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sábado, 13 de marzo de 2010

ENTREVISTA: CON WANDER WILDNER (EX OS REPLICANTES) Y FLU (EX DE FALLA)




Brasil, país tropi-punk

Llegan dos mitos vivos de la generación que en la década del ’80 intentó darle calidad gaúcha al sonido inglés. Y tocan la misma noche.

Por Mario Yannoulas

Las palmeras de Plaza Francia bailan del otro lado de la ventana. Cercados por el sol después de la tormenta, Wander y Flu -dos maduros que rondan el medio siglo- salen del cuarto descalzos, con peinado de cama, y caminan el balcón para las fotos. Wander estira la remera gastada que dice “Paraguay” en rojo y exhala: “Yo, paraguayo”. ¿De verdad? “No, pero en Brasil los paraguayos son mal vistos, así que me considero paraguayo hasta la muerte”, repone. Los dos integraron la generación del rock brasileño que en la década del ‘80 intentó darle calidad gaúcha al sonido importado de Inglaterra, para atender las raíces musicales de su propio país y construir un sonido nacional. La paradoja es que, justamente por haber compartido la misma misión, los dos hicieron música diferente.

Saben que formaron parte de bandas de culto en Brasil. Wander Wildner se hizo notar en los ‘80 al frente de Os Replicantes, aquella agrupación punk a la moda de un Sex Pistols gaúcho, o Los Violadores brasileños (hasta hay cierto parecido físico con Pil), que hoy sigue vigente con una mujer en el micrófono. Flu se consagró como bajista de De Falla, grupo que encolumnó en el rock experimental atravesado por el mate caliente de Robert Fripp y otros temperamentos excéntricos de los ‘70. Al tiempo que se difundía Ratos de Porâo (más familiares del público argentino), otros grupos de ascendencia gaúcha inundaban la escena under mais grande do mundo: Cascavelletes, Os Eles, Garotos da Rua.

En los ‘90 definieron sus carreras solistas. Wander gestó el “punkbrega” (“punk grasa”) al inyectar instrumentos no tradicionales como acordeones y violines en su sonido herrumbroso –hasta hay algún tango dando vueltas por ahí–, además de incorporar música popular tradicional como bossa nova o líneas melódicas de Roberto Carlos. “Sid Vicious cantando My Way de Sinatra es punkbrega... no inventé nada, apenas hice encajar las cosas”, apura. Flu se volcó cada vez más a lo experimental hasta convertirse en un fecundo creador de música de películas y remixes psicodélicos (algo entre la demencia de Mike Patton y King Crimson, pero instrumental), además de productor de bandas nuevas como Robô Gigante.

“De Falla y Os Replicantes fueron bandas muy importantes para el rock brasileño. No son grandes bandas para Brasil, pero sí grandes influencias musicales”, torea Wander y puntea sus influencias latinas: Mercedes Sosa, Violeta Parra y Atahualpa Yupanqui sumados al folk gringo de Bob Dylan y Neil Young. “En los ‘70, en Porto Alegre, había muchas bandas folk no americanas, gaúchas: con gaitas, violines, percusión”, expande. Cuando Flu tocaba en De Falla, se nutría de rock progresivo, Talking Heads y algunas cosas pop: “En esa época también escuché mucho punk, siempre me gustó el rock explosivo. Cuando empecé a trabajar solo volví a mis influencias de los ‘70 como Chico Buarque y Os Mutantes, y empecé a poner elementos brasileños en mi música. Así fue quedando ese mix de rock, electrónica y música brasileña. Pero mi cabeza siempre está cambiando”.

Sin embargo, siempre estuvieron lejos de Argentina. “Los brasileños creemos que todo lo nuestro es lo mejor: las playas, las mujeres, el fútbol, la música, y así no nos permitimos conectarnos con los países vecinos. Por eso es que tenemos que circular, hace años que esperábamos poder venir, porque así se hace revolución, el terrorismo sin bombas. Así se elevan las ideas.” Wander disecciona el presente. “Cuando empezamos a tocar rock no teníamos Fender ni importados, éramos chicos malos que no sabían qué hacer. Decidimos armar una banda a pesar de que ninguno tocaba porque sabíamos que los Pistols habían empezado así. Nuestro guitarrista no sabía los acordes, los inventaba. Además, como eran grupos de amigos, todos eran distintos. Nuestras ideas estaban fuera del sistema, teníamos la intención de crear formas alternativas sin ser panfletarios o populistas. No escribo canciones contra el capitalismo, me importa más saber cómo hago las cosas y con quiénes.”

–¿Y el rock brasileño actual?

Wander: -Pésimo. Una mierda.

Flu: –La globalización hizo que los jóvenes quieran ser iguales a sus ídolos, y hacen lo mismo con la diferencia de que cantan en portugués. Hacen la música del momento, pasa ahora con el electro rock.

Wander: -Los artistas más viejos se acomodaron y dan un pésimo ejemplo a los jóvenes, por eso la calidad de las bandas es cada vez más baja. En Brasil hay bandas buenas porque el país es grande, pero las más interesantes no son conocidas, hay que descubrirlas en MySpace.

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