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miércoles, 31 de marzo de 2010

Algunos lo creen un dios, pero Clapton se siente un perezoso


El venerado guitarrista inglés cumplió ayer 65 años. Una vida demasiado dura que la guitarra le ayudó a sobrellevar. Hoy es feliz con su esposa y sus hijos, y cada día canta mejor.


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UN HOMBRE COMUN. Eric Clapton, lejos de los excesos, sigue creando y produciendo con su guitarra y su voz.

LONDRES.- La admiración de sus fans por él no tiene límites. Pocos músicos de rock son tan venerados como Eric Clapton. Es difícil imaginar la cantidad de buenos deseos que le llegaron ayer, que cumplio 65 años. Leyenda viviente, dios de la guitarra: los calificativos suelen ser grandilocuentes. Sobre todo cuando se refieren a su destreza con la guitarra, aunque en los últimos años también a su voz.
El se sorprende con la veneración que genera, según confesó alguna vez en una entrevista con el diario alemán "Die Welt": "en este ámbito las cosas a veces van asquerosamente rápido. Sobre todo cuando le atribuyen a uno grandes cualidades técnicas". Según reconoció, trabajó duramente en su voz. "Como guitarrista sigo siendo tan increíblemente perezoso como hace 30 años", acotó.
Sin embargo, no revela cómo se combina esa pereza con su lista de éxitos. Desde el primer hito en su carrera en los años 60 sufrió algunas recaídas, pero en general por problemas en su vida privada.
Todo comenzó en 1963 con los Yardbirds, que inauguraron junto a otros contemporáneos la era pop. De repente aparecieron los solistas, y los grupos de éxito retrocedieron. Luego vino la breve pero muy exitosa etapa con el trío Cream. Por primera vez hubo personas que alzaron en Londres pancartas en las que se leía "Clapton is God" (Clapton es Dios).
Cream fijó nuevos estándares para la improvisación. Una y otra vez, en lo últimos años, estuvo en el candelero para luego volver a desaparecer. Compuso hits como "Layla", "Wonderful tonight" y "Let it rain". Hizo más country-rock. Se hundió en el alcohol y las depresiones. A principios de los 90 llegó al mercado su álbum "Unplugged" y en todo el mundo miles de fans se enredaron los dedos tratando de imitar "Tears in heaven", dedicado a su hijo Connor, que murió en 1991 al caer del piso 53 de un rascacielos de Manhattan. A pesar de sus éxitos sobre los escenarios, Clapton está convencido de que la suerte es algo valioso, aunque admite que no tuvo tanta. Quien conoce su vida más allá de los escenarios no se sorprende con estas palabras. Su madre tenía 16 años cuando lo tuvo. Fue criado por sus abuelos en Surrey.
Hasta su noveno año de vida creyó que su madre era su hermana y sus abuelos, sus padres. Su padre fue un músico y soldado canadiense que quizá nunca supo acerca de su hijo. Clapton contó alguna vez que toda su familia -incluso él mismo a los 16- padecía problemas serios con el alcohol.
Más tarde, fue adicto a la heroína y con las mujeres tampoco le fue muy bien. Ahora afirma que la música le ayuda a salir del pantano. Hoy parece feliz. Está casado, tiene cuatro hijos y apoya entre otras cosas una clínica para tratar adicciones en el Caribe. Al parecer no quiere -como en su famosa canción "Tears in heaven"- esperar al cielo para dejar de llorar. (DPA)

Tocó y grabó con todos


Eric Clapton editó 19 discos como solista, entre los que sobresalen el que lleva su nombre como título, de 1970, "461 Ocean Boulevard" (1974) y "Slowhand" (1977). En su carrera se cruzó con otros reconocidos músicos, con los que grabó o hizo giras, como Roger Waters, David Bowie, Phil Collins, BB King y George Harrison.

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