El bajista y cantante sacó su primer disco post Super Ratones. Habla de las cicatrices de la separación y de su pasión beatle.
Por: Gaspar Zimerman
En noviembre de 2007, Fernando Blanco anunciaba su renuncia a los Super Ratones con palabras ásperas: "Yo todavía tengo inquietudes creativas. No me va eso de eso de sacar un disco cada cinco años". Hoy, un año y medio después, está dando entrevistas para hablar del flamante Mares lejanos, su segundo disco solista, pero el primero post Super Ratones: al anterior, Blanco móvil (2005), lo grabó en paralelo a la banda. El tema de su ex grupo surge, inevitable: "No quiero caer en el ahora estoy mejor ni adentrarme en nuestros problemas internos. Las peleas públicas de las bandas son tristísimas. Se cumplen ciclos lógicos y hay que aceptarlo así. Uno arma una banda para ser libre; cuando ya no siente esa li bertad, lo mejor es parar. Ahora miro hacia adelante: estoy haciéndome de abajo otra vez".Los ojos de Blanco hablan de heridas sin cicatrizar y suplican un volantazo en el diálogo. Vayamos por la tangente, entonces: ¿cómo se maneja la soledad después de 23 años al abrigo de un grupo? "Cuando uno se lanza solo, tiene que saber que todo, lo bueno y lo malo, va a caer sobre sus hombros. Llega un momento en que hay que enfrentar eso sí o sí: algún día tenés que salir del cascarón". En rigor, no estuvo tan solo: como en Blanco móvil, en Mares lejanos lo acompañaron los músicos de Nube 9, su banda tributo a Los Beatles. Ahí toca, además, su pareja, Lucrecia López Sanz, a su vez líder de The Beladies, la primera banda femenina beatle del mundo.
"Lo bueno de tocar con una banda que conocés es que no necesitás ensayar demasiado. Y sí, también fue un gran apoyo para no sentirme tan solo". La influencia beatle es evidente en los catorce temas que Blanco com puso para Mares lejanos, pero no dejan de ser propios. ¿Cuál puede ser el sentido de tener una banda tributo cuando se tiene la capacidad de componer? "Me divierte, me nutre, me mantiene inspirado. Me gusta. Y, en paralelo, sigo haciendo lo mío".
López Sanz y Blanco se conocieron, dónde si no, en The Cavern del Paseo La Plaza, en 2001. Entre comentarios sobre Harrison y análisis sobre McCartney, formaron pareja y armaron Nube 9. "El fenómeno de las bandas tributo todavía no fue analizado con el detenimiento que se merece. Algo pasa para que la gente prefiera escuchar canciones que conoce, aunque no las toque la banda original, que conocer grupos nuevos. Además, son públicos diferentes: a la gente que sigue a una banda tributo no le gusta que tengas tu banda propia, y viceversa". ¿Y él quién sería en Nube 9: Lennon, McCartney, Harrison? "No, ninguno. Nosotros no somos una banda clon. Lo nuestro pasa por mantener viva esa música y compartirla. Es la misma diferencia que habría entre una orquesta interpretando música de Beethoven y un tipo con peluca haciendo de Beethoven mientras toca. Nosotros respetamos la partitura, pero con una impronta propia y un sonido actual". ¿Y cuál es la mejor banda clon? "The Beats está entre los mejores. En Liverpool vi bandas clones de todo el mundo, y algunas son muy buenas".
Liverpool: Nube 9 está por viajar por tercera vez a Inglaterra para tocar en la "Beatle week". Algo así como el paraíso terrenal del mundo Blanco: "Ahí me di gustos como fan del roncanrol: grabar con el baterista de Elvis, tocar con Johnny Rivers, charlar con el guitarrista de Bad Finger o el de Wings, hablar con Little Richard. Estar en Nube 9 es como jugar a ser el dios de la música: podés, por ejemplo, armar un concierto con el repertorio con la discografía solista de McCartney o la de Harrison, o tocar el disco de Los Beatles que quieras. Si no disfrutás de eso, estás loco".
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