Gustavo Montesano (Buenos Aires, 14 de octubre de 1955)es uno de los músicos y productores más destacados de los panoramas musicales argentino y español. Ha formado parte de bandas míticas como la argentina Crucis, en los setenta, y la española Olé Olé, en los ochenta y noventa.
Crucis: sus inicios en Argentina
Su carrera musical comienza hacia 1974 en Argentina. Allí forma parte de una exitosa banda de rock sinfónico, Crucis. El grupo obtiene apoyo de crítica y público desde un primer momento y eso garantiza el éxito de su primer álbum titulado Crucis (1976) . Un año después graban su segundo trabajo, Los delirios del mariscal,un trabajo básicamente instrumental.
Ese mismo año 1977, Gustavo comienza la grabación de su primer disco en solitario, lo que propiciaría la disolución de Crucis. Homenaje es el título de este trabajo y en él participan, entre otros músicos, Jorge Álvarez.
Posteriormente, forma Merlín junto a Alejandro De Michele, dúo que edita un solo disco pues se separan rápidamente a causa de profundas diferencias personales. Luego Gustavo forma Patricio y los Negativos y Doctor Rico, bandas efímeras que no llegan a dejar registros grabados.
A mediados de 1981 forma, junto con su hermano Marcelo, la banda Montesano, con la que llega a grabar en 1982 el álbum titulado El pasillo.
Olé Olé: su triunfo en la música pop española
Al año siguiente Jorge Álvarez le reclama para el nuevo proyecto que había puesto marcha en España, el grupo de tecno pop Olé Olé. Con Olé Olé graba siete lps desde 1983 hasta 1993 con los que obtiene múltiples discos de oro y de platino, tanto en España como en Latinoamérica. Gustavo se convierte en el compositor principal de la banda, a la que aporta singles de éxito como Voy a mil, Déjame sola, Yo soy infiel, Con sólo una mirada y muchos otros. Olé Olé es uno de los grupos más populares en la España de los ochenta. El enorme éxito que alcanzan sus distintas cantantes propicia que abandonen el grupo y se lancen a carreras en solitario con desigual fortuna. Este fue el caso de Vicky Larraz, Marta Sánchez y Sonia Santana.
Durante esos años decide producir en 1987 a la banda de rock Héroes del Silencio, grupo de gran éxito al que Gustavo ayudó en sus inicios.
Trabajos como músico y productor tras Olé Olé
Tras finalizar la andadura en Olé Olé, se dedica a producir a diversos artistas y además comienza a trabajar en diversos proyectos en solitario. El primero que ve la luz en el año 2000 fue Fantasía Flamenca, un original e innovador proyecto en el que Gustavo interpreta con guitarra española diversas piezas de música clásica de autores como Beethoven o Vivaldi. La idea parte de Jorge Álvarez, que se convierte en productor del disco junto a su ex-compañero en Olé Olé, Juan Tarodo. Realiza la grabación junto a la Royal Philarmonic Orchestra. El proyecto se publica en diversos países europeos y se convierte en un éxito en los circuitos de música clásica.
Su siguiente disco fue Soul and Soil, que aparece en el año 2003. Se trata de un disco instrumental en la línea new-age, donde Gustavo refleja distintas vivencias y emociones a través de las melodías. Se trata de un proyecto que se aleja de toda línea comercial y que busca ante todo la belleza y la esencia de los sonidos que surgen de la soledad e instropección de un músico. Hay que destacar dentro de este trabajo piezas como Sea side song, Butterfly roots o Loving the angel.
En el año 2009, Gustavo se encuentra en Argentina preparando su primera ópera, que espera poder estrenar a mediados de año. También continúa produciendo grupos tanto en España como en América. Dos de sus proyectos más recientes son las producciones del grupo español Nube Roja o el americano Medium.
Olé Olé 2007: regreso a su mítica banda
En 2005 Gustavo decide recuperar su proyecto más exitoso, Olé Olé. Para ello se contacta con Luis Carlos Esteban, el ex-teclista del grupo, y con Vicky Larraz. A ellos se unen también su hermano, Marcelo Montesano, y Emilio Estecha, el ex-bajista de Olé Olé. Sin embargo, y después de un año largo de trabajo, Vicky Larraz abandona el proyecto por diferencias de criterio y en el grupo solo se mantienen Gustavo y Luis Carlos Esteban. Buscan una nueva cantante, Marta Domínguez, y con ella graban su octavo disco, Grandes éxitos y otras terapias de grupo, que aparece en abril de 2007. Este trabajo incluye tres nuevas canciones y nueve grandes éxitos revisados en la voz de Marta Domínguez.
Discografía esencial
CRUCIS
* Crucis(1976)
* Los Delirios del Mariscal (1977)
* Cronología (2000)
GUSTAVO MONTESANO
* Homenaje (1977)
* Fantasía flamenca (2000)
* Soul and soil (2003)
MONTESANO
* El pasillo (1982)
OLÉ OLÉ
* Olé Olé (1983)
* Voy a mil (1984)
* Bailando sin salir de casa (1986)
* Los caballeros las prefieren rubias (1987)
* Cuatro hombres para Eva (1988)
* 1990 (1990)
* Al descubierto (1992)
* Grandes éxitos y otras terapias de grupo (2007)
CRUCIS BIOGRAFIA
Crucis fue formada en agosto de 1974 por Gustavo Montesano (Guitarra y vocalista), José Luis Fernández (Bajo), Daniel Frenkel (Batería) y Daniel Oil (teclados). Cuando Fernández dejó la banda, Montesano pasó al bajo. Luego Marrone y Kerpel se unieron. En 1975 Daniel Frenkel dejó el grupo y Gonzalo Farrugia (quién venía de tocar en la banda Psiglo) lo reemplazó. Según una entrevista, Gustavo Montesano y Pino Marrone se encontraron con Farrugia en un colectivo y de ahí tomaron contacto para finalmente sumarlo al grupo.
Editaron dos álbumes, Crucis en 1976 y Los Delirios del Mariscal en 1977. Una de las características más destacables de la banda era que los temas registrados en sus discos eran grabados en vivo. La banda tuvo presentaciones existosas en los teatros del país y en Estados Unidos. Luego de volver de su gira por Norteamérica y tras una serie de conflictos personales entre ellos, decidieron separarse imprevistamente.
Los 4 integrantes de esta banda tenían una gran técnica y calidad musical. Por los años en que ellos tocaron lograron un gran sonido de estudio. Tuvieron producción en los Estados Unidos, algo impensado para un grupo latinoamericano de aquella época.
El 9 de enero del 2009 en Uruguay, Gonzalo Farrugia se suicida, desapareciendo quizas, una esperanza de futura reunion de Crucis.
GUSTAVO MONTESANO: ENTREVISTA (año 1995)
"El rock sinfónico era para dinosaurios”
Por Ana Clara Pérez Cotten
El músico Gustavo Montesano disfruta de los últimos días de su visita a Buenos Aires. En el living del departamento de su madre en Flores, recuerda sus días como integrante de Crucis, la exitosa banda de rock sinfónico que a final de los setenta llegó al tope de la popularidad, junto a Sui Generis. Crucis se separó y Montesano, que se sintió acorralado por la dictadura, decidió irse del país. A pesar de que vive en España desde hace 28 años, tiene un tono y un lenguaje más porteño que español. Cuenta que en Madrid de lo único que se habla es de la crisis mundial, que Coldplay es una banda “maravillosa”, y que le gustaría que Crucis volviera a tocar. En Buenos Aires, se reencuentra con su primo, el escritor César Aira. “Somos los únicos de la familia que nos dedicamos de lleno a nuestra vocación artística. Cuando viaja a Europa para dar conferencias aprovechamos para vernos y jugar al ajedrez”, cuenta.
Noticias: ¿Cómo es la experiencia de regresar al país cada año?
Gustavo Montesano: Me encanta volver porque tengo a mis padres y a amigos acá. Además, sigo de cerca la evolución del país. Me cuesta entender que todavía se mueran chicos de hambre y que si bien hace 25 años que hay democracia, cueste tanto consolidarla. Paradójicamente, huí de la dictadura y llegué a España después de la muerte de Franco y vi todo ese proceso.
Noticias: ¿Y cómo fue cambiar de paradigma?
Montesano: Viví una experiencia extrañísima. Los últimos años con Crucis en la Argentina fueron muy complicados. Los fines de semana salíamos de gira en un micro y nos paraban en varios operativos y nos revisaban los equipos, siempre llegábamos tarde a los conciertos. En verdad, creo que no teníamos conciencia de lo que pasaba, pero nos deprimíamos por nuestra realidad.
Noticias: Cuesta imaginar la depresión de músicos de rock exitosos.
Montesano: Sí, pero oscilábamos entre la euforia y el miedo. Crucis fue uno de los primeros grupos que viajó a los Estados Unidos para grabar. Recuerdo que ahí me encontré con exiliados que me hablaron por primera vez de campos de concentración y de torturas. Pero cuando volví, mi familia no me creía: nosotros llevábamos el pelo largo y tocábamos rock, éramos de por sí tipos poco creíbles para gran parte de la sociedad.
Noticias: ¿Cómo decidiste irte a España?
Montesano: No fue de un día para el otro, fue un proceso de miedo. Llegó un momento en que sentía que no podía seguir porque perseguían a gente muy cercana y me sentía cercado. Iban cayendo todos y yo pensaba que iba a ser el siguiente.
Montesano recuerda que una noche acompañó a su amigo Gustavo Santaolalla a un recital de Charly García. “De pronto vi que un policía se llevaba a Gustavo –cuenta–. Me acerqué y me agarraron. Nos encañonaron como si fuéramos ladrones. Gustavo, que estaba muy nervioso me decía que me quedara tranquilo, que los señores estaban haciendo su trabajo. Y sí, desgraciadamente estaban haciendo su trabajo. Esa noche Tito Lectoure nos rescató de la catacumba a la que nos habían llevado. Santaolalla también decidió irse del país”.
Noticias: Pero lo curioso es que el rock convivió con la dictadura, la rebeldía coexistió con la opresión.
Montesano: Sí, es cierto. Creo que la forma de expresarse era subliminal, entre líneas. Tal vez la lírica de Charly y de Spinetta no hubiera sido posible sin esa terrible opresión. Yo, en cambio, estaba tan aterrorizado que no podía salir a la calle y me costó quince o veinte años sacarme la paranoia de encima. Nunca me consideré poco patriota por irme.
Noticias: ¿Por qué crees que Crucis llegó a ser un grupo tan popular?
Montesano: Nació en octubre de 1974 y a los meses ya llenábamos teatros, fue una experiencia muy extraña. Empezamos en teatros muy chicos como el Olimpia y con el boca a boca llegamos al Luna Park y a grabar en estudios del exterior. Éramos todos amigos de Flores y conocíamos a Charly y a Nito (Mestre) porque eran del barrio. Por algún misterioso motivo, el corredor de Flores-Caballito era muy creativo. Ensayábamos junto a Charly y a Moris en una casa de Flores, era como una comunidad. La Policía venía siempre, pero ya estábamos acostumbrados, los esperábamos como si fueran visitas. Creo que el éxito de la banda estaba en que nos ocupábamos mucho de nuestra imagen y de la escenografía de los shows. Hacíamos muy buenas puestas en escena que generaba energía y viajábamos por todo el país con León Gieco, Nito y Charly.
Noticias: ¿Qué recordás de esas giras?
Montesano: Hacíamos muchas actuaciones en vivo, dos o tres por día. Éramos pocos los grupos conocidos y como el rock recién surgía no teníamos competencia. Era una experiencia extraña llevar el rock sinfónico a pueblos del interior, resultaba chocante y divertido. Pero sentía miedo de que me pidieran los documentos.
Noticias: ¿Charly era un ejemplo a seguir para ustedes?
Montesano: Él recién se había separado de Sui Generis y había creado un nuevo grupo, La máquina de hacer pájaros. En ese momento no lo veíamos como un líder, era uno más del grupo y técnicamente no se destacaba más que ninguno de nosotros. Incluso, me animo a decir que era mucho más sano que yo, más relajado y no tenía mis miedos. Charly era una persona encantadora y accedió a ser el productor de nuestro primer disco. Si bien Aníbal Kerpel (el tecladista) era técnicamente más solvente, Charly nos ayudó a conocer cómo funcionaba un estudio y nos guió en el mercado. Recuerdo que en un ensayo en el Coliseo nos dijo que su presentación ahí había sido la mejor. Y sí, a nosotros nos pasó lo mismo: es un teatro como mucha magia que además debe traer suerte.
Noticias: ¿La separación de Sui Generis influyó en el final de Crucis?
Montesano: Por aquellos años ningún grupo aguantaba más de dos discos: Manal tuvo dos y nosotros grabamos dos. Sui Generis grabó tres y fue un récord. Nos agarrábamos a trompadas, era muy difícil compartirlo todo y sostener ese vínculo tan intenso. Me acuerdo de que si alguno llegaba a la casa de ensayos con los ojos normales le decíamos “careta”. Pero claro, sólo se puede vivir así durante dos años porque las drogas pesan y al final te ponen paranoico o más sensible de lo que deberías. Si alguno tocaba mal la pandereta se armaba toda una discusión sobre eso. Las drogas tuvieron mucho que ver en las peleas internas y la separación de los grupos. Hoy creo que deberíamos haber seguido unos años más porque teníamos un resto artístico para poder viajar por Latinoamérica.
Noticias: ¿Planean reencontrarse?
Montesano: Nos lo piden todos los años. A veces, las propuestas han sido muy tentadoras desde lo económico. Pero se da un fenómeno muy raro: todos estamos en distintas ciudades y jamás nos hemos juntado. Si estuviéramos los cuatro en Buenos Aires sería más fácil... tal vez por eso nunca se dio.
Noticias: ¿Recordás con nostalgia esa época?
Montesano: Sí, extraño el trabajo artesanal. En los estudios no había ingenieros que entendieran de rock, la improvisación y las miles de pruebas daban unos resultados increíbles. También teníamos mucha libertad. El estudio de RCA Víctor estaba en Saavedra y era como una ciudad creativa, hoy esa estructura es inviable. Nos pasábamos horas tratando de perfeccionar un sonido. Ahora, en cambio, una hora de estudio vale una fortuna y está todo muy pautado.
Recuerda sus primeros años en España y cuenta que vivió “en un permanente estallido creativo” durante la “movida madrileña” que explotó tras la caída de Franco. “Estaba sumergido en un cóctel de vale todo, era el exceso más increíble”. En 1983 lo convocaron para formar parte del popular grupo pop Olé Olé. Grabó siete exitosos discos en diez años y se convirtió en el autor de varios hits. “Los grupos musicales en España no se destacaban por su solvencia técnica: rascar o tocar una guitarra era lo mismo. En ese contexto, Olé Olé era una propuesta novedosa”.
Noticias: ¿Qué significó para vos el cambio de lenguaje del rock sinfónico al pop?
Montesano: A finales de los ’70, el rock sinfónico era para dinosaurios, una música demasiado pretenciosa con una estética pomposa y barroca. Se necesitaba una ruptura, aunque para mí fue un tanto complicado dejar de lado todo mi recorrido musical. Cuando llegué a España no pensaba que me iba a quedar a vivir, pero ese movimiento cultural me fascinó. En una de nuestras fiestas se podía ver a Pedro Almodóvar drogándose y tomando whisky. Y había músicos, y escritores, y pintores. Me sentí como pez en el agua y estaba acompañado por músicos argentinos como Andrés Calamaro, Claudio Gabis y Ricardo Soulé. Argentina era Videla, Malvinas y el peligro de caer preso. Por otra parte, los músicos en la Argentina éramos muy ortodoxos, rígidos, competitivos y de conservatorio. Yo estudié piano desde los seis años... Ese clima de competencia se ocultaba, pero estaba latente. Se acusaban de grasas o de malos músicos. En España me sentía más libre para crear.
Montesano acaba de terminar de escribir y grabar su primera ópera. “Estoy en el proceso de mezclar y masterizar el disco. Espero que esté listo para mitad de año”. Mientras produce a dos artistas nuevos: "Nube roja", un grupo madrileño, y "Medium", una banda porteña.
Noticias: Fuiste el primer productor de “Héroes del silencio”, una banda muy exitosa. ¿Existe una categoría similar al “rock nacional argentino” en España?
Montesano: En 1985 Viajé a Zaragoza por curioso, me habían recomendado a una banda de chicos de 17 años. Esa noche fue mágica: las letras me recordaron tanto a las de Spinetta, tenían una lírica increíble y los contraté sólo por eso. Musicalmente no me gustaban para nada. El éxito de “Héroes” en España no es casual, la semilla de todo estaba en esas letras que a mí me remitían a lo mejor del rock argentino.
Fuente: revista noticias
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