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viernes, 21 de mayo de 2010

REPORTAJE A JERRY ONLY, de MISFITS



Desde que se separó de Glenn Danzig, con quien le dio ese tono de horror bizarro al punk, su carrera zigzagueó. Pasó años trabajando en una fábrica mientras Misfits se convertía en una banda de culto adorada igualmente por Metallica, Molotov o 2 Minutos. Con CJ Ramone, toca en Buenos Aires.



Por Juan Ignacio Provéndola

Cuando Glenn Danzig bautizó a Gerald Caiafa como Jerry Only, algún día de 1977, nunca creyó que en verdad estaba escribiendo el destino eterno de Misfits. Pasaron treintilargos años, varias etapas y casi una veintena de músicos, pero sólo Jerry puede contarla de cabo a rabo. Desde aquella sociedad creativa que le dio al primer punk un influyente tono de horror bizarro hasta esta etapa autorreivindicativa en plan “Only y los que vengan”. O cómo pasó doce años de su vida trabajando en la fábrica de su padre mientras Misfits –inactivo y conflictuado por disputas legales entre sus ex miembros– comenzaba a convertirse en ese culto adorado igualmente por Metallica, Molotov o 2 Minutos. “Cuando empezamos, yo puse toda la banda, los equipos, armé el grupo. Al principio era ‘nuestra’ banda, y eso lo remarco siempre, pero Glenn decidió ser Danzig y hacer la suya. El se fue y yo mantuve todo a flote. Tuvo éxito, pero no como Misfits. Lo respeto mucho, pero creo que hoy, sin él, los Misfits son tan buenos o mejores”, se planta el bajista y cantante frente a una historia que, interrumpida en 1983, pudo reescribir recién en 1995, cuando la Justicia terció en su favor tras un largo pleito con el cantante por el cobro de regalías y el uso del nombre.

“¿Cuántos álbumes sacamos? ¿A cuánta gente inspiramos? ¿Cuántos disfrutaron con lo que hicimos? Somos la única banda de aquella época que sobrevivió y todavía nos queda mucha nafta... ¡porque somos una banda joven! Yo recién tengo 51 años y estoy con muchas ganas, así que calculo que seguiremos tocando por quince o veinte años más”, se agranda un Jerry de eterno espíritu adolescente que aclara, siempre que puede, que va al gimnasio “muchísimo, incluso hasta tres veces por día”.

Misfits debe ostentar el curioso record de ser una de las pocas bandas que editaron más discos recopilatorios que de estudio. Lo último que se supo de ellos fue Famous Monsters, registro de un lejano 1999 en el que aún Jerry compartía el proyecto con su hermano, el guitarrista Doyle Wolfgang von Frankenstein. En perspectiva del tiempo, lo que queda es un material que ya nada tiene que ver con esta versión globber-trotter que Only inauguró a partir de 2001, cuando se dedicó a salir de fiesta por el mundo celebrándose a sí mismo en compañía de Marky Ramone y el ex Blag Flag Dez Cadena (ahora sin Marky, pero con CJ de soporte, tocará el viernes 28 en Willie Dixon antes de hacer doblete en El Teatro de Flores sábado y domingo). “Los Misfits no son un éxito comercial en cuanto a venta de discos. Lo importante de nosotros es la influencia que tenemos y la energía con la que seguimos estando. No me interesa ser la tapa de Rolling Stone, sólo quiero que la gente nos escuche hoy y reconozca el sonido que venimos teniendo por más de veinte años”, dice, aunque promete nuevo disco en breve: “Tenemos más de veinte canciones para elegir y calculo que en agosto empezaremos a grabarlas. Tal vez esté listo para fin de año. Tenemos material muy bueno, estamos muy activos, tocando por todo el mundo y haciendo las cosas bien”.

–Pasaron más de diez años de tu último disco. ¿Dejaste filtrar alguna influencia para hacer el nuevo material?

–No estoy mucho en escuchar nueva música porque estoy ocupado tocando la guitarra, escribiendo canciones, cuidando a mi hija o yendo al gimnasio. Mi hijo me lleva a muchos recitales para escuchar algo de ahora y la verdad es que a la mayoría ni los conozco. Acepto ir con todo gusto, pero yo siento que tengo mis raíces musicales en los ‘60 y los ‘70, y que no quiero empaparme con nada nuevo porque prefiero mantener mi estilo. En definitiva, me concentro ciento por ciento en Misfits y me importa un carajo quién esté de moda ahora.

–¿Cómo te pega que bandas tan importantes graben temas de Misfits?

–Al principio, cuando Metallica empezó a tocar nuestras canciones, yo estaba metido en un juicio y no podía tocar con los Misfits. No lo valoré, ni lo disfruté, simplemente porque tenía la cabeza en otra cosa. Al tiempo fui a un programa de radio y estaba Smokey Robinson, el cantante de Motown. Me dijo que el mayor cumplido que alguien podía darte era disfrutar tanto de tu música al punto de querer hacerle un cover, y ahí hice el click. Me di cuenta de que tenía razón y ahora me siento muy orgulloso cada vez que descubro un nuevo cover. Creo que somos la banda más influyente de todos los tiempos, como Los Beatles o más. Y creo que eso lo logramos porque nunca nos vendimos.

–¿Escuchaste I Turned into a Martian, de Molotov?

–Claro que sí, y te cuento algo: varias veces los invitamos de tour con nosotros por Sudamérica y no vinieron. Miki, que toca el bajo y canta, cada vez que tocamos en México nos viene a ver. Se pone re borracho, pasa el rato con nosotros y siempre nos apura para salir de gira, pero nunca hace una mierda al respecto. Te soy honesto: muchos grupos no quieren tocar con nosotros porque somos muy buenos. Hay bandas, como Metallica, que nos han invitado, pero nosotros no queremos ser teloneros de nadie. No me importa que sea ante 100 mil personas. Prefiero tocar en un club con 800 tipos, pero que realmente sean fans de Misfits. Soy un punk rocker de 51 años, me preocupo por mis fans, quiero seguir en forma y entreno un montón, todo porque ellos se lo merecen. Hay gente que viene a vernos desde hace 30 años, no es joda.

–Hace poco se fue Robo, último sobreviviente de la vieja era y octavo baterista de Misfits. ¿No te marean tantos cambios?

–El problema con Robo fue que él, al ser colombiano, tenía problemas con su visa. Con un pasaporte de Estados Unidos, si te cambian un show dos días antes, no pasa nada. Pero él necesitaba una visa especial y eso hacía que cualquier cambio sea imposible. Robo es un excelente músico, y lo voy a extrañar mucho porque estuvimos juntos muchos años y en diversas épocas, pero ahora vino un excelente baterista de Nueva York, el “Chupacabra” (!). Y les aclaro: esta formación de Misfits va a hacer el mejor álbum de la historia.

–En estos shows venís con CJ Ramone, y en su momento también lo hiciste con Marky. ¿Te contaron del fanatismo por ellos en la Argentina?

–Sí, Argentina es una locura y tengo claro el fervor que despertaron ellos, tocando incluso en estadios de fútbol. De esa forma sienten la música en Argentina y, por suerte, a nosotros también nos tratan muy bien. El único problema que tenemos es la gente que nos escupe. ¡Los idiotas no saben guardarse la saliva en la boca! Ellos piensen que está copado... pero realmente no está bueno abrir la boca para cantar un recibir un regalo.

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