Más allá de “Balada para un loco”
Por Karina Micheletto
Solo Piazzolla, promete María Estela Monti desde el título de su flamante CD. No es cualquier Piazzolla. No es, al menos, el que mejor se conoce entre su obra cantada, asociada a los versos de Ferrer. Porque, como sintetiza la cantante, “¿qué más se puede agregar al grabar ‘Balada para un loco’ o ‘Chiquilín de Bachín’ otra vez?”. Monti abre en este disco perlas escondidas de Astor Piazzolla: obras inéditas y otras prácticamente desconocidas. Daniel Piazzolla, hijo de Astor, puso a disposición de Monti un enorme cajón de su biblioteca, y le ofreció las partituras escondidas de su padre. Así nació este Solo Piazzolla, un acercamiento diferente a la obra del bandoneonista en la voz de mezzosoprano de Monti.
El pianista Nicolás Guerschberg, encargado de la dirección musical del disco, y de aquellos arreglos que no aparecieron escritos por el mismo Piazzolla, es la otra pata fundamental del trabajo. Compañero además del grupo Escalandrum con el baterista Daniel “Pipi” Piazzolla (nieto de Astor), hizo de puente con Daniel Piazzolla padre, quien confió en la cantante y abrió las puertas de aquella biblioteca. “La suya fue una generosidad absoluta. No puso ningún tipo de reparos ni condiciones, simplemente nos dijo: llévense lo que quieran”, cuenta la intérprete. “Y después quiso venir a la grabación, porque hay temas como ‘Vals del 18’ o ‘Alienación’, que no había escuchado nunca.”
Así aparecieron estos dos temas que son inéditos, el primero con letra de Ferrer –aunque con una poética que se sale del sello del poeta–, el segundo con versos de Francisco Bagalá. Hay otros temas que no son inéditos, pero es como si lo fueran, por la escasa difusión de las pocas grabaciones que han tenido. La lograda “Los paraguas de Buenos Aires”, por ejemplo, otra vez con la firma de Ferrer. “Es de la época de ‘Balada para un loco’. Es un tema bellísimo, y casi no se conoce. Supongo que la balada tuvo un impacto tan fuerte, que lo que se compuso alrededor quedó medio opacado”, explica Monti.
Hay más: un homenaje a Violeta Parra, “Violetas populares”, un poco conocido tema con letra de Mario Trejo. “El títere”, un poema de Jorge Luis Borges (“lo conocíamos porque lo había grabado Rivero”, dice Monti). Una milonga sobre una letra de Atahualpa Yupanqui, “Campo, camino y amor”. “Atahualpa se reunió con Astor y le dio la letra del tema. Charlaron, y cuando Piazzolla se levantó para irse, Yupanqui lo paró y le dijo: ‘Hágamela sencillita, por favor’”, relata Monti, y es fácil imaginar reflejadas en la anécdota las personalidades de estos dos creadores. Por último, el bonus track “Palabras para Astor”, con letra de Raimundo Rosales y música de Guerschberg, actualiza la figura del homenajeado.
“Fue maravilloso tener acceso a este tesoro”, agradece Monti. “Estaban todas las partituras, en algunos casos con la letra escrita a máquina, en otros casos aparecía escrito el arreglo –por eso hay arreglos originales de Astor en el disco–, en otros estaba solamente la línea de piano con la melodía. Nicolás completó el resto e hizo un trabajo fantástico.” Acompañando a Monti también están Armando de la Vega en guitarra, Alejandro Guerschberg en bandoneón, Sebastián Prusak en violín, Juan Pablo Navarro en contrabajo, y Pipi Piazzolla participa como invitado en cuatro temas. Hay otra participación que Monti pide mencionar especialmente: el coleccionista Alberto Gerding, quien siempre colabora con ella en la búsqueda de repertorio.
“Fue un trabajo hermoso. Y quedaron un montón de temas que nos dio Daniel afuera. Por ejemplo, la música de una película, donde hay un tema que se llama ‘Graciela oscura’, que cantaba Egle Martin. También varios poemas de Borges musicalizados, cosas muy lindas.”
–¿Se viene la segunda parte entonces?
–No lo sé, porque éste salió tan redondito, que si hay uno más tiene que estar a la altura. Logramos además la música de Piazzolla con una multiplicidad de autores, no sólo con letras de Ferrer. Tendríamos que pensar mucho otro repertorio como para que nos conformara un segundo disco.
–Sus discos se caracterizan por buscar nuevos autores. ¿Por qué esta vez volvió a Piazzolla?
–Es un gesto absolutamente referencial. Es marcar el punto de partida que mi generación tuvo con el tango. No puedo generalizar, pero muchos de mi generación hemos entrado al tango con Piazzolla. Sin dudas fue mi caso. Y poder hacer un disco enteramente con temas suyos era como una deuda pendiente.
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