“Se trata de volver a la energía inicial”
Por Cristian Vitale
Los seis temas que grabaron hasta hoy bastan, sobran y regalan para enrolar al trío entre las pocas bandas con mucho para decir. No es rigurosamente punk ni exclusivamente rock. Es, más bien, mugre en el limpio sentido de la palabra. Divague, onirismo y energía. Es una guitarra (Fernández) que parece haber volado 18 años atrás para volver resignificada. Es una batería capaz de adaptarse a cualquier circunstancia musical y es un bajo que hacía años no funcionaba como tal. “Desde Los Visitantes que Fede no tocaba el bajo... incluso iba a tocar el contrabajo, pero no. Al final volvió ¡con las mismas cuerdas!”, se ríe Juan.
El trío mostrará sus canciones esta noche en La Castorera (Córdoba 6237). Será el primer show en Buenos Aires -–el debut fue en Rosario quince días atrás– y marca, entre otras cosas, el regreso del ex Reincidentes al rock. “Tardé porque se me rompió el dedo en Córdoba y estuve como 60 días haciendo nada. Pura introspección”, cuenta. “Me quedó como un tatuaje carcelario”. Durante ese tiempo -–además de atravesar el duelo de la Pequeña Orquesta– el guitarrista desempolvó discos de Invisible, Pappo`s Blues y Jimi Hendrix Experience, para diseñar lo que definen como “canciones inundadas y desbordadas para escuchar en el desierto de la vida diaria”. “Es volver a la energía inicial”, insiste el violero. “En Por había mucho ensamble, mucha cosa de interactuar con los instrumentos, con una forma de componer colectiva donde el contrabajo, por ejemplo... esto fue volver a componer desde la eléctrica, con arreglos para la eléctrica, y ubicar la canción en ese lugar. Me gusta porque hay mucha célula rítmica”. Esaín no lo refuta: “Cuando me convocaron me asusté... les dije `miren que toco fuerte, eh` y la respuesta fue precisa: `Eso es lo que queremos`”. Del resto hablan las canciones.
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