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viernes, 13 de noviembre de 2009

Daniel Melero: "Siempre hay multitudes dispuestas a que les mientan"



Acaba de editar "Por", un disco producido por sus amigos, los Babasónicos. Aquí habla de las redes sociales, de la industria discográfica y del marketing, siempre con una mirada lúcida y ácida.



Por: Guillermo Zaccagnini






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"Celoso", compuesto y grabado junto a Adrián Dárgelos, de Babasónicos.

"Está claro: nada lo resuelve el Fotolog. O MySpace". La provocación de Nueva era, el tema que abre Por, se resignifica en la boca de Daniel Melero. Porque si Después, su disco anterior, había sido concebido y ejecutado gracias a Internet, grabado con músicos a distancia, Melero ahora se ríe de la patraña de "músico de vanguardia" y se queja a destiempo. Geek demodé. "Si hubiese escrito la canción ahora hablaría de Facebook", se ríe. "Las redes sociales me parecen herramientas super útiles. Lo que creo es que hay gente que directamente vive ahí. Y se pierden más de la mitad de la vida. Por ahí te vinculás con mucha gente, pero no profundamente. Creo que los vínculos más genuinos son aquellos que tienen que ver con la mirada, con los pequeños gestos que está haciendo alguien a cada momento. Con el candor que las personas pueden expresar".

"Enamorarse es fácil, más complejo es vivir en amor", por citar sólo una frase de sus letras, se incrusta, entonces, orgánicamente en un disco que le sacude a Melero todo lo calculado que puede tener un disco trabajado sentado frente al monitor. Por fue grabado con Babasónicos como banda (+ Félix Cristiani). "Bueno, nosotros nos vemos continuamente, como una familia", dice. "Hacía muchos años que ellos venían insistiendo con producirme un disco, y hace dos veranos prácticamente fui víctima de un apriete. Me pareció que había llegado el momento ideal. Yo había terminado de hacer un disco doble y finalmente, después de trabajar tanto tiempo en ese disco, se me había disuelto el sentido que tenía originalmente. Y después pasó mucho hasta que terminamos este, pero es más íntegro el sentido que tiene. Y al no haber tenido que estar encima de todo se me hizo todo mucho más relajado. La grabación fue muy larga en tiempo, porque continuamente Babasónicos está de gira y el técnico de ellos es el técnico de grabación del disco. Entonces fueron muchas sesiones dispersas.

Al trabajar tanto las canciones, ¿no terminás odiándolas?

No, pero cuando editás un disco son ideas de las que te estás deshaciendo. Ocurre eso. Pero en este disco no controlé tanto los arreglos, prácticamente no controlé los arreglos salvo los míos y los vocales. Aunque fui a todas las sesiones de mezcla, tampoco era yo el que se veía involucrado en eso. Y también fue muy bueno el criterio que implementaron los muchachos que fue alejarlo a Daniel de la computadora. El disco está hecho en estudios y mezclado en estudios. No tiene nada de esa impronta de disco hogareño que ahora tiene la mayoría. Aunque un grupo grabe en un estudio, por culpa de la intervención de una computadora todo termina sonando muy aberretado. Muchos discos actuales suenan pasteurizados.

Cornelius Van Der Vies era un linyera holandés que vivía en San José, California y se convirtió en una celebridad lumpen de Internet. Su esquina era uno de los lugares más frecuentados en Google Street, pero, tras defender a su perro Boo-Boo de un ataque, fue asesinado. Y si Melero humanizó Por sumándole una banda, la deshumanización de Internet es un tema que lo preocupa. No sabe que Cornelius está muerto. "La calle más visitada es una donde vive un linyera, que está todo el día tirado en una esquina. Está semi loco. Eso significa algo medio extraño. Hay un voyeurismo más que perverso, ¿no? Ojalá fuera perverso. Hay algo inhumano. Lo que aparece en el tubo catódico todavía obnubila a este animalito que somos. A eso apunto en la canción de la que hablamos antes".

¿Qué te preocupa de la red?

Yo creo que esta buenísimo MySpace, pero existen demasiados. Me preocupa otro aspecto. Las compañías discográficas, los mecanismos judiciales, los congresos de los países están tratando de impedir que la gente comparta información en la red y nadie se calienta en impedir que te puedan robar la identidad. Que cualquiera pueda publicar cosas como si fueras vos. Y que vos tengas que ocuparte de demostrar que no sos vos. No se protege la identidad en medio del auge de la red social y mientras tratan de meter preso a un pibe porque se bajó un disco. Es una locura.

¿Te enojan las discográficas?

Enojado no estoy. Estoy enojado con que persigan a la gente que comparte música. Hay mucha gente que gusta de tener el cd. Lo que ocurre que todo el negocio estaba montado en el fetiche. Y la industria discográfica floreció cuando los medios tecnológicos eran de una clase. Ahora eso cambió y no encuentran cómo insertarse en el mundo que hoy les toca vivir. Es imposible prohibir lo que se está tratando de prohibir. Tal vez hay que tener soluciones más inteligentes. De lo que estoy seguro es de que las mismas empresas que inventaron el compact disc hacen aparatos de reproducción de mp3. Por otro lado, todos los que te proveen Internet de una manera no muy clara te dicen que podés bajar toda la música que quieras. Entonces, por un lado hay una idea de estímulo y por el otro, de represión. Es una paradoja realmente penosa. A la vez, las mismas empresas no se dieron cuenta de que cuando la música se digitalizó, cuando se inventó el disco compacto, la habían transformado en información. En la década del ochenta la transferencia de datos era inminente. Ya es muy tarde para tratar de cambiarlo. Yo no estoy en contra de las discográficas, sino en contra de la falta de inteligencia con la que se manejan.

En 2007, el negocio era resucitar bandas. Ahora se usa el marketing de la rehabilitación: Charly García, Viejas Locas con Pity Alvarez desintoxicándose, Fabiana Cantilo...

Idolos eran antes de esto. Es un marketing, seguro, pero los procedimientos con los que se fabrican los ídolos antes de este último marketing tampoco me merecen interés. No querría opinar. Por un lado pienso que no hay nada romántico o profundo en un adicción. Creo que un adicto siempre es un mentiroso, pero siempre hay multitudes dispuestas a que les mientan. O no habría millones de personas votando a los políticos que son votados. Uno queda como un engreído, pero creo que las mayorías jamás supieron elegir. Entonces, si no saben elegir políticamente, ¿cómo van a poder juzgar arte?«

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