Apoya mis publicaciones con un ME GUSTA!

martes, 17 de febrero de 2009

ALANIS MORISSETTE EN Bs As


Como una gran catarsis colectiva


El jueves dio un show breve pero contundente, que incluyó gestos rockeros. Los fans la ovacionaron con delirio.

Por: Guillermo Zaccagnini

Luna Park lleno y fans contentos en la noche de Alanis Morissette. Por Pedro Irigoyen
Alanis Morissette pronuncia "she" como si estuviera tocando un redoblante con una escobilla, y la banda acompaña entre lo hipnótico y lo soporífero, pero la invitación se rompe a cada rato porque la canadiense descorcha súbitamente notas hacia el techo del pentagrama. Canta la letra "a" con la boca abierta en un movimiento Muppet e incita el karaoke en la platea. La figura del cantautor está revestida de una presunta catársis, pero Alanis no está en ese estado en escena, sino que ese sístole/ diástole vocal les provoca convulsiones a los fans. La gente grita las canciones convertidas en himnos personales, despliega cartulinas con bricolage devocional -gente grande...-, estira las manos tratando de alcanzar a la Morissette a distancia. La purga, en este caso, la hace el público en un Luna Park repleto.

El videoclip de You Oughta Know mostraba a la cantante tapada por su propio pelo en un alarde de furia -y en la vereda opuesta del concepto de Andrea Alvarez sobre "la mujer antifrizz"-, pero el concierto tiene apenas chispazos de esa Alanis '95. El show comienza con Uninvited y Versions of Violence en pulso masculino, con la banda afectada a lo nü metal y ella doblada por la mitad haciendo headbanging. Y ahí se disuelve la bronca aparente. Elige, entonces, revestir de amabilidad Head Over Feet, quitarle distorsión y volver más percusiva y afiebrada su versión de You Oughta Know y montar un unplugged hacia el final en un plan más sutil. A diez años de su segunda visita a la Argentina, Morissette no se apoya demasiado en Flavors of Entanglement, su último disco, sino que prefiere recurrir a una selección de canciones que deja hits afuera -aunque no los principales- y desempolvar algunas canciones.

La comunicación obvia Morissette-fans es escueta. Ella habla muy poco, tira un "gracias" de vez en cuando, presenta a sus músicos entre temas, dedica alguna mirada sectorizada, dirige el micrófono hacia el público en un solo tema. No más: su energía está puesta en su performance y no tanto en los condimentos. Camina a pasos agigantados a lo largo del escenario de forma constante, gira sobre su eje con los brazos extendidos, ensaya un baile pendular al tiempo que se frota las manitos a lo mapache, administra fuerzas para llegar bien a cada nota alta. Pero si en un marco austero de luces, escenografía y recursos se percibe una naturalidad en lo que ella está haciendo, los sesionistas operan de "polichinelas danzarines" y restan pasándose de "poseídos" por la música. Poco después de la hora y media el final arrebata You Learn, Ironic y Thank You en tándem para coronar la sensación de brevedad.

0 comentarios: