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lunes, 29 de noviembre de 2010

ENTREVISTA A PENNYWISE.



Fletcher Dragge abrió un sello para editar “punk de verdad”. El guitarrista cree que “todo el pop que usa la estética punk para cantarle a la chica que se le fue está trivializando esta música”.




Por Luis Paz

“Vas a perder a muchas novias en tu vida. El problema real es otro: las guerras, el hambre, el racismo, las torturas y las religiones opresivas. Todo el pop que usa la estética punk para cantarle a la chica que se le fue está trivializando esta música. Ni siquiera debería ser llamado punk pop. Es gente que va al shopping y compra una remera de Misfits, se tatúa y dice: ‘OK, ya estoy listo para hacer punk rock’. Basura.” El guitarrista de Pennywise, Fletcher Dragge, no anda con vueltas. “No me como una”, dice, y que alguien se atreva a retrucárselo: Dragge mide casi dos metros y pesa unos 150 kilos. Como para hacerle frente a “esa industria que convirtió al punk en una caricatura”, Dragge abrió su propio sello discográfico, Viking Funeral: “Es el peor momento de la historia de la industria musical, pero queríamos un sello que editara punk de verdad. Somos selectivos y queremos crear un buen semillero. En una industria donde todos quieren hacer dinero y recorrer el mundo vendiendo mierda, nosotros queremos dar a las bandas el mejor arreglo”, se posiciona, evocando a los fanzines, Black Flag y ese viejo mensaje de “al carajo con el gobierno, la policía y las religiones”.

Antiliberalismo y anticonservadurismo en un país bipolar (Pennywise se formó en California a fines de los ‘80), Dragge y todo el grupo han sido señalados como anarquistas en más de una ocasión. “Los republicanos son demagogos y mentirosos. Y aunque quisiera ser demócrata, tampoco les creo. Acá, en Estados Unidos, todos piensan que somos un país odiado por ser rico, creen que el resto del mundo nos tiene envidia. Y no, viejo, nos odian porque estamos haciendo morir de hambre al resto del mundo. Obama, en ese sentido, está haciendo la misma mierda que los anteriores”, aviva.

Dragge, que con Pennywise tocará aquí el 9 de diciembre, nunca se pudo comer, tampoco, el jugueteo de Kiss o AC/DC: “Escucho punk desde 1980, son 30 años ya. Crecí con Black Flag, Ramones, Minor Threat, punks que tenían un mensaje muy claro: a la mierda el gobierno, el sistema, a la mierda todos, decían algunos. Eso conectó conmigo en una época en la que Kiss o AC/DC estaban muy disponibles, pero no me gustaban sus letras ni esa cosa medio pop rock que tienen”, ajusticia el guitarrista de 44 años, la cara más visible de la banda desde la salida del cantante Jim Lindberg en 2009.

“La banda lleva 22 años y podemos vivir de ella perfectamente. Ahora, si puedo seguir consiguiendo pantalones a un dólar en las ferias americanas, la verdad es que no entiendo a los punks que enseguida se ponen un traje de diseñador para una entrega de premios de MTV. Que lo hagan, pero yo no estoy dispuesto a aparentar nada”, sigue, imparable, esta suerte de Hurley de Lost en plan punk vikingo, voluminoso, charlatán y bardero imparable que en 1995 vomitó en vivo en la radio yanqui (en Loveline, un programa de culto sobre salud y sexualidad para adultos rockeros). En 1999 regresó y, promediando el envío, anunció que tenía una bomba y haría volar la emisora KROQ-FM: “No buscábamos ser más populares. Estábamos dando un mensaje”.

–¿Qué mensaje, Fletcher?

–Ya en esa época, hace 10 años, muchas bandas que conocíamos por estar más o menos en la misma escena se estaban convirtiendo en una máquina de hacer mierda y dinero, a buscar el hit más que el mensaje; y el punk se estaba convirtiendo en algo cool. Cuando me hice una cresta, de pendejo, mi viejo me agarró del cuello y me levantó medio metro. Ser punk era ser una bolsa de mierda, un falopero, nadie te quería. Y ahora nos estaban llevando a todos lados porque el punk era algo que vendía, así que fue como decirles “andate a cagar, yo vivo así y si no te gusta, chupala”.

–¿De qué hablaron esa vez? ¿Te acordás? Porque lo del vómito, como símbolo, está perfecto, pero le falta claridad para ser un mensaje.

–Del gobierno, de la policía que agarra a palos a los negros, de los curas que se cogen pibitos. No es correcto hablar de eso en radio en horario central, entonces hablaremos de eso: de la corrupción de las fuerzas policiales y los políticos, y de la corporación de la Iglesia, que con el dinero de su puto condominio en el Vaticano podría alimentar a países enteros. Todo eso era una mierda, fui y vomité toda esa mierda.

Dragge tiene esa pinta de tío intratable, de pesado barrabrava en pos de la libertad, pero a la vez parece un tipo accesible, tierno y emocional, que se entrega a la entrevista con el NO de cabeza y boca abiertas y sin prestarle atención al representante de prensa, que lo corre porque la nota está durando más de la cuenta. “Fue muy dura la partida de Jim del grupo, nadie quería que se fuera e hicimos todo lo posible para que se quedara”, recuerda, más de un año después. “Tengo acá los mails que nos mandamos en ese momento, ¿querés que te los lea?”, le pregunta a este suplemento.

–Dale, ¿por qué no?

–Bueno, él nos decía: “Muchachos, se me complica hacer esta gira, tengo a mi esposa con algunos problemas y tengo que cuidar de mis hijos”. Lo que le dijimos fue: “Jim, amigo, no te hagas problemas. Podemos llevarlos con nosotros, poner una niñera. Cuando volvamos de la gira por Sudamérica, podemos tomarnos todos unas vacaciones más largas para estar en casa. Son dos semanas, nada más, podemos solucionarlo”. Y el mail final suyo dice: “Muchachos, a ver: no voy a ir a Sudamérica ni aunque nos tripliquen el pago. No quiero viajar y sé que allá hay muchos problemas. De verdad, voy a estar con mi familia. Hay otras razones, pero no quiero discutirlas”.

–¿Las discutieron luego?

–La verdad es que no. Cuando nos cruzamos, intentamos entrarle por el lado turístico: “Hey, todos van a Brasil a la playa y a comer, podemos ir, llevar a tu familia, serían unas vacaciones pagas con un par de shows”. Y tampoco hubo caso. Un par de días después dijo que se iba del grupo. Y a la semana anunció que tenía una nueva banda y saldría de gira con 33 fechas por Europa. ¿En qué quedamos, viejo? Fue un bajón, porque con Jim empezamos y fuimos grandes amigos. Me siento defraudado porque nos dio unas razones y después sale de gira con otra banda y un montón de fechas. Pero cuando alguien te bloquea el camino, tenés que evadirlo y seguir.

Pennywise quedó así sin venir en octubre de 2009, como se manejó a comienzos de ese año. “Pero después este tipo va y hace una gira del doble de fechas que la más grande de Pennywise en Europa, cuando hicimos 16 en dos semanas, con una banda nueva en la que hace canciones de Pennywise y va firmándole autógrafos a todo el mundo y hasta tocando en Halloween.” A Fletcher le parece que el problema se reduce a que “Jim quería ser el jefe y nuestro modelo siempre fue democrático: todos tienen voto y voz, todos los votos valen lo mismo, todos se llevan la misma cantidad de dinero”.

–De algún modo, puso a su público a decidir entre seguir a Pennywise o a Jim solista haciendo canciones de Pennywise. No le sirve a ninguno.

–Absolutamente; puso a los pibes en un aprieto y siempre tratamos de darles herramientas a los pibes, no problemas. Está todo bien, en ambos casos se trata de música, escuchá a ambos. En él podés escuchar los temas con la voz que los escuchaste en nuestros discos. Con nosotros podés ver el verdadero significado de Pennywise. El tenía todo esto planeado y no se bancó contárnoslo. La democracia y la igualdad se quedaron con nosotros.

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