El flamante Album (así se llama el disco) es una colección de doce canciones con la mejor tradición del pop rock americano.
Por Daniel Jimenez
A medida que avanza Album, el disco debut de Girls lanzado a fines del año pasado, es inevitable dejarse llevar por ese camino imaginario y luminoso que conduce río abajo hacia verdes praderas. O sentir la brisa del primer sol de una mañana de domingo en la cara, ligeramente colocado y con tiempo para caminar. Christopher Owens, cantante y mitad de Girls junto a Chet White, dice que las dos secuencias podrían definir perfectamente a la banda. “Son lindas formas de describir nuestra música y podrían ser buenas descripciones, aunque me gusta la idea de que cada uno tenga su propia opinión al respecto sobre lo que hacemos. Ya que se hable de nosotros en la Argentina me pone muy feliz”, reconoce.
Album es una colección feliz de doce canciones que abrevan de la mejor tradición del pop rock americano, de Buddy Holly a los Beach Boys, con algunos guiños (de Owens) a la new wave y del propio Owens al gran Elvis Costello (su parecido en Hellhole Ratrace es asombroso). Según sus palabras, “el proceso de grabación, mirando hacia atrás hacer el álbum, fue difícil pero divertido al mismo tiempo, porque aprendimos y utilizamos cada recurso hasta lo último. Además lo hicimos todo con cosas baratas, nada muy caro. Y eso lo hizo excitante”.
A diferencia de White, Christopher viene de dos experiencias previas que marcaron su rumbo siendo un joven sin futuro, perdido en San Francisco: Children of God y Holy Shit, donde comienza a escribir muchos de los temas que terminarían en el debut de Girls. Proyecto que se asienta en las constantes composiciones de Owens, quien asegura que no hay una fórmula para la canción pop. “Una canción de tres minutos puede que te lleve también tres minutos escribirla, por eso no trato de cambiar la idea original. Es como descubrir una canción que ya estaba escrita en mi cabeza, como poder observar un sueño durante la noche. Y es importante aclarar que no existe, al menos para mí, la idea de que la música pop no puede hablar de cosas serias. Creo que se puede encontrar un punto justo al cual se puede llegar”, dice, y aconseja: “El propósito del arte es atraer la atención hacia sí mismo, y la música pop es una parte importante de la vida moderna. Por eso no hay reglas para componer una canción pop, excepto que tiene que ser pegadiza”.
Girls, al igual que muchos artistas nacidos musicalmente en la última década (quizá con los Arctic Monkeys como ejemplo), halló en Internet un universo de posibilidades que sus colegas de los ‘70 y los ‘80 ni siquiera imaginaron: MySpace, blogs, Twitter y un abanico de espacios por donde filtrar su música. Para Owens, estos tiempos no son mejores, ni peores, sino diferentes. “Haber entrado al mercado en la época de Internet es... distinto. Antes era mucho más difícil poder expresarte y ahora te encontrás con que todo está más cerca y disponible. Pero, por el otro lado, atención: si cometés un error, debés saber que todo el mundo va a estar ahí para verlo.” Este próximo domingo, Girls realizará su primera y única presentación en Buenos Aires con sólo tres años de vida y un disco bajo el brazo. Tal vez esa urgencia y voracidad se reflejen en el tono firme de Christopher, que amenaza: “Vamos a hacer rock and roll”. Que así sea.
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