música real, tocada por gente de verdad
Jeff Beck atiende el teléfono, pocos días antes de su segunda visita a la Argentina - cuando pasaron más de 12 años de la primera, en la cual tocó en el mismo escenario-, y no parece mostrar el más mínimo rasgo del legendario carácter huraño que ha provocado el temor de los periodistas (y los agentes de prensa encargados de concertar sus entrevistas), en el mundo entero. Este es un Jeff de buen humor, con esa eterna actitud de no tomarse demasiado en serio así mismo.
Considerado por muchos (entre ellos algunos de sus pares como Eric Clapton y Buddy Guy) como "el mejor guitarrista viviente", este británico que comenzó a construir su mítica reputación en los 60 y los 70, al frente de los Yardbirds y las diferentes versiones del Jeff Beck Group, nos adelanta algo de lo que va a ser su show en Buenos Aires (el 28 de Noviembre, en el Luna Park), y lo feliz que se siente con su nueva banda., al haber redescubierto las raíces del funk y la "música real, tocada por gente real".
Cuando le pregunto cómo se siente, esboza una pequeña queja: "Estamos llegando al final de esta gran gira mundial, así que estoy un poco cansado, pero bien", responde.
-¿Cuando empezó la gira?
- Llevamos unos 14 meses de gira, vamos a finalizar justo antes de Navidad, a fines de Diciembre.¡y luego empezamos todo de nuevo! (risas)
- ¿Estuvieron por todo el mundo?
- Sí, en Australia dos veces, en Japón tres veces, en Corea -donde estuvimos por primera vez, y fue increíble-, Hong Kong, en muchos lugares donde nunca había tocado. Debí haber ido mucho tiempo antes, pero no se dió. La verdad que es bastante cansador, estar "on the road".
- ¿Pero estás contento con la forma en que se vienen desarrollando las cosas?
- ¡¡Sí!! Es como que todo encajó durante el último año, no sé que sucedió. Quizás es una cuestión de sincronización con la época en general, quizás a la gente le gustó el álbum (Emotion & Commotion), no sé. Pero estoy girando de una manera como nunca lo había hecho antes, y la banda está prendida fuego, es realmente sorprendente.
- Es una nueva banda, ¿no es cierto?
- Sí, con Narada (Michael Walden, el baterista), nos conocemos hace mucho tiempo, él estuvo en el álbum Wired (1976), y ha sido una de mis inspiraciones cuando tocaba con John McLaughlin en la Mahavishnu Orchestra. Y tenemos suerte de haber conseguido a Ronda Smith, que tocó con Prince durante 10 años, y Jason Rebello en teclados. Parece que todo encajó a la perfección, y cuanto más tocamos mejor es, podés darte cuenta incluso con respecto a cómo estábamos tocando hace unos pocos meses.
- ¿Podés contarme un poco acerca del show?
- Puedo decirte que es excitante, y que contiene todo tipo de emociones. No quiero arruinar ninguna sorpresa, pero te cuento que hay cosas viejas combinadas con el material del nuevo álbum, y material que hemos compuesto en la gira y aún no hemos grabado. Realmente, cualquier cosa que probamos funciona, y además varía con cada show, nunca es igual, de la misma manera que el público también siempre es distinto.
- ¿El hecho de que estés tocando con Ronda Smith significa que estabas buscando una dirección más funky?
- ¡¡¡Esta sí que es una banda funky!!! (risas) Estaba buscando el groove, ese tipo de cosas, Sly & the Family Stone, The Meters - los de "Cissy Strut"-, para mí esos son los cimientos de la música funk. Allá por el año 68, 69, yo amaba ese tipo de música, y Jimi Hendrix, todas esas influencias confluyeron dentro de mi música, y salen convertidas en algo diferente.
- Tu último álbum, Emmotion & Commotion, tiene una dirección más lírica...
- Es cierto, fue un poco consecuencia de la situación. Mi sección rítmica, Tal (Wilkenfeld) y Vinnie (Colaiuta) tenía otros compromisos, y yo lo sabía, así que eso me dejó sin una banda real al momento de la grabación. Hablando con el productor, él me propuso grabar con una orquesta, y las canciones que más se prestaban eran cosas más líricas, algunas incluso de música clásica. Finalmente decidimos editarlo, y fue una buena idea, porque a la gente pareció gustarle.
- En otros discos tuyos de la última época, como Jeff (2003) y You Had It Coming (2001) estuviste experimentando con electrónica y programaciones ¿Se podría decir que ahora has vuelto a un tipo de música más orgánica?
- Exactamente. Tener una banda me ha permitido disponer de muchas más opciones excitantes, al tener música real con intérpretes reales. No querría volver a tener la experiencia de sentarme allí junto a un tipo con una computadora, eso ya lo hice. Y ahora tengo una gran banda, y algunos enormes shows planeados para el próximo año. Y estoy seguro que el hecho de tocar música real, sin ningún truco, nos va a mantener en buen estado. Muchas bandas jóvenes están haciendo lo mismo, creo que estamos alejando al gran público de las bandas tecno, la gente quiere ver el talento, quiere ver tu oficio musical, y eso es lo que estamos haciendo, y se nota. La gente joven que va a los recitales quiere ver gente tocando música, no pararse frente a un tipo con un montón de equipamiento apretando botones. Si eso pasara, sería el día más triste, creo que la interpretación real es tan importante para expresar música orgánica, como vos decías.
- Hablando de eso, hiciste algunos shows junto a tu viejo amigo Eric Clapton
Hicimos unos ocho shows a comienzos de este año, creo que fue una buena oportunidad para la gente de poder apreciar los distintos estilos que tenemos de tocar, las diferencias entre Eric y yo.
- ¿Ya estás trabajando en el próximo álbum?
- Tengo planeado empezar a grabar en Enero, pero aún no estoy demasiado seguro de cómo va a ser. Estoy un poco dudoso, porque no esperaba que la gente gustara de Emotion & Commotion de la manera en que lo hizo, y ahora no sé lo que hacer. Si hago algo parecido, van a decir "ah, más de lo mismo". No quiero aburrir a la gente con discos parecidos, de los cuales podría hacer veinte, porque siempre hay muchas grandes canciones para tocar. Así que es una elección difícil, pero sé que tengo que moverme hacia adelante.
- ¿Tenés algún recuerdo de la primera vez que tocaste en Buenos Aires, en 1998?
- Yo simplemente recuerdo que me sentí bastante frustrado, fue un asunto de muy bajo perfil, no había gira, no había publicidad, no había disco que promocionar.
- ¡Yo estaba allí, y puedo asegurarte que fue un gran show!
- Bueno, okay, tenemos uno mejor ahora.
Por Claudio Kleiman
Inventiva, carisma y evolución
Integrante de la Santísima Trinidad de guitarristas de The Yardbirds, Jeff Beck no desarrolló el sentido pop de Eric Clapton ni tuvo la visión que llevó a Jimmy Page a conquistar el mundo con Led Zeppelin. Pero fue quien más se acercó al vuelo sónico de Jimi Hendrix, y la primera encarnación del Jeff Beck Group fue justamente Zeppelin antes de Zeppelin. En vez de quedar atrapado en el pasado como Page, Beck nunca dejó de evolucionar y su ética lo llevó a no grabar si no encuentra material apropiado y a salir de gira sólo cuando tiene ganas.
El show anterior de Beck en el Luna Park en 1998, visita que no parece recordar mucho, lo encontró con un disco casi terminado, Who Else! (1999), y una banda sin teclados pero con una guitarrista (Jennifer Batten) que aportaba sonidos sintetizados. Anteayer, Beck fue acompañado por Jason Rebello (quien cumple la función de socio creativo que en el pasado tuvieron otros tecladistas como Max Middleton, Jan Hammer o Tony Hymas), la bajista Rhonda Smith y el baterista Naranda Michael Walden, compositor en Wired (1976). Con un repertorio orientado a sus últimos trabajos, presentó cuatro temas del reciente Emotion & Commotion , pero prescindió de las canciones cantadas del album y no tocó nada de Blow by Blow (1975), su obra más vendida y famosa hasta la fecha.
Sin púa y con poco uso de pedales, el sonido único de Beck proviene de sus dedos. La inventiva para controlar el volumen y realizar glissandos con la palanca (en su poder, parece temperada) de su Fender Stratocaster, el uso del slide con su mano derecha directamente sobre los micrófonos del instrumento en la última parte de Angel (footsteps) , o el tapping controlado muestran a un verdadero maestro, en contraste con la presentación reciente de Scott Henderson (ambos interpretaron Stratus de Billy Cobham, vaya coincidencia). ¿Y cuántos pueden conmover tocando un armónico, como hizo Beck al final de Mna Na Eireann ? Los temas más populares fueron canciones donde su guitarra llevó la voz cantante.
People Get Ready de Curtis Mayfield, hit de 1985 con Rod Stewart, A Day in the Life , grabada con George Martin (productor de Blow by Blow y Wired ) en 1998, y dos del nuevo disco: Over the Rainbow , donde con la palanca evocó el vibrato inestable de Judy Garland y el aria de Puccini Nessun Dorma , el final del show. Pero también hubo contadas apariciones vocales de sus músicos (la voz de Rebello fue filtrada por un vocoder ), como en el primer bis, I want To Take You Higher de Sly Stone, o en la versión de Rollin’ and Tumblin’ , uno de los momentos de blues heterodoxo.
Carismático, Beck se lució como estilista clásico en el estandard How High the Moon , en memoria del gran Les Paul, inventor del modelo más famoso de Gibson (que Beck se colgó para la ocasión) y de la grabación multipista.
Rebello tocó guitarra rítmica; Smith, el contrabajo eléctrico e hizo coros, pero el resto de las voces provino de una grabación de Imelda May, quien la interpretó con Beck en los últimos Grammys.
En conclusión, junto con Adrian Belew, Jeff Beck fue la visita guitarrística del año.