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domingo, 18 de abril de 2010

Goran Bregovic: "Estuve haciendo lo mismo toda mi vida"


El bosnio actúa el sábado, en el marco del Festival de Otoño. Recuerda los años en que era estrella de rock en su país. Habla de cómo descubrió el tango. Y de la música de Kusturica opina que el cineasta "tiene un lindo grupito".


Por: Gaspar Zimerman

"Alkohol", de su último disco homónimo.

Hace dos meses anduvo por acá Emir Kusturica y su Non Smoking Orchestra. Ahora, como para que el espíritu balcánico no decaiga, viene por cuarta vez su antiguo socio y actual archirrival, Goran Bregovic, autor de las bandas de sonido de Tiempo de gitanos, Sueños de Arizona y Underground. Este sábado actúa en el Lawn Tennis Club con su Wedding & Funeral Band: una formación de cinco bronces, dos cantantes búlgaras y un percusionista/cantante. "Vamos a tocar canciones de mi último disco, Alkohol, y también de Karmen with a Happy End, Tales & Songs from Weddings and Funerals y algunos temas viejos. Será una mezcla explosiva: los conciertos con el pequeño ensamble son más festivos y bailables que los que hago con la orquesta grande", promete el bosnio vía correo electrónico.

Cultor de una versión refinada del unza-unza que propone Kusturica, la música de Bregovic se nutre de esa particular mezcla que convive en los Balcanes -sonidos gitanos, judíos, musulmanes, cristianos-, la misma mezcla en la que él nació: su padre era croata y su madre, serbia. Esa habilidad para fusionar sonidos e incorporar elementos del folclore regional lo hizo uno de los compositores más prestigiosos y requeridos de la región. En este momento está terminando un encargo para el Festival de Música de St. Denis (París). "Será estrenado -cuenta- el 7 de junio en la Basílica de St. Denis, donde está enterrada Margot le Valois, la reina Margot. Se llama Margot, Memoirs of un unhappy Queen y la toca mi Weddings and Funerals Orchestra". Además, está por grabar la segunda parte de Alkohol. La primera tenía como subtítulo Sljivovica (bebida nacional serbia); el de esta segunda será Champagne.

Hace poco cumpliste 60 años. ¿Cómo influye en tu obra el paso del tiempo? ¿Los años te dieron sabiduría musical o, al contrario, sentís cierto agotamiento artístico?

En la época del comunismo, cuando yo era una estrella en Yugoslavia, los impuestos se llevaban del 90% de los ingresos. Como no quería darle el 90% de mi dinero al gobierno, yo trabajaba un rato cada tres años. El resto del tiempo era montañista, navegaba en barco, era presidente de un club de boxeo... Porque no tenía nada mejor que hacer: descubrí el placer de trabajar recién en los últimos diez años. Ahora trabajo ocho horas al día, como la gente normal.

¿Te considerás un autodidacta? Tenés fama de haber sido un estudiante rebelde...

Mi padre era un violinista amateur, y quería que yo estudiara violín. Pero esa esperanza no le duró, porque a los 15 empecé a tocar música popular profesionalmente. A los 18 tenía mi banda de rock y tocaba en resorts vacacionales en Italia. Cuando uno es joven piensa que los estudios de filosofía pueden darte respuestas a las preguntas fundamentales que uno se hace; entonces empezás a estudiar y sólo terminás con más preguntas. Entonces de los 20 a los 24 estudié filosofía y sociología y, a último momento, cuando estaba por convertirme en profesor de Pensamiento Marxista (en la época comunista estudiar filosofía desembocaba en eso), salió mi disco The White Button (el mismo nombre de mi banda) y me convertí en la mayor estrella de rock de mi país y me salvé de la triste carrera de profesor.

¿Cómo te influyó el rock?

El rock de los países comunistas siempre fue un eco provincial del rock occidental y no tenía gran valor musical, pero siempre tuvo una gran importancia social, porque era una de las raras expresiones de un sistema de valores alternativo que era tolerado por los gobernantes comunistas.

¿Te parece que hay rastros de rock en tu música?

Siempre me impresionó la música tradicional. El éxito de mi grupo de rock fue tan grande precisamente porque mi música siempre fue inspirada en la música tradicional y gitana. Así que estuve haciendo lo mismo prácticamente durante toda mi vida, pero cuando era más joven creía que mi música tenía que estar vestida con las ropas occidentales que tanto impresionaban a los jóvenes en los países comunistas de Europa Oriental. De algún modo puede decirse que siempre toqué la misma música, sólo que antes usaba pañales y ahora sólo uso mi ropa normal.

¿Qué recordás de aquellas épocas de estrella de rock?

Probablemente lo mismo que todos los rockeros: demasiadas drogas, demasiado sexo, demasiadas vueltas por muy poco dinero. En el oeste es difícil de imaginar que los países comunistas tenían grandes estrellas de rock, pero era así. Es más: el arte y los artistas eran muy importantes. Eran los únicos que podían hablar de un sistema de valores diferente del oficial sin ir a la cárcel. Por supuesto, uno era aconsejado de no pasarse de la raya.

¿Componer para películas es inspirador o limitante? ¿Es diferente del proceso común de composición?

Cuando compuse mi primera banda de sonido, Tiempo de gitanos, era probablemente la mayor estrella de rock de mi país y lo hice por amistad con el director (Emir Kusturica). Esa música fue usada para la película, pero no fue escrita con el método que los compositores usan para las películas, el llamado "método de ilustración". Existía independientemente. Hoy toco mi música como fue escrita originalmente, antes de ser adaptada para las películas. Las imágenes no están orgánicamente vinculadas a esa música.

¿Te reconciliaste con Kusturica?

Trabajamos juntos durante diez años e hicimos tres películas. Para los tiempos que corren, es demasiado. El ambiente del cine es muy histérico para amistades románticas.

¿Qué pensás de su música?

Emir es un cineasta talentoso. En cuanto a su música, tiene un lindo grupito, pero su concepto de la música es muy diferente del mío.

Fuiste acusado de "robar" música folclórica de los Balcanes. ¿Qué decís de estas acusaciones?

El arte no puede admitir ese punto de vista. ¿Qué quiere decir que Mozart o Picasso o quien fuera robó esto o aquello? Tomar de lo que ya existe está en la naturaleza de las cosas, así como está en la naturaleza de las cosas que el estofado esté hecho de carne y cebolla. Uno no roba, uno toma lo que le pertenece. Lo que tomo lo considero mi patrimonio cultural. No se puede nombrar a ningún compositor importante -de Stravinsky a Bartok, de Bizet a Lennon- que no haya tomado prestado algo de la tradición popular. La tradición es como un banco sólido, del que uno toma préstamos con la garantía de que va a devolver el préstamo con intereses.

¿Cómo incorporaste el tango a tu música?

En los '90, durante la guerra en Yugoslavia, vivía en París y mi pasatiempo favorito era ir a Trottoirs de Buenos Aires, un hermoso local de tango manejado por argentinos. El ambiente era como en ningún otro lugar del mundo. Y, como si me enamorase de una desconocida, el tango se deslizó naturalmente en mi música.

¿Cuál es tu punto de vista de la situación política actual en los Balcanes?

La gente de los Balcanes no puede ser ayudada fácilmente... Lo mejor para darte mi punto de vista es contarte un chiste. En Bosnia todos los chistes son sobre dos personajes masculinos: Muyo y Sulyo. Bueno, ellos están caminando por un bosque. Muyo pisa una víbora, que le muerde el pene. Muyo queda tirado en el suelo, y Sulyo sale corriendo en busca de un médico. Lo encuentra y le pregunta qué se puede hacer. El médico dice que la única manera de salvarle la vida a Muyo es chupar el veneno de la herida. Sulyo vuelve y, cuando Muyo le pregunta qué dijo el médico, Sulyo le responde: "Dice que te vas a morir". Así que diría que somos gente mordida en el lugar equivocado.



"Gas Gas Gas", otro de los cortes de "Alkohol".


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