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sábado, 14 de marzo de 2009

Faryl Smith, la pequeña Pavarotti


Faryl Smith, la pequeña Pavarotti, vende más que U2


La adolescente galesa, de sólo 13 años, acaba de firmar un contrato de 2,5 millones de euros y en estos días 80 mil copias de su primer álbum van camino a las tiendas de discos del Reino Unido. La mezzosoprano, que en Internet ya vende más que U2, surgió como ganadora de un programa de búsqueda de talentos de la televisión inglesa.

Por: Rafael Ramos

CANTARE Y SERE MILLONES. La canción River of light, inspirada en el vals El Danubio azul, es uno de los cortes del primer CD de Faryl Smith.


Sólo cuenta trece años, es una niña, y su esbelta figura no tiene nada que ver con la del mítico y orondo tenor italiano, pero la mezzosoprano Faryl Smith es conocida ya como "la pequeña Pavarotti". Ganadora de uno de los múltiples concursos al estilo Operación Triunfo que llenan las pantallas de la televisión del Reino Unido, su futuro parece escrito con la F de fama y fortuna.

La precoz estrella musical tiene en su haber una magnífica voz, belleza y simpatía, valores inapreciables en la tan elusiva búsqueda del éxito. Inmersa todavía en los avatares de la adolescencia, Faryl ha puesto ya su firma en un contrato de dos millones y medio de euros con la discográfica Universal Classics, y 80.000 copias de su primer álbum van camino de las tiendas de discos de todo país. El próximo reto –más difícil todavía– será conquistar el mercado de Estados Unidos.

Críticos, profesionales y compañeros del gremio coinciden en que Faryl Smith es una niña prodigio con el potencial para batir todos los récords de ventas de música clásica, muchos de ellos en posesión del fallecido Pavarotti. Por falta de apoyos y asesoramiento no va a ser, porque tiene en su rincón un impresionante aparato de relaciones públicas, y la asesoría de la mezzosoprano galesa Katherine Jenkins, quince años mayor que ella y que no repara en elogios hacia su protegida: "La primera vez que la vi ya me di cuenta de que estaba delante de una estrella. Se me puso la piel de gallina al oírla cantar. Tiene una voz maravillosa e increíble, de esas de las que sólo surge una entre un millón".

El álbum con el que debuta la pequeña Faryl –del que ya se han vendido por Internet más copias que del último del grupo irlandés U2– es un popurrí de temas clásicos y populares. Entre las doce canciones figuran el Ave María que le dio la victoria en el concurso Britain's got talent del pasado mes de mayo, una nueva versión de Amazing grace, Annie's song de John Denver, el himno galés Calon lân, y un tema que ha llamado River of light, inspirado en el vals El Danubio azul.

Las dos grandes sorpresas del esperado CD son fruto de la colaboración con Björn Ulvaeus, uno de los cuatro integrantes de Abba, que ha reescrito especialmente para ella la canción The way old friends do, para que en vez de hablar de divorcio lo haga sobre la amistad. "A quienes llevan mi carrera debió de parecerles inapropiado", dice Smith con la picaresca propia de una adolescente que no se chupa precisamente el dedo.

"Faryl es nuestra prioridad absoluta y va a convertirse sin duda en la mayor estrella de la música clásica –afirma entusiasmado Dickon Stainer, director de Universal, que ya ve fluir un río de millones de euros, dólares y lo que haga falta–. Es el gran talento de su generación, con el potencial de hacer la música clásica mucho más atractiva, popular y accesible a las masas. Lo más importante es manejar bien su carrera, y cuidar y desarrollar una voz portentosa".

Nacida en la localidad inglesa de Kettering, hija de una peluquera y un inspector sanitario, lo más sorprendente es que no hay ningún antecedente musical o artístico en la familia de la pequeña Pavarotti. Mientras las niñas de su edad estudian historia y lengua, ella tiene un profesor particular, graba discos, concede entrevistas, va de gira y gana millones. Su próxima cita es el estadio de Twickenham, donde el sábado cantará los himnos de Inglaterra y Gales en el partido de rugby del partido de las Seis Naciones. El colegio y las mates pueden esperar...

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