Vos sabés... cómo te esperaba! Con nivel parejo, participa un elenco internacional de bandas ilustres y no tanto.
Por: Mariano del MazoTic de época, los discos tributo se han convertido en una opción con múltiples efectos: entre ellos, el posicionamiento de las bandas homenajeadas en un lugar trascendente; la difusión de artistas de otros países; finalmente la posibilidad de escuchar canciones reformuladas.
Hoy, se podría decir, la mejor banda tributo de los Cadillacs son los propios Cadillacs, con los covers que vienen haciendo de parte de su obra. Pero más allá de ese limbo en que se encuentran (¿son presente, pasado o futuro?), lo que destaca en este álbum es la calidad de muchas de sus canciones, calidad que no siempre se pudo observar objetivamente debido a la tendencia de poner en foco cuestiones extramusicales, como la actitud, la ideología, etc.
Acá laten grandes canciones. Hay versiones brillantes: destaca, al principio, la morosa, sensible y acústica mirada de Vasos vacíos de Andrés Calamaro. Otro gran momento es el reggaetonero y elegante Padre nuestro de los colombianos de Aterciopelados. Original y atravesada de ironía es la versión de Matador de los mexicanos de Cartel de Santa: una estética de collage que descubre el costado más sombrío de la bahiana canción más difundida de los Fabulosos a nivel continental. Cierra el top 4 la mutación de reggae en soft punk rock que Cuentos Borgeanos logra de Calaveras y diablitos.
Todo el disco es de calidad pareja, algo curioso en esta clase de emprendimientos. Cumplen Los Cafres (¿Vos sabés?), Los Tipitos (Siguiendo la luna), Los Pericos (un emocionante El Satánico Dr. Cadillac), Massacre (Estoy harto de verte con otro), Los amigos invisibles (venezolanos, hacen Mal bicho, uno de los temas más flojos del repertorio cadillac), los portorriqueños Cultura profética (Silencio hospital) y los Matamba, de Bolivia, que tocan Desapariciones (una digresión: más que un tributo a los Cadillacs, ¿no debería integrar un tributo a Rubén Blades, el autor de la canción?)
Experimentales, los Nortec Collective hacen vibrar a puro acordeón Manuel Santillán, el León, una matizada y percusiva versión instrumental. Arbol también se destaca con su distorsionada reformulación de Mi novia se cayó en un pozo ciego. No agregan nada los Decadentes junto a Los Delnquentes de España (Demasiada presión), ni los colombianos de Dr. Krápula (La vida), ni Kapanga (N° 2 en tu lista), ni NTVG (Basta de llamarme así).
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