshani, responsable artístico de Verbier, comentaba: "Los latinoamericanos en general y los argentinos en particular tienen mucho en común con la tradición judía. Intérpretes como Sol tienen la misma chispa, la misma creatividad, incluso el mismo sentido del humor. El futuro de la música pasa por allí". Y Sol Gabetta parece ser el mejor ejemplo.
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