“Ahora tengo mi propia etiqueta: Bebel Music”
La brasileña será la gran figura en un festival en Figueroa Alcorta y Austria. Con el flamante All in One, la hija del gran Joao Gilberto logró despegarse del estereotipo de la electro bossa.
Por Yumber Vera Rojas
Ni la realeza se salva de los embates de la naturaleza. La llamada “princesa de la electro bossa”, Bebel Gilberto, se encuentra varada en el otro lado del mundo a causa de la nube de ceniza originada por un volcán islandés, que provocó la mayor crisis aeroportuaria en la historia de Europa. Mientras espera el avión que dentro de pocas horas la traerá a la Argentina, la artista brasileña le saca rédito al tiempo y atiende por teléfono a Página/12. “Quedamos presos aquí y perdimos un concierto en Nueva York”, se lamenta la dama, fruto de la relación entre la leyenda de la bossa nova Joao Gilberto y la cantautora Miúcha. Sin embargo, inmediatamente saca a relucir su envidiable paciencia y su buen humor, que serán dos constantes a lo largo de la charla. “Pero ahora está todo bien. Estoy contenta porque finalmente podemos ir a algún lugar”, completa. Luego de compartir la situación embarazosa que padeció, se da cuenta de que en esta parte de Occidente la gente recién comienza a almorzar. “Qué locura, ¿no? Acá es de noche y están yéndose a dormir.”
Gilberto disfruta de la madrugada singapurense. Antes de actuar en ese “tigre asiático”, recital que describe como “increíble”, lo hizo en Australia y Corea del Sur. No obstante, en el medio de su gira por ese limbo que aúna al sudeste del continente más extenso y poblado del planeta con Oceanía, quiso conocer la isla de Bali, y quedó tan fascinada con la vista que improvisó un show allí. “Entre Singapur y Corea del Sur tenía siete días libres. Entonces viajé a Bali. Cuando llegamos me pareció tan lindo el hotel donde nos hospedamos (Tugu) y la gente era tan buena onda que armamos un concierto. Fue fantástico y diferente a los que vengo dando.” El que ofrecerá esta tarde en Buenos Aires también será diferente al resto, pues será la figura internacional de un festival que tiene como objetivo celebrar el Día de la Tierra (ver recuadro). “Es la tercera vez que visito Buenos Aires, pero esta ocasión va a ser la más especial e importante, debido a que es un privilegio para mí poder participar en un evento políticamente correcto.”
Este recital servirá asimismo para presentarle al público local las canciones de su nuevo disco, All in One (2009), en el que mixtura el pop electrónico, el jazz y la música popular brasileña y que nació a partir de unas vacaciones en Jamaica. “Me invitó un amigo argentino, quien por cierto es el mismo que gestionó mi inclusión en el festival al que voy a tocar en Buenos Aires”, explica Gilberto. “Me puse a escuchar a Bob Marley y quedé muy impresionada con la letra de ‘Sun Is Shining’, del que hice una versión para este álbum. De pronto empecé a componer un montón de temas y lo demás sucedió solo.” El cuarto disco de estudio de la cantautora nacida en Nueva York tiene, entre otros atractivos, la participación de músicos y productores de la talla de John King (Dust Brothers), Daniel Jobim (nieto de Tom Jobim), Mark Ronson (Amy Winehouse y Lily Allen), Carlinhos Brown y Didi Gutman (Brazilian Girls), así como la adaptación de los clásicos “The Real Thing”, de Stevie Wonder, y “Bim bom”, de su padre.
–Grabado en Nueva York, Jamaica y Brasil, All in One es un trabajo quizá más cercano a lo orgánico que a lo electrónico. ¿Por qué decidió arriesgarse a alterar un concepto sonoro que le significó el reconocimiento en todo el mundo?
–En este disco me solté más, a pesar de estar en un sello multinacional (Verve, el mismo con el que su padre experimentó el éxito internacional). Tuve total libertad para elegir mi repertorio y las personas con las que trabajé. Eso trajo una cosa nueva y fresca que me ayudó como intérprete y que me gustó mucho. Si bien el gran ausente en este álbum es Seu Jorge, me ayudó en la previa escogiendo las canciones. Lo mismo hizo Didi Gutman, aunque él sí está. El es otro argentino al que quiero y admiro mucho. Pero este proyecto habría quedado incompleto si no hubiese participado Carlinhos Brown, que es familia (está casado con una de sus primas) y es la tercera vez que colabora conmigo. Y eso es siempre una alegría.
–En el disco también le rinde un homenaje a Carmen Miranda, quien, pese a que fue una de las primeras figuras en posicionar el samba e imaginería brasileña en Estados Unidos y Europa, en Brasil no tuvo el reconocimiento que se merecía. ¿Qué la motivó a plasmar esta ofrenda?
–Siempre tuve muchas ganas de brindarle un homenaje bastante especial a Carmen Miranda, que el año pasado hubiera cumplido cien años de nacida. Es alguien a quien llevo en mi corazón. Ella representa una gran alegría para mí y recordarla es necesario. “Chica Chica Boom Chic” (de Mack Gordon & Harry Warren, transformada en esta ocasión en una batucada electropop) es un tema idóneo para este momento, que es el de All in One. Todo salió muy natural y fue hecho con mucho amor y cariño. Además de Carmen Miranda, en este disco sentí la necesidad de rendirles tributo a otros artistas que han sido influyentes para mí como Stevie Wonder o mi papá.
–Desde lo lírico, es una producción que denota la alegría del enamoramiento en casi todas sus canciones. ¿Cuánto tuvo que ver su reciente matrimonio en el proceso compositivo?
–Mi matrimonio me ayudó mucho a escribir las letras de amor. Fue muy importante en la hechura de este disco. Mi marido está escuchando esta entrevista y me hace señas de que ahora quiere divorciarse (se ríe). Pero no le hago caso, soy muy feliz con él. Estar enamorado siempre te ayuda a ver al mundo a través de colores muy bonitos.
A comienzos de abril salió a la venta uno de los proyectos más ambiciosos de esta temporada: Here Lies Love, de David Byrne y Fatboy Slim. Se trata de una dramatización musical, compilada en un disco doble, sobre la juventud de la ex primera dama filipina Imelda Marcos. Al son del funk embalado, del pop optimista o de la salsa cruzada con el big beat, el dúo citó a un grupo de estrellas femeninas de la música popular contemporánea como Cyndi Lauper, Santigold, Tori Amos, Kate Pierson y Alice Russell, para que se encargaran de las voces del álbum. Ante la ausencia latina en este trabajo conceptual –quizá su punto en contra–, Bebel Gilberto podría haber sido llamada para tan inimaginable producción, considerando aparte que ha sido cómplice artística del ex Talking Heads. “Conozco el disco, pero lo no escuché”, confiesa esta brasileña que el próximo 12 de mayo cumplirá 44 años. “Soy gran amiga de David, hablo de vez en cuando con él y creo que la idea es de por sí increíble, porque proviene de una de las personas más curiosas de la escena musical global.”
–¿Le fue difícil salir del estereotipo de la electro bossa, que se hizo popular a fines de los ’90 y que la tuvo como referente?
–Salir progresivamente de ese estereotipo fue bueno, porque ahora puedo mostrarme como una cantante que hace música brasileña moderna, no sólo bossa nova electrónico. Ahora tengo mi propia etiqueta, que es la “Bebel Music”. Sin embargo, el disco Tanto tempo le abrió las puertas a otros artistas brasileños para que tuvieran éxito en el exterior y además permitió que la música de mi país fuera todavía más conocida en todo el mundo. Al final, Tanto tempo fue un disco importante. Su trascendencia fue importante.
–Justo este año se cumple una década de la aparición de ese álbum, que le dio un matiz aún más moderno e internacional a la música popular de Brasil y le permitió a usted consagrarse. ¿Analizó alguna vez todo lo que desencadenó?
–Ciertamente, ese disco fue importante para la repercusión de mi música en el resto del mundo. A pesar de estar bajo la sombra de mi padre (lo dice en inglés), venía trabajando desde hacía rato. Pero finalmente viví una trascendencia que para mi sorpresa me llevó hasta otro lugar. El éxito de Tanto tempo me permitió viajar y aprender muchas cosas. Aunque suene raro, la consagración me dio paz interior.
–¿Existe alguna nueva figura de la música popular brasileña que pueda entrar por esa puerta que ayudó a abrir?
–Si tuviera que decirle que hoy existe “la” nueva gran figura de la música popular brasileña estaría mintiéndole. Porque no es sólo un artista el que hace la movida, sino un conjunto. En ese sentido, destaco el trabajo de Vanessa da Mata y lo que hace Céu, que es interesante. A Seu Jorge podría incluirlo, pero creo que ya su obra habla por sí sola.
–La música popular brasileña que se baila y escucha en Brasil es generalmente diferente a la que se consume afuera. ¿A qué se debe ese contraste?
–Hay muchas cosas que están por suceder y al mismo tiempo existen algunas nuevas que ya acontecen. El hecho de que haya escenas que no son tan conocidas fuera de Brasil como el funk carioca es porque todo tiene su hora y su momento. El éxito de Tanto tempo tuvo que ver con el eclecticismo y la diversidad de su propuesta. En cambio, el funk carioca es muy agresivo, pese a su popularidad, quizá por eso existe cierta resistencia ante él. No obstante, hoy en Londres y Nueva York están enloquecidos con su cadencia. Eso demuestra que las cosas tienen su proceso de maduración.
–Si bien vive en Nueva York, frecuenta Brasil varias veces al año. ¿Esa imagen positiva que se tiene del país es coherente con lo que se vive adentro?
–Brasil se encuentra mucho mejor de lo que estaba hace diez años o dos días atrás. Políticamente, económicamente y artísticamente está muy bien. Creo que el problema radica en si va a tener la estructura suficiente para aguantar ese crecimiento tan rápido. Siempre fui de la idea de que ese sentimiento debe ser positivo. Ya era hora de que Brasil ocupara su espacio en el mundo y, por supuesto, me siento muy orgullosa de ser brasileña.
–Aparte del recital, ¿tiene algún itinerario armado de cosas para hacer en Buenos Aires?
–Voy a presentar temas de All in One, así como de mis trabajos anteriores. A pesar de que me encanta Buenos Aires, no voy a poder quedarme mucho, pues tengo que cantar luego en San Pablo. Pero voy a hacer tiempo suficiente para respirar un poco más, especialmente luego de toda esa locura que me pasó con este famoso volcán islandés.
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