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sábado, 19 de septiembre de 2009

Reactable, la última revolución musical


Sergi Jordà, el creador del Reactable, el instrumento colaborativo e interactivo del futuro, está en Buenos Aires. Aquí, advierte sobre el fin de la industria discográfica y sueña con el futuro de la música.


REACTABLE. La islandesa Björk ya utilizó el nuevo sistema. Jordà explica la invención que puede revolucionar la música popular del siglo XXI.


Lejos quedó la bravuconada del fallecido e inmortal Norberto Pappo Napolitano contra Dj Deró en el prime time de fin de semana. La música electrónica, verdad de perogrullo, está entre nosotros y para quedarse. Sin embargo, si lo dice el madrileño de nacimiento y catalán por adopción Sergi Jordà, la afirmación adquiere un matiz más fidedigno y científico.

De paso por Buenos Aires, no vino a hablar de física o de free-jazz, dos de sus pasiones y profesiones; está aquí, en cambio para presentar en Argentina un soporte, una máquina -un instrumento- ni más ni menos que amenaza con convertirse en el punto de ruptura e inflexión que alguna vez supusieron los sintetizadores y las mezcladoras. La islandesa Björk ya lo probó en Buenos Aires y durante su última gira mundial. Mejor preguntarle al padre de la criatura, de qué hablamos cuando hablamos de Reactable. "Es un nuevo instrumento que tiene forma de mesa y que se toca colocando objetos sobre su superficie, moviéndolos, desplazándolos y relacionándolos entre sí, pero básicamente es un instrumentos musical electrónico", cuenta en un diálogo exclusivo con Ñ Jordà minutos antes de su presentación en el Centro Cultural de España en Buenos Aires, que este viernes repetirá en la Alianza Francesa, antes de partir a Córdoba.

-¿Bajo qué circunstancias nació el Reactable?
-Bueno, yo formo parte del Grupo de Tecnología Musical (GTM) en la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona. Es un grupo grande importante, donde hay 50 investigadores de todo el mundo dedicados a productos e investigaciones en diferentes ámbitos siempre relacionados con la tecnología musical. Cuatro investigamos sobre este proyecto (Jordà, Marcos Alonso, Günter Geiger y Martin Kaltenbrunner).

-¿La idea fue crear una plataforma totalmente independiente de las computadoras?
-No totalmente, porque utiliza un ordenador dentro. El Reactable devuelve la gestualidad y la fiscalidad a la música electrónica, hecha con computadoras. Hay muchas formas de alejarse del ratón y del teclado y ésta es una de ellas. El diseño está pensado para que sea atractivo, para que no de miedo y para que se aprenda sin necesidad de que te lo expliquen; lo que no significa que sea sencillo, porque es muy –repite- muy complejo como los instrumentos tradicionales. No obstante, no intimida y atrae, está pensado para que haya una progresión, y para que el usuario pueda mejorar por sí mismo.

-¿Qué criticas recibiste por el Reactable? Hasta hace algunos años la antinomia entre música instrumental y electrónica era muy virulenta...
-Llevo toda la vida dedicándome a la música electrónica de manera muy outsider. Mi trabajo siempre se trató de experimentar y, sin pretenderlo, era un poco elitista. De repente, sin pretenderlo también, creé algo que se volvió muy popular. No lo pensamos, no dijimos "seamos famosísimos". Uno lleva toda la vida y piensa que los desarrollos son lineales. ¿Si sentí rechazo? No, todo lo contrario...

-Siempre resaltás la interactividad como el punto fundamental del éxito de Reactable. ¿Qué puertas abre la interactividad que permite la Web 2.0?
-Son dos cosas diferentes. Una cosa es la Web 2.0 y los contenidos que aportan los usuarios; y otra cosa es la forma en la que nos relacionamos con las máquinas y las computadoras. Son dos cosas diferentes aunque pueden tener puntos en común. El Reactable es interacción en tiempo real, para crear música en vivo y la máxima interacción entre un músico y un instrumento, como si fuera uno tradicional, como fue siempre. El fenómeno de la Web 2.0, por ejemplo nos ayudó muchísimo, porque sin YouTube no hubiéramos despegado como el día en que finalmente decidimos poner unos videos online.

-¿Por qué se decidieron a dar ese paso?
-Fue casual, en 2006. YouTube estaba comenzando y subimos los videos sin pensarlo demasiado. La recepción fue inmediata, al día siguiente ya había muchísima gente, al siguiente mes éramos la tapa de todas las revistas norteamericanas, y a los dos meses nos llamó Björk.

-¿Cómo surgió la relación con Björk?
- Nos escribió un día su manager y luego Björk utilizó el Reactable durante toda su gira. Nosotros le explicamos cómo usarlo a Demian Taylor, que es la persona que se encargaba de tocarlo. La verdad es que tuvimos muy poco tiempo, y sólo tuvo la mesa el día antes del primer concierto en Reikiavik. Luego, fue progresando de concierto a concierto.

-¿Ya los contactaron otros músicos profesionales?
-Estamos trabajando con varios músicos, pero ninguno está todavía en los escenarios y por eso preferimos no decir nombres por ahora.

-El Reactable respeta en gran medida la filosofía de Richard Stallman y el software libre no es casual teniendo en cuenta que siempre programaste tus propios software para hacer música.
-Es que la mejor forma de personalizar la música que uno hace con ordenadores es personalizándolos y programando tus propias aplicaciones; y, en mi caso, sobre todo teniendo en cuenta que cuando comencé a 25 años no había nada. Respecto del software libre, hay que decir que de los cuatro creadores del Reactable, Günter Geiger ha sido una de las personas más activas en los años 90 en lo que respecta a las aplicaciones de audio para linux. Por eso, con Reactable hemos seguido parcialmente con esta filosofía y hay partes del código que son libres y abiertos, por lo que hay centenares de proyectos en todo el mundo académicos o de chavales independientes que pueden tomar herramientas de nuestro modelo.

-¿Cuál es el objetivo de máxima que se trazan con el Reactable?
-Ya ha superado la expectativa que teníamos y hemos tenido que crear una empresa, porque era la única forma en la que podíamos seguir y dar a conocer todo esto. Un ideal sería que en unos años el Reactable o cosas derivadas de él formen parte del día a día de la música; como lo hicieron en su momento los sintetizadores modulares y los platos giradiscos. Creo que estamos cerca de esto, no en un sentido egoísta y personal, sino porque creo que en paralelo con el Reactable están surgiendo en todo el mundo proyectos similares. La música electrónica está aquí para quedarse, la música en vivo también. Sobre todo porque la industria discográfica está condenada a terminar y por consiguiente la música en vivo deberá incorporar cosas nuevas, que todavía hoy no existen. El Reactable es un paso en esta dirección y dentro de pocos años veremos todas estas consecuencias.

Cómo funciona Reactable

El Reactable consta de un tablero semi translúcido iluminado directamente con dos cámaras situadas al otro lado del tablero que analiza de vez en cuando la superficie y sigue los movimientos, la naturaleza, la posición y la orientación de los diferentes objetos físicos y lógicos que están situados sobre el tablero por medio de visión artificial. Varios músicos simultáneos comparten control completo sobre el instrumento moviendo y rotando los objetos en el redondo tablero luminoso. Al mover y relacionar los objetos por la superficie del tablero se modifica la estructura y los parámetros del sintetizador de sonido. Estos objetos conforman los típicos módulos de un sintetizador modular. Simultáneamente, el proyector muestra la actividad y las características principales del sonido producido, otorgándole de esta forma la necesaria retroalimentación al ejecutante. De esta forma varios músicos pueden compartir el control desplazando y rotando fichas transparentes sobre la mesa luminosa. Cada uno de los usuarios puede crear una función sonora diferente.


Problemas y futuro

Jordà también se refirió al futuro y los desafíos que deberá atravesar la revolución del Reactable. No cuesta de hecho imaginar prototipos para niños y versiones más cómodas para el hogar. Tal vez en un futuro todo el mundo ostente un Reactable en su casa, pero no por ahora."En este momento uno de nuestros principales problemas es que esta tecnología es cara, que somos un grupo pequeño y no podemos pretender fabricar 100 mil unidades para empezar. La progresión y hacer eso posible es algo complicado, pero esperamos que lograrla. Bob Moog, el inventor del sintetizador modular, vendió 15 aparatos y nosotros ya superamos esa cifra.

¿Lo están comercializando?
Se está comercializando una versión grande y sólida, que es más bien para instituciones públicas y para uso público. El modelo para los músicos profesionales es más potente y más transportable, pero todavía no lo tenemos definido.

-¿Qué grados de desarrollo existen hoy en la informática musical?
Más que antes y menos que mañana. Lo que el público conoce es la punta del iceberg de lo que se está haciendo...

¿Y en América latina?
-Los países punteros son Argentina, Colombia, Brasil, Chile México Hay una tradición de música electrónica y de informática musical. En Buenos aires y en Córdoba, por ejemplo, creo que hay bastantes cosas. El lado bueno de la globalización es que el conocimiento es cada vez es más global y que para investigar no se necesitan muchos recursos. Quizás Europa Estados Unidos todavía ostenten más desarrollo, pero no tiene por qué seguir siendo así.

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