Litto Nebbia le rindió tributo a la década fundante del rock argentino y el resultado es impactante: 200 grandes temas de aquellos años, entre himnos y joyas desconocidas, con una convocatoria impresionante que va de los miembros de Los Gatos y Almendra a Fito Páez y Calamaro, pasando por grandes músicos independientes y de culto. Ahora, los 9 discos, el DVD y el cuaderno de grabaciones escrito por el mismo Nebbia llegan a las disquerías y kioscos. Aqui algunas perlas que a la vez rescatan temas históricos y entran en la historia.
Por Alfredo Garcia
Nueve CD. 200 temas. Más de cien músicos de rock de todos los tiempos –incluyendo varias leyendas vivientes, bandas de culto, grupos under y algunos talentosos ignotos– fueron convocados por Litto Nebbia para homenajear la era de oro del rock criollo. Cada disco está dedicado a artistas distintos: Los Gatos Salvajes y Los Gatos; Almendra; Moris, Miguel Cantilo, Roque Narvaja y Arco Iris; Manal, Vox Dei y Pappo’s Blues; Pescado Rabioso, Aquelarre, Huinca y Color Humano; Sui Generis, León Gieco y Charly García; Luis Alberto Spinetta, y uno de artistas varios. Entre los músicos que reinterpretan los temas propios y ajenos, en versiones totalmente personales, se puede mencionar a Andrés Calamaro, Spinetta, Gieco, Nito Mestre, Fito Páez, Alejandro Medina, Ricardo Soulé, Claudio Gabis, Ciro Fogliatta, Hugo Fattoruso, Ariel Minimal y Pez, Compañero Asma, Súper Ratones, The Tormentos, Los Grillos, Los Barreiro, Black Amaya, María Rosa Yorio, Miguel Cantilo, Antonio Birabent, Gustavo Bazterrica, David Lebon, Lito Vitale, Kubero Díaz, Nube 9, Rubén Rada y la lista sigue.
Casi todas son canciones grabadas especialmente para este proyecto de Melopea, Una celebración del rock argentino, y si bien como factótum Nebbia participa en muchas sesiones –a veces reuniendo legendarios rockers que nunca habían tocado juntos– el resultado es un raro viaje musical, con matices sonoros para todos los gustos.
Los box sets suelen ser compilaciones de hits preexistentes, pero éste está lleno de sorpresas musicales increíbles. El
booklet de 108 páginas, con textos de especialistas como Mario Antonelli, Eduardo Berti, Marcelo Gasio, Daniel Grigera, Claudio Kleiman y Sergio Marchi, también incluye data básica o pequeñas biografías de cada uno de los intérpretes. Está claro que detallar todo en unas cuantas líneas sería imposible, por lo que como muestra, la siguiente es una lista de pequeñas gemas que surgen de este verdadero calidoscopio de covers:
Che piruja, de Miguel Cantilo, por Roque Narvaja. El rock se funde con la milonga en esta pequeña obra maestra de Cantilo, visceral y formidablemente versionada por Narvaja. A su vez, Cantilo le devuelve el favor a Narvaja con “Malena no te rindas”.
Mañanas campestres, de Arco Iris, por Nito Mestre. Esta combinación da lugar a algo así como la Capilla Sixtina del country folk argentino, con excelentes arreglos vocales y un soberbio trabajo de guitarra de Nebbia.
Guerras, de Vox Dei, por Richter. Momento realmente increíble: el clásico de La Biblia, de Vox Dei, en versión tecno al mejor estilo Devo, y lo que es mejor, sin dejar de ser fiel al espíritu original.
No voy en tren, de Charly García, por Rubén Rada. Otro de los momentos divertidos y supercreativos, con arreglos increíbles y el debut de Matías Rada, hijo de Rubén. Uno de los pocos temas grabados en Uruguay. Un aporte de Rada: “¡Yo no me copo con nadie!”.
¿Nunca te miró una vaca de frente?, de Miguel Abuelo, por Los Barreiro. Un tema de culto, de letra única por su humor surrealista, acelerado a la máxima potencia por el histrionismo inigualable de Pachi Barreiro.
El Rey lloró, de Los Gatos, por Luis Alberto Spinetta: uno de los grandes temas de la historia del rock argentino en una versión contundente, con sutiles electrónicas y un estribillo que Spinetta va transformando del rango vocal original al suyo de forma totalmente espontánea. En batería hay otro Almendra, Rodolfo García. “El Rey lloró” es uno de los pocos temas que se repiten en el box set; la otra versión, excelente y más clásica, está a cargo de León Gieco.
Ahora me amas, de Los Walkers, por Zorros Petardos Salvajes. La gran banda de culto oriental de fines de los ’60 magistralmente versionada por los adrenalínicos músicos de culto del rock de garage argentino en su máxima potencia.
My Baby, de Los Mockers, por Ciro Fogliatta. Otro supercombo: Ciro, con Rodolfo García en batería, Nebbia en teclados y el mismísimo Jorge Fernández de Los Mockers en guitarra recreando su viejo hit con un solo de aquéllos.
La respuesta, de Los Gatos Salvajes, por Leopoldo Deza: uno de los más dinámicos hits beat de Nebbia y Fogliatta, convertido aquí en un instrumental de la más hippie e hipnótica psicodelia acústica. La flauta traversa de Deza, más la guitarra y percusión sixtie de Nebbia nos llevan al más profundo flower power tipo Jefferson Airplane. El sorprendente concepto de cover es el ejemplo perfecto de la libertad creativa con la que fue pensado este box set.
Durazno sangrando, de Invisible, por La Tolva. Faltaba un poco de punkie en el box (¿para cuándo el cover de “Muchacha ojos de papel” por Los Violadores?), pero La Tolva pone las cosas en su lugar con esta memorable versión a pura guitarra distorsionada.
El viejo, de Pappo’s Blues, por Claudio Kleiman. Esta quizá sea la mayor sorpresa de todo el box set. Kleiman, conspicuo periodista especializado en rock –y responsable de algunos de los textos del cuadernillo de esta edición– se anima con este emblemático tema del Carpo (también canta y es responsable de los brillantes arreglos instrumentales). Con 7 minutos, es el track más largo de todo el proyecto, y también uno de sus momentos culminantes.
Hombres de hierro, de León Gieco, por Andrés Calamaro con Litto Nebbia en guitarra. Calamaro canta el clásico de Gieco transportándolo de su concepción dylaniana a la de las canciones francesas de Boris Vian o Jacques Brel, apoyado por una asombrosa guitarra acústica de Nebbia. Imperdible.
Post crucifixión, de Pescado Rabioso, por Javier & Espíritu Celeste. Rara intrusión española, para que nadie diga que los gallegos no saben hacer rock & roll. Durísima guitarra con riffs cada vez más feroces hasta que llegan al más pesado heavy. En cambio, su versión de “El tren de las 16”, de Pappo, es más graciosa, casi parece la versión en español de los míticos chicos pesados de Spinal Tap.
Nena boba, de Pescado Rabioso, por The Beladies. Estas chicas dedicadas a tocar el repertorio de Los Beatles desde un punto de vista femenino no son ningunas bobas, y su cover del clásico misógino de Spinetta no sólo funciona como gran momento irónico de la caja: también es rock & roll del mejor.
Chocolates, de Huinca, por Nube 9. Uno de los mejores y menos conocidos grupos del rock argentino, Huinca incluyó algunos de los mejores temas rockeros de Nebbia. Esta versión de “Nube 9” tiene arreglos brillantes y uno de los órganos más sixties de toda la caja. Quien no haya escuchado el tema quizá descubra la pólvora.
La casa de diarios viejos, de Los Gatos, por Compañero Asma. El mejor rock & roll sixtie se funde con tonos dark y sonido casi grunge en este contundente cover donde Hernán Espejo parece compenetrarse especialmente con la formidable letra de Nebbia. Otro gran momento rocker.
Sábado a la noche, de Moris, por Súper Ratones. Una de las grandes ausencias es algún cover de “De nada sirve” de Moris. Pero esta versión híper rocanrolera de “Sábado a la noche” es tan buena que casi redime el bache (los Súper Ratones también hacen muy buenos covers de “Ana no duerme”, de Almendra y “La legión interior”, de Miguel Cantilo).
Una casa con diez pinos, de Manal, por Pez. Simplemente uno de los mejores temas del rock argentino, en una versión tan fiel al original como actual, demostrando la contundencia de la banda de Ariel Minimal (y el talento del tecladista Pepo Limeres).
Doña Laura, de Manal, por Guadalupe Raventos. Sin ánimo de resultar herético, esta versión casi supera al original, en buena parte por el carisma y la eficacia de la cantante, y también gracias al combo de músicos que la apoya, incluyendo dos Gatos (Nebbia y Fogliatta), un Almendra (Rodolfo García) y un auténtico Manal (Alejandro Medina, que en otro track se despacha con un electrizante “Avenida Rivadavia”).
Ruta A Go Go, de Los Gatos Salvajes, por The Tormentos. Firme candidato a mejor tecladista de la era oro del rock criollo, Ciro Fogliatta metió este instrumental al estilo Booker T & The Mgs –aunque nunca los había escuchado– para que las chicas bailen. Los genios de la música surf vernácula, es decir The Tormentos, dejan la tabla y se van a la ruta con una precisión rítmica formidable y alucinantes contrapuntos entre la guitarra y un misterioso tecladista que no puede ser otro que Ciro Fogliatta. Uno de los puntos altos en cuanto a sonido vintage de todo el box set.
Natural, de Tanguito, por Los Grillos con Litto Nebbia. De los 200 covers, esta súper rockera revisión de “Natural” quizá sea el mejor por su capacidad de convertir la psicodelia ingenua de Tanguito en un monstruoso hit a todo riff de guitarra, a los que en un momento mágico se agrega una súper inspirada irrupción de Nebbia en guitarra acústica, como para recordar las armas del viejo Ramsés.
Alza la voz, de Pajarito Zaguri y La Barra de Chocolate, por Manu. Según el texto de Mario Antonelli en el booklet, éste quizás haya sido el primer tema beat prohibido por el establishment. Casi desconocido, es una obra maestra, y la sola presencia de este cover justifica la existencia de los 9 CD. La versión de Manu es muy buena, pero ojalá los que la escuchen ¡llamen a La Mega para que pasen el original!
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