Un ritual setentista
Aeroblus Emotivo tributo de Alejandro Medina y otros músicos a la ex banda de Pappo, a 33 años de su disco.
La última vez que Alejandro Medina se cruzó con Norberto Pappo Napolitano, éste le confesó con su inolvidable vozarrón sus ganas de volver con Aeroblus. El viernes, en el Teatro de Flores, el bajista se dio el gusto de cumplir su deseo y también, póstumamente, el de su antiguo compañero de andanzas. Junto al baterista brasileño Castello Junior, las dos terceras partes del grupo original se dedicaron a recrear en vivo, su álbum homónimo. Los acompañaban Gustavo Chizzo Nápoli, cantante y violero de La Renga, y Claudio Rodríguez, guitarrista de la Medinight, la actual banda del ex Manal.
Fue un debut y despedida. El propio Medina había aclarado que el objetivo era rendirle un merecido “tributo” al único trabajo de la banda a 33 años de su salida. Dentro de la discografía de Pappo, Aeroblus (1977) puede escucharse como una especie de eslabón perdido entre Pappo’s Blues y Riff: el link necesario entre el blues electrificado de los primeros y la aleación metalera de los segundos. Y esa fue la impronta del show, que comenzó con los cantitos del público invocando al espíritu del Carpo: una ceremonia de hard-rock según la tradición criolla. Cruda. Valvular. Setentista.
“Quiero agradecerle al maestro Napolitano”, dijo el hombre de las cuatro cuerdas y los bigotes característicos, arrancando el repaso con un contundente Vamos a buscar la luz , el mismo tema que abre el disco. Pibes y pibas con remeras de La Renga que no habían nacido cuando Aeroblus ya se había disuelto se mezclaban con jóvenes rockeros de ayer que hoy peinan canas. Enseguida vinieron Tema solísimo y Completamente nervioso , con Chizzo al micrófono. Y entre la potencia del bajo y los golpes de Castello sobre la batería, quedó claro que el trío se podría haber llamado Heavyblues.
Al breve Árboles difusores le siguió Vendríamos a buscar , con Lola Medina como vocalista invitada. Y así se fue el Lado A del recital, con un intermedio de la Medinight. La segunda mitad arrancó con Vine cruzando el mar .
“Voooy caminando voooy” , coreó la multitud. Y el entusiasmo general fue in crescendo con Nada estoy sabiendo , que aportó un color más bien introspectivo. “Sólo sé/ que nada estoy sabiendo”, cantó Chizzo, en un par de líneas que encierran una duda cartesiana en un taller mecánico de La Paternal habitado por fantasmas bluseros: Pappo o la vertiente barrial del existencialismo. La única vez que Chizzo se salió de la letra, fue para pedir un aplauso para Medina. Respetuoso, se ubicó en su lugar de segunda voz y guitarra. Pero su protagonismo era evidente y, a la hora de los bises, no pudo esquivar el bulto. En la zapada final sonaron Salgan al sol de La Pesada del Rock and Roll y Doña Laura de Manal, con la aparición de Tete Iglesias de La Renga en el bajo. Se completó la formación del trío de Mataderos, con Tanque Iglesias en la batería en una rabiosa y festejada Panic show . Fue apenas una “intervención” que, sin embargo, provocó el clímax de la noche.
AEROBLUS
el porteño teatro Premier con no muy buenas críticas.
El mismo año editan su único disco bajo el sello Polygram
con temas como "Arboles difusores", "La divina",
"Estoy completamente nervioso", "Aire en movimiento",
"Buen tiempo" y "Te vi en la niebla". El baterista
Junior Castello, brasilero, regresa a su país en 1978 y mientras
esperaban su regreso Pappo y Medina reflotan Pappos Blues. Como el
baterista no regreso a la Argentina, lo reemplazaron con Gonzalo Farrugia
pero el trío no funcionó y tanto Pappo como Medina decidieron
apostar a Pappos Blues dejando de lado Aeroblus. En 1998 se editó
el disco "Aeroblus" en CD con una excelente remasterización
digital, donde se puede sentir toda la potencia de lo que fue el grupo
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