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viernes, 20 de marzo de 2009

SUPER RATONES Y EL DISCO QUE ABRE UNA NUEVA ETAPA


SUPER RATONES Y EL DISCO QUE ABRE UNA NUEVA ETAPA

“La canción es la verdad absoluta”

Tras la partida de Fernando Blanco, el grupo barajó, dio de nuevo y sacó un disco diferente, a años luz de los devaneos playeros de 1990. “A veces es más difícil sobrevivir a un éxito que a lo que te aúna cuando la peleás”, argumentan.

Por Cristian Vitale

Ellos, al decirlo, se sorprenden otra vez: llevan más años de vida dentro de la banda que fuera. Parecen un clan. Llegan los tres casi juntos, ataviados para la foto, y Oscar Granieri, el pingüino, con su mujer y un niño que no para de hablar. “No lo puedo parar”, se ríe, ante la energía de un idioma aún poco reconocible. Person y Mario Barassi, el pelado, están pegados y la secuencia les parece cosa de todos los días. La historia oficial marca que están juntos desde 1985; que el primer disco (Rock de la playa) llegó cinco años después; que el sucesor (Segundo tiempo) sirvió para desembarcar en Buenos Aires (Obras) como una especie tercermundista de los primeros Beach Boys; que en 1993 Jerry Lee Lewis los invitó a EE.UU. para grabar el tercero (Aire para respirar); que luego de escupir mil canciones durante los ’90 llegaron a su punto caramelo con Mancha registrada –el de “Cómo estamos hoy”–y que luego levantaron el pie del acelerador: después de Urgente (2003), el guitarrista Fernando Blanco anunció su partida, y hubo que barajar y dar de nuevo. “Teníamos el disco terminado y se fue. Eso nos obligó a una especie de reconfiguración, porque tuvimos que sacar sus canciones y componer otras”, explica Barassi.

–¿Fue traumático? Fernando estaba desde los principios...

Person: –Es fácil de explicar: si se hubiese ido cualquiera de nosotros, el grupo sólo hubiese perdido una cuerda del coro. Digo, la transición fue rápida y poco traumática. Cuando él se fue, nos tomamos diez días de reflexión y seguimos..., no podés invertir 24 años de tu vida para dejarlo todo porque sí.

El disco, epónimo, salió con delay y es el noveno de una carrera que fue trocando cantidad por calidad. El sonido de Súper Ratones, hoy, dista mil millas de aquel de los orígenes: un poco por evolución lógica y otro por desprejuicio y seguridad. Ya no existe la necesidad de identificarse con algo fuerte (Beach Boys) ni sobreesforzarse para llegar a determinado nivel de exposición. La banda ya lo tuvo y está en un punto de equilibrio. Dice Barassi: “Todo nos pasó como una película. Cuando éramos chicos sentíamos la necesidad de identificarnos con algo para tratar de trascender. Ya no... es un proceso natural”. “El otro día estaba viendo en el Hallmark Channel la vida de los Beach Boys. Y me acordé de que al principio nos comparaban con ellos no sé por qué situación, calculo que por el mar y las voces”, sigue Person. “Pero yo saqué otra relación: ellos se sobrepusieron a la muerte de un integrante, a la locura de otro, a que el baterista saliera con la hija del cantante..., creo que nos parecemos en alguna de estas cosas. ¿Tendrá que ver con el mar y los coros?”, se ríe.

Súper Ratones, que será presentado el 9 de abril en La Trastienda Club, tiene producción propia, 16 redondas canciones power-pop, un link directo con las Abuelas de Plaza de Mayo –un banner de contacto con la Asociación– y una larga lista de invitados: Juanchi Baleirón, Tavo Kupinsky, Mafia de Kapanga, Sarcófago, Miguel Cantilo, Jorge Maronna y ¡Alberto Fernández!, sí, el ex ministro K. “Es amigo nuestro de hace años. Lo invitamos a tocar la guitarra acústica en ‘El último verano’...”

–Una triste canción de amor...

Person: –Una tristeza de verano... de varios veranos (risas). El sentido de la canción es que no existe otro verano después de éste, es como el último samurai. En general, las canciones tienen mucho de esencia nuestra, mucho que ver con la banda en lo conceptual. Pudimos recuperar el uso de los coros, algo que teníamos relegado.

Oscar Granieri: –Siempre nos caracterizamos por cantar mucho, y esto superó la partida de Fernando. En realidad, el disco sirvió para reconfirmar una situación: somos las mismas personas que pasamos por todo esto desde 1985. Literalmente, pasamos por todos los estados, de tocar en un garage a girar por el país, o encarar una carrera discográfica con sus alzas y bajas. De tener mucho éxito a estar en la lona, y repuntar.

–Un camino intransitable si no aparece el plus humano.

Person: –Qué amistad o qué huevos, ¿no? ¡Nos bancamos cada cosa!

Mario Barassi: –Incluso, los momentos buenos a veces son momentos de crisis también, pueden llevar a separarte. A veces es más difícil sobrevivir a un éxito que a lo que te aúna cuando la peleás. Hay un peso fuerte de la esperanza ahí. Lo humano trasciende todo.

Pequeñas anécdotas sobre las canciones. Introduce Person: “En este disco, pensamos en poner en un altar las canciones. La canción es la verdad absoluta, nuestra razón de ser músicos más allá de cualquier ego. Cuando ella es la estrella, la tiene que tocar el mejor..., ahí empezamos a llamar músicos que admiramos”. Entre ellos, también Ken Stringfellow, que compartirá el show en La Trastienda. El ex guitarrista de R.E.M y The Posies escuchó una versión homenaje que Súper Ratones había grabado en honor a la banda de Bellingham (Seattle) y se ofreció a componer la estrofa de un tema y cantarla. “Fue en ‘Todo el mundo te hace algo’. La canción estaba completa y mezclada, y hubo que modificarla casi toda. Jamás se nos hubiese ocurrido que iba a pasar algo así”, señala Barassi.

Person focaliza la atención en una de las nueve compuestas por él: “¿Qué hay en tus ojos?”, balada coloreada por las voces de Miguel Cantilo y Roque Narvaja, dos referentes del baterista-cantante. “Estaba en séptimo grado y con un amigo de Mar del Plata, un tal Roberto Meo, cantábamos ‘Adonde quiera que voy’... yo no sabía tocar, pero cantaba naturalmente. Y estaba fascinado con Cantilo. Después, por las cosas de la vida, nos cruzamos, nos hicimos amigos y, cuando hicimos esta canción, me sonó para que la cantara él. Después vino Roque y cerró el círculo. Los tenía a los dos en el estudio y no lo podía creer. ¡Miguel canta mejor que antes... es como Gardel!”

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