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jueves, 26 de febrero de 2009

LA PORTUARIA: 20 AÑOS


Veinte años de La Portuaria: "Estamos vitales y excitados"

La banda de Diego Frenkel celebra el aniversario con un gran concierto al aire libre. En una larga charla, hablan de los comienzos, de la importancia de David Byrne y de los motivos por los que se separaron varias veces.

"Hoy no le temo a la muerte", clip de La Portuaria junto a David Byrne de su disco "Río".
Guiso. Ese término usó alguna vez Diego Frenkel para definir un disco de La Portuaria, pero la mezcla no tiene que ver con ese disco, sino que marca el objetivo de la banda desde sus comienzos. Hace veinte años, la banda editaba Rosas rojas, primer disco y puntapié inicial del mestizaje dentro del rock argentino, una avanzada que marcó (y marca) a otras bandas en el ejercicio del contrabando musical. "¡Contrabando!", exclama Frenkel. "Me encanta esa palabra. Me encanta no pagar impuestos artísticos. Me gusta arrebatar algo que esta ahí a la vista y usarlo. Y me encanta que lo hagan todos, que lo hagan con nosotros. Hacerlo es propio de un robo con buena onda".

La Portuaria surgió de las entrañas de Clap, una banda fugaz que formaban, entre otros, Frenkel, el bajista Christian Basso y el tecladista Sebastián Schachtel. Una vez disuelto, Basso y Frenkel comenzaron a pensar La Portuaria de acuerdo al bagaje que adquirieron en viajes y experiencias con otras músicas. Frenkel: "Christian venía de un viaje de Europa y Marruecos y me mostró un casete que era un compilado de diversas músicas étnicas. Nos gustó mucho abordar ritmos y folclores del mundo. Yo a eso le sumé mi conocimiento y mi pasión en ese momento por la música brasileña e incluso de otras áreas de Latinoamérica. Le pusimos una cuota de humor y de fantasía. Esa es la forma en la que la banda se inició. Y de ahí el nombre, también".

Tras separaciones varias, cambios de integrantes, hoy vuelve Basso a la formación, que se completa con Schachtel, Colo Belmonte, Adi Azicri, Alejandro Terán y a Miguel Angel Talarita.

En 1993, tras la salida de Devorador de corazones se vieron montados en el éxito masivo gracias al hit Selva, espíritu festivo que recuperan en La vaca atada, su disco de 2008. El primer corte homónimo de este último disco se hace manifiesto prefiero ser el alfeñique que entretiene a la monada saltando, bailando. Es que ellos insisten en el carácter lúdico de la banda. Y eso, dicen, anula el siempre inexplicable mote de world music. "No hacemos música documentalista -afirma Frenkel-, ni world music, ni etnorock ni nada. De la misma manera que recuerdo a los Beatles que metieron el sitar de la India, o los Talking Heads que pusieron el r & b y la música africana y lo mezclaron con el rock, o Police que mezcló el reggae con la cosa más blanca".

Entonces siempre les molestó eso de "world music".

Frenkel: ¿Aún se usa?

Basso: Me parece que cuando se hizo el primer disco y empezó La Portuaria, pusimos en el tapete instrumentos o ritmos que tenían que ver con las cuturas que nos llamaban la atención, ver la diferencia que había entre una canción hecha en Africa y jugar con eso. Las bateas tienden a desaparecer. Nunca me identifiqué con nada y creo que ninguno de nosotros tampoco. Nunca hemos pertenecido a ninguna tribu.



¿Cómo se evita ser turista cuando uno mezcla géneros disímiles?

Belmonte: Porque surge de algo concreto y real de uno. Es algo que uno lleva incorporado, son paisajes incorporados. Ese paseo por Marruecos de Christian lo incorporó, pasó a ser parte de él, no es solamente un paseo turístico.

Frenkel: Para mí es simplemente entrarle a las cosas desde un lugar fantasioso sin el excesivo respeto que implica meterse con tal o cual ritmo, cultura. Justamente, la música, la composición y el terreno creativo del arte es un espacio de libertad. Creo que eso, incluso, es el espíritu del rock primigenio.

La influencia que imprimió La Porturia en otras bandas tiene que ver más con una forma de trabajo, una insolencia respetuosa para meterse en terreno ajeno, que con un sonido específico. Belmonte: "Es cierto que a La Portuaria le tocó abrir el juego, sobre todo para comunicarle a la gente que hacer eso era posible".



Si el cliché dice que las bandas son como un matrimonio, ¿cuántas situaciones de violencia matrimonial hubo en estos años?

Frenkel: Somos más bien una familia atípica. Tuvimos bastantes momentos de turbulencia. Por suerte los hemos podido superar y creo que es lo que nos tiene hoy juntos. Finalmente creo que nos separaron la neurosis y la intolerancia hacia el otro.

¿Y por qué volvió Christian?

Basso: Tengo que pensar... Realmente, con Diego estuvimos en contacto siempre. Desde 1996, cuando la banda tuvo la primera separación grande, yo estuve al margen hasta ahora, hasta 2009. Siempre había encuentros, pero, bueno, se dio la situación de verlos tocar en La Trastienda, me invitaron a tocar en algunos temas y se dio algo bastante mágico.

Frenkel: Cuando invitamos a Christian a La Trastienda, fue "que suba a tocar sí o sí". Ahí lo agarramos, lo acorralamos y después de dos fernets nos miramos y dijimos "la semana que viene estamos tocando juntos de vuelta". "Sí, listo". La música atraviesa toda la pelotudez del mercado. Hoy estamos vitales, excitados y sintiendo que es uno de los mejores momentos de La Portuaria.

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