“Fue tan lindo que estábamos para volver”
El trovador francoespañol acaba de tocar en Córdoba y Rosario, y el próximo fin de semana se presentará ante dos estadios de All Boys repletos. En esta entrevista exclusiva habla de sus proyectos... o de sus pocas ganas de tenerlos.
Por Mariano Blejman
La relación de Manu Chao con la Argentina ha seguido intensificándose desde que arrancó su década solista. Empezó fuerte con la visita de prensa que hizo en 1998, cuando estaba por estrenar Clandestino, cuando todavía tenía buena relación con Fidel Nadal y el sello de Todos Tus Muertos, por el que conoció a los Karamelo Santo. Clandestino fue un disco que tardó en arrancar, pero que terminó vendiendo unos cuantos millones de copias, y ha tenido desde entonces decenas de millones de downloads digitales. La salida de Próxima Estación: Esperanza (2001) lo alcanzó en un momento en el que parecían perderse noticias del trovador francoespañol, pero aparecían las de sus contactos con Radio La Colifata. Y antes de la salida del demorado La Radiolina (07) anduvo marchando por Mar del Plata en la movilización anti Bush por la Cumbre de las Américas. En medio tuvo un interruptus afrancesado cuando editó Siberie m’était contée (05) que sólo salió para el mercado galo, con un hermoso libro del ilustrador polaco Wozniak. Pero desde aquellos inolvidables shows en Mendoza y Rosario, en mayo de 2000, el músico ha cultivado ese otro perfil que mejor juega y que más le gusta: el del cantaor, guitarrita en mano, militante social, payador de cuanta patriada por causas justas haya “por la calle”: la casa de Hijos y el barrio del Padre Contreras en Mendoza son sólo algunos ejemplos.
Han corrido ríos de tinta sobre la revuelta cultural que significó tanto Mano Negra a principios de los ’90, como el cimbronazo inesperado que alcanzó la prosa limpia, algo elíptica y siempre esperanzada, durante su década solista. Lo que también ha quedado claro en los últimos años es que Manu Chao –que considera que su carrera ya está hecha y que lo que viene después de Clandestino es sólo por el placer de seguir– prefiere andar de paseo con su tropa antes que estar sentado frente a un monitor metiéndole sonidos a la esperanza. Además, si bien sus shows en vivo han tenido una línea sonora y conductora –al menos desde 2007–, cuando Manu Chao decida entrar nuevamente a un estudio, su futuro musical seguramente estará más cerca de “los musicarios”, los “asesinos de rumbas”, y de su esperado disco en portuñol, que de la estructura compositiva que debería hacer un cierre de trilogía con La Radiolina.
Pero son sólo suposiciones. Entrevistado minutos antes de subirse al avión desde España, Manu Chao asegura que en los shows que dará en Buenos Aires el 28 y 29 de noviembre (ofreció uno el viernes en Córdoba y otro el sábado en Rosario) contará con las presencias de Tonino Carotone y Fermín Muguruza, y que todavía no sabe si habrá tiempo de ir a tocar a la fábrica recuperada Zanon después de su show en Bahía Blanca del 3 de diciembre, cuando se presente el 5 en Neuquén. “¿No se cansa del avión?”, pregunta Página/12, sabiendo que el pasaporte de Manu Chao es algo así como la enciclopedia mundial de apostillados. “Bueno, tampoco voy a tomar tantos esta vez. Lo bueno es que una vez que lleguemos a la Argentina vamos a hacer toda la gira en autobús. Es una banda de buenos amigos, es una alegría poder encontrarnos.”
Cuando la agrupación Gogol Bordello hizo su presentación en el Pepsi Music 09, un rumor en los camarines decía que ésa era, probablemente, la única banda después de la cual Manu Chao prefería no tocar, porque el tinglao de ucranianos, gitanos y polacos dejaba un desmadre que era difícil de remontar. ¿Será cierto? Después de un largo silencio, el cantante responde: “Lo único que le puedo a decir es que son amigos míos, no sé quién ha sacado un libro mío, así. Hemos estado juntos en varias ocasiones, les tengo mucho aprecio”.
No deja de ser curiosa la gira que armó Pocho Rocca, el manager de los “discontinuados” Piojos, con El Farolito Records, apenas nueve meses después de sus anteriores presentaciones en el Club Ciudad de Buenos Aires y en el Luna Park. Y no deja de ser notable la velocidad con la que se venden las entradas para All Boys.
–¿Por qué se armó esta gira por la Argentina?
–Por ganas de recuperar tiempo y volver a tocar con el equipo con el que estábamos trabajando allí: el Pocho, el equipo técnico del año pasado (N. de la R.: en realidad fue en 2009, pero los saltos temporales de Manu Chao no tienen tanto que ver con el calendario gregoriano), que fue un encuentro súper bueno, tengo un gran recuerdo del público. Fue tan lindo en la Argentina que estábamos para volver. Es raro que volvamos a un país tan rápido. Este año también volvimos a Francia, donde fuimos el año pasado.
–¿El show viene en esa misma tónica?
–Es lo que la banda estuvo haciendo últimamente, básicamente es el mismo show, aunque vamos a tener algunas sorpresas. Estuvimos rodando por Francia, fuimos a Rusia, dimos unas vueltas, con Magic (Madjid Fahem) por Cuba a tocar hace poco... Fue hace un mes, para el aniversario de la muerte del Che. Estuvo bien lindo, estuvimos ahí en plan acústico, mucha gente en la calle, tocamos en La Habana, en Santa Clara, y así con guitarritas, un par de colegas con bongós, y salimos así, súper interesante...
–¿Cómo encontró a la tropa cubana?
–El país tiene sus problemas, sus cosas positivas, algunas complicadas, la verdad es que si comparas con otros países, lo veo bastante bien. Las cosas más repugnantes de miserias, de cosas que te duelen, que vi en casi todos los otros países de América latina, en Cuba no las veo.
–En marzo se preguntaba si “no era Obama una gran operación de marketing”. ¿Que piensa después de estos meses de gobierno?
–Meses después seguimos con la misma expectativa. Aparte de los suecos que le han dado la medalla, por lo demás estamos esperando que haga algo. Casualmente estaba en Cuba cuando le dieron el Premio Nobel a Obama, así que el humor cubano estuvo funcionando a pleno, todo el mundo se quedó “sorprendido”. Bueno, en realidad tampoco tanto, ya que si la Academia le ha dado premios a Henry Kissinger, se lo pueden dar a Mickey Mouse.
–Quien tal vez haya hecho más por la paz que Obama...
-–(Risas,)
–¿Y tiene tiempo para componer?
–Tengo muchas canciones compuestas ahí. Me está faltando tiempo para grabar: grabo, grabo, grabo y canciones no faltan. Estuve grabando en un estudio de Londres con unos jamaiquinos, con Prince Fatty, y hemos grabado bastantes cosas: las canciones están, lo que pasa es que tengo poco tiempo de estudio, tengo más tiempo en los bares. Cuando surja, estaré listo. No estoy corriendo detrás de eso, me voy a dar una vuelta por la Argentina, a revivir la sensación de los últimos shows por allí.
–¿Pero va a grabar algo nuevo, o no?
–No sé, es temprano para saber,
–¿Va a tocar en Zanon?
–Tengo miles de propuestas por todos lados. Ya estamos en contacto con los de Zanon, aunque realmente no sé si habrá tiempo. Lo que sí, tendremos invitados especiales, capaz que aparece el Tonino Carotone y capaz que aparece Fermín Mugurza, eso está casi confirmado. Van a ser unos shows en familia. Estoy súper feliz por esto, me va a cambiar un poco el show con los invitados. Nos vamos a reír un poco con gente muy muy próxima. Son verdaderos amigos y para nosotros siempre es un honor seguir de banda...
–Además Muguruza viene con otra sorpresa bajo el brazo...
–Fermín hizo la película Checkpoint rock junto a Javier Corcuera sobre Palestina y estará presentándola por ahí. Colaboré con una música mía, que cantaron unos raperos palestinos, y la peli está, creo que Fermín va a presentarla.
–¿Ha estado en Palestina?
–Nunca estuve ahí. No conozco nada de Medio Oriente. Hay muchas propuestas, porque está plausible, hay propuestas del Líbano, ir a tocar a Siria, está Palestina, está Israel. Hay propuestas y tenemos bastante público en Turquía, entonces sería bastante posible. Pero ahora estoy feliz de volver a tocar en All Boys, de volver a Floresta. Para el año próximo no hay ningún plan. He hecho mil proyectos, pero sinceramente el único que vamos a concretar es esta gira por la Argentina, Chile, Brasil, y nada de nada más: ni calendario, ni gira, ni grabación. Hay mil cosas en taller, pero no sé por dónde saldrán los cohetes. Hay una demanda, pero es bastante imposible poder avisar a nadie. Tengo muchas canciones, cuando encuentre un rinconcito bonito pa’grabar, lo haré. No estoy corriendo, estoy esperando que me llegue naturalmente. Estoy afinando las rumbitas, están creciendo, están llegando más canciones y también en portugués.
–¿Está produciendo algún disco?
–Bueno, estamos esperando que salga el disco de Smod (el hijo rapero de la pareja de Mali Amadou & Mariam, a quienes Manu Chao produjo Dimanche a Bamakó) y la verdad es que por ahora apenas planificamos saliditas con guitarras, muy poco estudio, más al aire libre. No apetece mucho la pantalla.
0 comentarios:
Publicar un comentario