“Creímos que James era indestructible”
El saxofonista recuerda sus giras con Brown, incluyendo su pasión por multar.
Maceo Parker lucha por dejar de ser “el saxofonista de James Brown y George Clinton”. El músico también pretende ampliar su paleta: al frente de una flexible agrupación alemana, la WDR Big Band, se aproxima al jazz orquestal. Está presentando en Europa un disco que incluirá versiones de Ray Charles, junto a 20 músicos germanos, el bajista Rodney Skeet Curtis y el baterista Dennis Chambers. Próximo a cumplir 64, Parker es un hombre reflexivo y modesto: “Tocar jazz no es una imposición de la edad; mentalmente, resulta más agotador que tocar funk. Espero que el público acepte verme en una onda diferente: la WDR Big Band es algo serio, acompañó a Eddie Harris y Joe Zawinul. Cuando me ofrecieron trabajar con ellos, inmediatamente pensé en montar un homenaje a Ray”.
Recrear canciones de Ray Charles lo lleva a sus años tiernos. “Yo era un adolescente cuando Ray lanzó su primer gran éxito, ‘What I’d say’. Mi hermano Melvin y yo volvíamos del colegio y, como mis padres trabajaban, teníamos que limpiar la casa. Lo hacíamos con la radio puesta. El día que el locutor puso ‘What I’d say’ se nos olvidó todo. ¡Sonaba tan excitante! Era como estar en la iglesia pero hablaba de mujeres, de… ¡sexo! Nos sentimos intoxicados.” De gira por Europa, una noche pudo darse el placer de actuar con Ray: “Fuimos sus teloneros durante unas semanas y llegamos a conocerlo… hasta donde se dejaba conocer, no era muy accesible. Le pedí que me dejara tocar un tema con él y accedió. No lo podía creer: ‘Aquí estoy, al lado del Genio’. Fue una sensación de plenitud tal que olvidé qué canción era”.
Como sesionista, Parker participó en tantas grabaciones que es frustrante preguntar por un disco determinado: “Creo que toqué con Keith Richards, pero no recuerdo mucho. Generalmente, me llaman cuando el tema ya está y me piden que llene un hueco. Ya está calculado: ‘Aquí, un solo de Maceo’. Y no podés salirte del esquema. Por eso acepto pocas de las ofertas. Si el dinero está bien y las fechas me coinciden, puedo llegar a hacerlo. Pero prefiero una situación en la que deba ponerme a prueba: disfruté con Ani DiFranco o con Living Colour”. Pero Parker deja todo cuando lo llama Prince: “Con él hay que usar todos los recursos, todas tus reservas; es como si fueras un nadador y te llevaran al decatlón. Cuando salís al escenario podés terminar tocando rock, pop, jazz, rap, soul, funk, disco, blues, lo que se le ocurra. Se salta las categorías raciales y generacionales, es un prodigio. Cuando te llama para grabar te concede un gran honor. Y hay que estar preparado para tirarse a la pileta: te pide un sonido específico o te da margen para que hagas lo que quieras”.
Y hay que hablar de James Brown. “Su muerte nos dejó boquiabiertos. Parecía indestructible: siempre creímos que nos sobreviviría a todos, que llegaría a los 250 años. Como artista tenía una fuerza sobrenatural. En el estudio sabía cómo extraer lo mejor, lograba que tocáramos partes que jamás habríamos intentado. Para él, la banda era un ser vivo: esperaba a que alcanzáramos un nivel de energía y en medio de la gira nos metía a grabar. Me la pasé intentando descifrar sus secretos en vivo: cómo adivinar lo que necesita un público, en qué momento alargar una canción, cuándo tocar una balada, dónde dar rienda suelta a un músico. Para él, era algo innato.” Una vez emancipado, Maceo no tocó mucho con Brown: “Girar con él tenía muchos inconvenientes. El sueldo era escaso y nos multaba por lo que consideraba indisciplina. Por ejemplo, no podíamos abordar a una chica si íbamos de uniforme. ¡El uniforme facilitaba las cosas! Muchas de ellas nos usaban, querían intimar con James. ¡Pero ni siquiera él podía satisfacer a tantas mujeres!”. Tras el régimen cuasi militar de Brown, Maceo pasó a las filas de otro gran funkero, George Clinton: “Te daba toda la libertad, quizá demasiada. Si querías salir desnudo no te obligaría a taparte. Su teoría es que si los músicos lo pasaban bien, el público se contagiaría. Era verdad, pero la buena onda se terminaba a la hora de cobrar: George era tan tacaño como James. En el estudio, sus métodos no tenían nada que ver: Clinton era como un científico loco, siempre mezclando pistas y tomas. Y drogas, claro”.
Maceo dice que no tiene sensación de haber crecido en las últimas décadas: “Cuando encontraste tu voz como instrumentista, sólo se trata de encauzarla”. Eso tal vez explique su desinterés por la música nueva: “Ya no escucho discos cuando voy de gira. Me llevo un reproductor de DVD y películas”. ¿Le queda algo por probar? “A mi hijo Corey le gusta el hip hop y hemos grabado juntos. Me atrae explorar las posibilidades percusivas de la voz, utilizarla como un instrumento que aporta historias. Sería interesante juntar a buenos raperos con músicos. No me importa que usen mis grabaciones viejas, siempre que paguen. Me parece un delito que haya raperos millonarios que se aprovechen de músicos que cobrábamos unos dólares por cada tema.”
Fuente: http://luchadores.wordpress.com
MACEO PARKER: "CON UNA BIG BAND TE OBLIGAS CASI A PENSAR EN JAZZ"
Es uno de los grandes del saxofón y en particular de los sonidos funks. Maceo Parker visita esta noche el Victoria Eugenia con una 'big band' a su espalda.
La de hoy promete ser una noche de antología. La razón: Maceo Parker, “padre del soul y del funk modernos” tocará en nuestra provincia. Hasta hace unos meses parecía impensada la posibilidad de contar con la presencia de un artista de este nivel. Hoy es una certeza. La cita será a partir de las 22, en el Teatro Provincial, en el marco de la gira de promoción de su disco “Roots & Grooves”.
El Tribuno quiso ser un nexo entre este magnífico saxofonista y cantante y los músicos salteños que cultivan el jazz y otras vertientes de la fabulosa música afroamericana. Así, invitó a algunos artistas locales a preguntarle a su ídolo aquello que siempre habían deseado conocer acerca de él. Con mucho entusiasmo, formularon una o más preguntas que fueron respondidas por Parker, en una entrevista exclusiva.
La carrera profesional de Parker se remonta a la formación de James Brown, en la que coincidió en la sección de vientos con el también saxofonista, Pee Wee Ellis y el trombonista, Fred Wesley, los J.B.’s Horns, con quienes luego crearía grupos como Maceo & All The King’s Men y participaría en diversas formaciones lideradas por George Clinton.
Maceo se catapultó definitivamente desde principios de la década de los noventa. Su música -dice- es el resultado de una fórmula personal que le da excelentes resultados: 2% de jazz y 98% de funk.
En 1989 llegó a las tiendas For all the king’s men, pero su verdadero salto cualitativo se produjo un año después, con la edición de Roots revisited, magistral álbum con el que cosechó récord de ventas y fabulosas críticas. El éxito volvería a repetirse con los álbumes Mo’ roots, de 1991 y Life on planet groove, grabado en directo en 1992, en Alemania. Tras esta época dorada, el saxofonista siguió ampliando su discografía con notables trabajos: Southern exposure, de 1993, Soundtrack, de 1994, también grabado en directo y Funk overload, de 1998. Ya en esta década, ha editado tres nuevos álbumes: Dial Maceo, del 2000, Made By Maceo y, por último, School’s In, en marzo del 2005. En el 2007 emprendió una gira con la WDR Big Band de Colonia y, afortunadamente, inmortalizó una de las actuaciones en el disco doble Roots & Grooves.
Las críticas que anteceden esta presentación en Salta garantizan que será un espectáculo sin precedentes.
La música de Maceo Parker no sólo brilla sobre el escenario, sino que se mete en el cuerpo e, indefectiblemente, invita a bailar.
Ezequiel Lindow, armonicista de “Blues a feeling”: ¿Recordás tu primer show?
Mis primeras experiencias en el escenario se dieron cuando era muy chico, en clubes nocturnos. Tenía 12 o 13 años y mi tío tenía una banda. Nosotros (mi hermano y yo) tocábamos entre sus presentaciones.
Martín Gorostiague, conductor del programa radial “La cocina del jazz” (Radio UNSa, 93.9 mhz, martes de 21 a 23): Luego de trabajar con James Brown lo hiciste con George Clinton. Contanos sobre las diferencias con cada uno...
De James Brown aprendí a conocer cuándo es el tiempo oportuno para hacer determinadas cosas. Aprendí a captar el estado de ánimo del público para saber si debía tocar una balada, por ejemplo, y cómo hacerlo. De George Clinton aprendí a cultivar la capacidad de tocar por varias horas seguidas.
Luego de separarte de George Clinton empezaste a trabajar en algunos proyectos como solista. ¿Cómo fue la experiencia de pasar de estar frente a una banda a estar solo sobre el escenario?
En realidad, luego de mi alejamiento de George Clinton volví a tocar con James Brown, hasta que empezó mi carrera como solista en los ‘90. Es como ser el capitán de tu propio barco. No fue la primera vez que hacía algo así. Lo que pasó fue que las cosas se sucedieron en su justo momento. Un productor alemán me ofreció hacer un disco. Hicimos “Roots Revisited” que tuvo un éxito maravilloso. El resto vino solo...
¿Sentís una conexión especial con el funk o el jazz?
Disfruto muchísimo de escuchar jazz, tanto como de tocar funky.
Aparte de la influencia musical que recibiste de tu familia y de la música de los ‘50 de
Ray Charles, ¿cómo surgió la idea de realizar una grabación con su música?
Siempre disfruté de la música de Ray Charles. Siempre me ha gustado y he respetado su modo de tocar.
Cuando yo era adolescente nunca hubiese imaginado que mi voz podría parecerse a la suya. Pero tan pronto como me di cuenta que había una posibilidad de trabajar en una gran banda, inmediatamente se me vino a la cabeza Ray Charles.
¿Sentís que el funk y el soul son más vivos que el jazz por ser más fáciles de escuchar y bailar?
Pienso que la música es una especie de buffet. Algunas veces uno quiere escuchar jazz, otras veces funk y otras música clásica o rock. A mí me encanta el funk, de hecho es la música a la que me dedico.
Miguel Castillo, cantante de “Blues a feelling”: Cuando empezaste a trabajar como solista, ¿lo sentiste como una evolución natural o implicó una gran decisión personal?
En la última etapa (los últimos 20 años de mi carrera) empecé a sentirlo como una evolución natural. Sabía que probablemente era el tiempo de cambiar el rumbo y no me equivoqué.
Has tocado con muchos músicos. ¿Con cuál te gustaría volver a compartir el escenario?
Siempre disfruté de volver a tocar con los músicos que alguna vez me acompañaron. Candy Dulfer es una persona que se me viene a la cabeza porque además es una muy buena amiga y a quien siento como parte de mi familia. De modo tal que cualquier oportunidad de tocar con ella sería grandiosa. Siento mucho no haber podido tocar nunca con el gran Michael Jackson, por ejemplo. También me encantaría volver a tocar con Van Morrison. Estoy siempre abierto a nuevas ideas, como la de volver a tocar con gente con la que lo hice en el pasado. Muchos de ellos estarán de acuerdo conmigo.
Maceo Parker es el nombre del funk. Ese estilo creció cerca tuyo y de alguna manera sos el gran referente de este estilo. ¿Sos consciente de eso?
Lo único que sé es que amo tocar funk, el resto tiene que ver con eso. Cuando empecé a tocarlo quise desarrollar y crear mi propio sonido, a partir de allí las cosas evolucionaron solas.
Discography:
"Funk Overload" 2000 "Life on Planet Groove"
(live) 1992 "Mo Roots" 1991 "Soundtrack" (live)
"Southern Exposure" 1994 "For All the Kings Men"
"Roots Revisited" 1990 "Doing Their Own Thing"
"Us" "Funky Music Machine"