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sábado, 13 de noviembre de 2010

ANTHRAX: OTRA VEZ CON JOEY BELLADONNA.



Anthrax para todo el mundo

A PUNTO DE SACAR UN NUEVO DISCO QUE SE LLAMARIA, TENTATIVAMENTE, WORSHIP MUSIC, LA BANDA MAS CONTAMINANTE DEL HEAVY METAL DESCARGA SU PESADO POLVO ASESINO EN BUENOS AIRES.





Por Mario Yannoulas

¿Quién habría imaginado tenerlos a los cuatro en una misma noche, compartiendo escenario, cena y camarines? Seguramente, muy pocos. Si hace no mucho tiempo se habrían sacado los ojos. Este año se dio una reunión cumbre, bajo el suntuoso pero no exagerado nombre de The Big Four Tour: “La Gira de los Cuatro Grandes”. La carátula refiere al thrash metal, que vio por primera vez juntos en la misma grilla a Metallica, Megadeth, Slayer y Anthrax, referentes ineluctables del género. Pero si en Buenos Aires no se pudo presenciar tamaña ceremonia más que a través de un DVD que retrata la presentación en Sofía, Bulgaria, sí se pudo ver a Metallica y a Megadeth por separado en distintos momentos del año –River y Luna Park, en ese orden–, y ahora es el tiempo de Anthrax, que cuenta nuevamente con el cantante Joey Belladonna entre sus filas.

Durante el natural descanso tras la gira que llevó a los cuatro grupos por los Estados Unidos y algunos países de Europa, el cantante trabajó en nuevo material para sus producciones solistas -–propuesta con la que pisó la Argentina hace dos años– y ensayó con su trío de covers: Led Zeppelin, Pink Floyd, Whitesnake y The Who, son algunas bandas a las que les rindió tributo cantando y tocando la batería. Pero ahora el hombre del pelo negro, largo y algo raído ha vuelto a su participación más notoria, la que lo tuvo al frente de Anthrax entre 1984 y 1992, y entre 2005 y 2007. ¿Cómo dejar su sello entre tantos otros cantantes que han pasado por la formación? “No sé, creo que calzo bien en la banda. Mi estilo es diferente al de la mayoría de los otros cantantes, así que aporto un estilo único. Estuve mucho tiempo con ellos, y me parece que dejé una muy buena marca en el grupo”, se felicita a través del teléfono.

Además del esperable repaso por la extensa y prolífica carrera que inmortalizó al guitarrista Scott Ian y su barba como un icono del heavy metal, los miembros de Anthrax ya tienen seis o siete temas de un próximo álbum en sus discos rígidos. En realidad, había doce piezas cocinadas antes del cambio de cantante, cuando el puesto era ocupado por Dan Nelson, pero las nuevas condiciones los llevaron a replantear el trabajo y volver atrás, como para darle al regresado frontman la posibilidad de reconfigurar las voces acordes con su condición. El resultado se llamaría Worship Music, saldría el año que viene, y el ahora encargado de entonar los temas cavila: “Solemos trabajar todos juntos, pero ellos ya habían compuesto algunas bases antes de que me sumara otra vez a la banda. Me mandan archivos a través de la computadora para que yo los trabaje en mi casa o en mi estudio. No sé exactamente qué va a resultar de esto, porque todavía no agregué mucho de mí a los temas, pero lo que creo es que fuimos rompiendo con el estilo y los esquemas. Cada vez que uno hace algo nuevo piensa que está yendo para adelante, que está dando un paso, que progresa. Anthrax para mí siempre es un work in progress”.

Si bien el símbolo humano de Anthrax no ha sido históricamente su cantante sino su guitarrista, Belladonna, que se unió al grupo en 1984, fue el primer cantante en serio de la banda neoyorquina, y también el que más duró. Grabó el debut Fistful Of Metal, y estuvo en la época dorada, con discos como Among The Living (1987) y Persistence Of Time (1990), que los condujera a su propio pico de popularidad. La relación había terminado en 1992, y la habían intentado retomar en 2005, cuando anunciaron una reunión que dos años más tarde dieron por terminada: “No fue mi idea irme de la banda. Hubo problemas con el management”, despeja, seco. Luego del paso de su sucesor, John Bush, y de Dan Nelson, en mayo de este año la banda finalmente volvió a acudir a los servicios de su frontman más significativo, que accedió emocionado. No era para menos, si su debut sería en el Big Four Tour, cuya primera fecha se dio a mediados de junio, en Polonia, ante una multitud enardecida: “La gira fue algo realmente muy bueno, puedo decir que cada día fue excelente. Se notaba que la gente, que cada noche fue muchísima, estaba feliz. Lo mejor fue volver a la banda y tener esos shows como primera meta”, explica.

–Cuesta imaginarlos a todos juntos, sobre todo porque las repetidas peleas entre Dave Mustaine y miembros de Metallica y Slayer fueron públicas, ¿cómo fue el detrás de escena?

–Creo que, musicalmente, algunos años atrás todo habría sido igual de impresionante. Esta vez la relación entre todos fue muy buena, de hecho la primera noche fuimos a cenar todos los músicos juntos. Nos la pasamos por ahí hablando, saliendo a divertirnos, fue muy pero muy lindo. De lo que no hay duda es de que estamos más maduros: la gente crece, pasaron demasiados años y demasiadas cosas. En realidad no me sorprendió para nada el resultado de la gira: la producción fue monstruosa y todos estábamos satisfechos, pero estaba seguro de que iba a ser así.

Precursores en la alianza entre rap y heavy metal gracias a la grabación de Bring The Noise junto a Public Enemy en 1991, Anthrax habita el paraíso del thrash pero no se subordina exclusivamente a sus mandatos. Belladonna lo explica: “No nos detenemos a pensar mucho en el estilo, ni tratamos de compararnos con las bandas que vinieron después. En nuestra música hay thrash, pero también hard rock y tantas otras cosas. Lo que sé es que, cuando lo escuchás, enseguida te das cuenta de que es Anthrax”.

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