La frutilla sobre la torta de este 9-9-9 es de lo que menos se habla: el videojuego The Beatles: Rock Band.
Producido por la misma empresa que empezó con Guitar Hero y luego subió la apuesta con Rock Band (juegos que ya facturaron nada menos que 3 mil millones de dólares), el juego de los Beatles tiene la aprobación de los cuatro mandamases de Apple: Yoko Ono por Lennon, Olivia Harrison por George y Paul y Ringo. “Cuando empezamos con Los Beatles el rock and roll era una música menor, una fase pasajera, y ahora es reverenciada como una forma de arte. Lo mismo sucedió con las historietas. Vi tantas cosas no consideradas arte convertidas en uno, que nunca menospreciaría un videojuego”, declaró McCartney a la revista del New York Times. Así como la primera edición de Los Beatles en compact fue considerada como la confirmación del éxito del formato allá por 1987, veintidós años más tarde este nuevo lanzamiento parece darle la despedida. Pero si el compact está cantando sus hurras, atención con el videojuego, porque –como señala Paul– puede ser el comienzo de algo. El primero en ver el potencial de un juego dedicado a las canciones de Los Beatles, según el artículo firmado por Daniel Radish, fue Dhani Harrison, el hijo de George, jugando al Guitar Hero. Cuando la casualidad lo puso cerca de Van Toffler, uno de los ejecutivos de MTV –que acababa de comprar Harmonix, la empresa creadora del juego, por 175 millones–, Dhani le dijo que deberían hacer un juego con más instrumentos. Así fue como Van Toffler lo puso en contacto con Alex Rigopoulos, que ya estaba trabajando en Rock Band. Cuando le propusieron trabajar en la música del juego –que viene con 45 temas y al que, a diferencia del Rock Band original, no se le podrán agregar canciones por separado sino álbumes completos (los tres primeros anunciados son Rubber Soul, Sgt. Pepper’s y Abbey Road)–, Gilles Martin, el hijo del legendario productor del grupo, asegura que se preguntó si realmente quería hacer un juego de los Beatles para guitarras de plástico. Lo que lo convenció, cuenta, es cómo la gente se compromete con el juego. “Es lo más parecido que he visto a la forma en que antes escuchábamos los discos. Algo que los chicos no hacen más, porque hay otras cosas que compiten por su atención.” Según McCartney, imitar a sus artistas preferidos “fue como empezamos”. Y subraya que, más allá de los formatos –vinilo, cassettes, compacts y downloads–, la base está en la canción. “Así que no hay ninguna diferencia”, dice. ¿Y el futuro? “En diez años vos vas a poder ser Paul McCartney, con una cobertura holográfica en tu muñeca. Y yo sólo voy a ser el tipo que estaba en los discos originales.”
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