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lunes, 27 de febrero de 2012

OPINIONES SOBRE PAPPO



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La moto, la campera de cuero y la viola


 Por Rodrigo Manigot
(Ella Es Tan Cargosa)
“Soy amante del rock argentino por el lado más lírico y beatle: Spinetta, Charly, Fito, Calamaro, una escuela más refinada de rockeros maricones que cierto rock critica y yo reivindico, y con la que Pappo tuvo sus idas y vueltas. Mi real introducción a su música fue tras su muerte. Tocamos con Palo Pandolfo, que hizo una versión hermosísima de Sucio y desprolijo, una de las mejores canciones del rock argentino. No le había prestado atención como ejecutor ni como compositor, pero cuando escuché Pappo’s Blues me di cuenta de que era un grande. Formó una escuela que se sentía lejos de la veta más surrealista de Spinetta y García, y que quería que el rock and roll recuperara los tres tonos, la crudeza y una poesía en apariencia sencilla, pero directa y con muchas cosas inteligentes. A pesar de canciones imbatibles como Desconfío, creo que su influencia central no es como compositor sino como violero. Después de haber ido a ver a AC/DC, me puse a escuchar Macadam 3... 2... 1... 0 y, aunque confieso que Pappo no me gustaba mucho como cantante, me di cuenta de que algunos temas de Riff eran AC/DC en el año ‘83, pero ¡en la Argentina! Creo que su problema fue que el personaje se comió al artista y terminó siendo como un luchador de Titanes en el Ring con la moto, la campera de cuero y la viola.”

 

Muchos no le llegan ni a los talones


 Por Pety
(Riddim)
“Cuando tenía 16, fui a ver a Riff en la época en la que cantaba JAF. En esa época había quilombo, me acuerdo de que en Obras había entrado la cana. Mi primera impresión fue que los tipos eran garra, huevo y corazón, y la otra que la gente que iba a ver heavy metal era de primera. Lo bueno de Riff es que, si bien tenía cosas trilladas en la estética, como las tachas y el cuero, era original arriba del escenario, ellos no imitaban una pose, eran así de verdad, no eran caretas. Después no le di mucha más bola a Pappo porque encontré una energía más grande en Sumo. Pappo no influyó demasiado en lo que hago, pero todo tipo que sabe tocar la guitarra fue influido por él, cualquier músico de rock argentino y de reggae argentino, porque el que aprendió a tocar la guitarra no aprendió en Jamaica, sino acá. Alguien que tocó con BB King en Estados Unidos es un ejemplo a seguir por cualquier músico. Lo mío llega hasta la admiración y el respeto. Muchos no le llegan ni a los talones”.

 

Buscarle temas malos es como buscárselos a los Ramones: no tienen


 Por Gori
(Fastasmagoria)
“Mi vieja me llevó a un programa de Badía y tuve la suerte de ver a Riff. Recuerdo que era la primera vez que veía a gente tocando con pelo largo, camperas de cuero y distorsión. No sé bien ni cómo se llaman los discos ni en qué años salieron, pero lo que más me gusta de la música de Pappo es Riff, la primera época: Ruedas de metal, Macadam y Contenidos. Quizá la etapa de JAF es la más caretona, pero igual me gusta mucho, porque buscarle temas malos a Pappo es como buscárselos a Los Ramones: no tienen. Mi guitarrista vivo preferido es Gabriel Carámbula. Y el más grande guitarrista muerto es Pappo. Abrió un camino grandísimo para el heavy metal, hard rock, o como se llame. Música con distorsión que había que bancársela en tiempos duros”.














 

 

 

 Lo más cerca de Muddy Waters


 Por Andrés Calamaro

En la más definitiva de mis vueltas a Baires, lo fui a escuchar al Ateneo. Tocó genial, recuerdo que se sentía responsable de mi “revival” y tenía razón. Me consta que llegamos a un punto muy cálido de la amistad, compartimos muchos buenos ratos, él fue mucho más que correcto cuando se preocupó sanamente por mí y mis estados. No era ninguna preocupación evangélica ni careta, ¡nada que ver!
Si uno escucha blues enseguida se da cuenta de que el único que lo interpretó y que encontró la manera de cantarlo, lo más cerca de Muddy Waters, fue Pappo; hay muy buenos guitarristas en la Argentina y algunos son guitarristas extraordinarios de blues, como Botafogo; pero Pappo era un cantante de blues negro, cantaba desde La Paternal, Illinois. Además tenía un repertorio muy importante de blues y de pesado.
El Carpo venía mucho al estudio; podíamos componer un tema y grabarlo, todo junto, o encontrarnos en casa y pasar las horas tocando. Además, venía a saber si estaba todo bien, para compartir y divertirnos, o cuando yo necesitaba una gamba amiga. Alguna vez, quizás, chocamos con algún criterio, tonterías, como cuando él quería usar un “twin” y yo le pedía que tocara en un ampli más chico, más práctico en el estudio. Nos veíamos seguido cuando la mamá de Pappo se puso mal.
El Carpo se preocupaba por vos, te cuidaba, te llamaba. Era amigo de sus amigos y basta. No es un detalle que muchas muchachas me hablaron siempre muy bien de él. Tengo un recuerdo profundo y muy positivo, como un compañero y amigo de confianza, el recuerdo de un amigo de estar, de acompañar, alguien que no se borraba, que respetaba hasta la distancia. Pappo fue muy querido y lo sigue siendo; es un símbolo del rock nuestro. Además de un gran músico con una personalidad formidable. Pappo fue lo que fue y fue mucho, y además vivió todo lo que quiso y como quiso, siempre fue él.
Me acuerdo de hace muchos años, que tocamos en un “Hard Rock” trucho que estaba cerca de Constitución. Cuando terminamos de zapar le dije algunas palabras amables y respetuosas y me contestó: “Calamaro, lo único que tenés de negro es el agujero del culo”, y habíamos estado tocando blues. Algunos años después, le estaba mostrando unas grabaciones que habíamos hecho con Ciro Fogliatta y me preguntó si la banda que tocaba era la de Albert King. ¡Y era yo tocando todos los instrumentos! (sin dudas, un profundo reconocimiento a mis progresos en el género). Eso fue la reivindicación, el respeto y la amistad.

















 



Le agradecería la desprolijidad

 Por Ezequiel Jusid
(Arbolito)

Lo escucho bastante. Lo que más me gusta es Volumen 3, de Pappo’s Blues, con la formación de Machi y Pomo. Además, tenían temazos. Lo vi en vivo en Obras con BB King y lo más emocionante era notar el respeto que le tenía BB King a él. Fue uno de los fundadores del rock e introdujo una cuota rockera y blusera que en ese momento no había, salvo con Manal. Les enseñó a tocar a los guitarristas de acá, porque pelaba el sonido crudo que en ese entonces no se conseguía. En el momento en el que el rock nacional se estaba inventando, él ya era vanguardia. De no haber existido Pappo, no sé si estaríamos hablando de power tríos en la Argentina. Cuando Arbolito mete una cuota de rock está influida por esa veta de los ‘70. Al Carpo le agradecería la desprolijidad con la que salía a tocar, esas ganas de rockear, ese entusiasmo, la autenticidad que demostró hasta el final. Pappo no se murió boludeando en una ruta. Fue auténtico siempre


Cambió el sonido de la música popular


Por Pablo Font
(Les Mentettes)
“Lo que más me toca de la obra de Pappo tiene que ver con los últimos discos de Los Gatos: Beat Nº1 y Rock de la mujer perdida. Los escuché durante mucho tiempo, porque era la aparición del rock dentro de algo que pintaba mucho más soft. Por otro lado, ensayábamos en La Paternal, justo enfrente de la plaza donde está el monumento a Pappo, y no tengo dudas de que alguna energía nos ayudó a seguir nuestro camino. El sonido de Pappo en Los Gatos daba la idea de que habían llegado los ‘70 un par de años antes: el audio de esos discos estaba adelantado al Buenos Aires de esa época, parecía Zeppelin. El grupo vivía un auge de popularidad, así que Pappo cambió el sonido de la música popular. El audio de esa guitarra fue la base para que después aparecieran bandas como Pescado Rabioso. Que tantos años después haya sido convocado por BB King da la pauta de que lo que hacía con sus dedos no era tan sólo tocar blues. Noto mucho su influencia sobre el rock actual, más con bandas que están cercanas a mi entorno. Me acuerdo de estar viendo a Bicicletas, escucharlos tocar Sucio y desprolijo y pensar ‘claro, ahora entendí todo’”.

Siempre fue genuino, mantuvo una línea


 Por Hernán Saravia
(Pampa Yakuza)
“Mi primer recuerdo vinculado a Pappo es de cuando tenía once o doce (ahora tengo 34). Jugaba en la plaza del barrio y los chicos más grandes, los indeseables, escuchaban Riff tomándose unas cuantas birras. Ese fue el primer acercamiento: de escuchar Riff en los grabadores a pila en la plaza de Colegiales. Las vueltas de la vida hicieron que termináramos versionando un tema de él, lo que fue una sorpresa y un desafío. La idea fue encararlo con respeto pero con honestidad, desde un lugar genuino. Cuando escuchaba Mi Vieja me daba cuenta de que ésa no era su esencia, que no era de él. Escuché cosas mucho más piolas como “No puedo evitar que vengan hacia mí los sánguches de miga” y todo ese tren de lírica. Sin dudas tiene una influencia visible sobre el rock argentino, y aunque uno no tenga mucho que ver, está ligado al Carpo al hacer rock en castellano, por haber decidido hacer algo que venía de afuera, pero ponerle identidad propia. En vivo lo vi solamente una vez, con los Stones. Arrancó temprano y la gente le daba bola, pero había doscientos tipos que estaban prendidos fuego: era Dios para esos muchachos. Yo le agradecería lo genuino que siempre fue, que mantuvo una línea de conducta. A veces la industria o el mercado no le sonrieron y él se la bancó. Es de los poquitos de los que podés decir que no transaron con nadie, y eso es muy digno.”


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No me cabía el Pappo soberbio y agresivo


 Por Marcos Orellana
(Onda Vaga / Michael Mike)
“Escuché Pappo’s Blues, Riff, la versión de El viejo que grabó con Calamaro, y una canción de Los Abuelos de la Nada con él que no me pareció de lo mejor de la banda. Musicalmente me parecía bueno, cosas que escuché de Pappo’s Blues me parecían interesantes. No sé bien por qué no me vinculé tanto, calculo que porque su personalidad no me caía simpática. Mucho no me gusta el machote medio soberbio y agresivo, el ‘Pappote’. Ese tipo de personalidad sí ayuda con la guitarra, pero ya a nivel personal es un bodrio. No sé si ahora tiene mucha influencia sobre el rock argentino. No conozco a mucha gente que ahora esté copada con Pappo, que me hable de él o que esté escuchando discos suyos. Sí me di cuenta de cuánto influyó en grossos de su época, como Spinetta o Calamaro. Lo que resonó fue cuando lo bardeó a DJ Deró en el programa de Repetto. Eso me gustó, porque Deró siempre me cayó bastante para el orto y fue una reacción coherente con la personalidad de Pappo. Me parece muy cerrado pensar así, pero me resultó fresco, lógico y hasta gracioso por la personalidad a la que atacaba. Ahora no recuerdo ningún tema que me parezca especial. El tema de la vieja me parece especial, pero de lo malo que es. Ah, sí, hay un tema en Spinettalandia y Sus Amigos que siempre me gustó, y me sorprendió cuando me dijeron que era de Pappo. Ése (Era de tontos) y Castillo de piedra, que también cantó Pappo, son los dos temas que más me gustan de ese disco”.

Me lo imagino como un tipo sensible



 Por Federico Cabral
(Sancamaleón)
“Siento que llegué tarde a su obra. Nunca lo tomé en serio. Lo primero que se me viene a la cabeza es su personalidad, la de un tipo muy gracioso. Daba gusto verlo estar entre sus cosas. A sus canciones nunca les di bola por la estética, pero lo agarré de más grande y me empezó a gustar mucho la canción El viejo. Pappo tenía un canal, y cuando lo sintonicé, entendí el plan que tenía como músico. Me lo imagino como un tipo sensible. Además, lo que yo valoraba era que estaba todo el tiempo golpeando muchas puertas, porque tocó con todo el mundo, y no era un violero que recién empezaba, era ya una figura del rock argentino. Eso es un ejemplo que deberíamos aprender todos los músicos”.

Un rock crudo, conciso y sintético


 Por Sebastián Carreras

(Entre Ríos)

“La primera imagen que me viene de Pappo es verlo en la televisión o en las revistas de la farándula. Después supe que había estado en la última formación de Los Gatos, pero siempre me llegó como una persona mediática. Su desaparición fue una desgracia, pero no tuve una conexión sentimental con eso. El valor que le encuentro a su música es que me parecía un rock muy crudo, conciso y sintético. Influyó construyendo una personalidad fuerte, como Charly García, como esos personajes del rock que definen estilos y estéticas. Yo le agradezco a Pappo haber sido quien fue. Hizo lo que le gustaba hacer, como pudo”.













 

 

 

 

Me gustaba cómo lickeaba, el sustain que tenía


 Por Lolo Fuentes
(Miranda!)
"Tomé clases con un profesor que me hizo estudiar Stratocaster Boggie y me parece que Sucio y desprolijo tiene un riff glorioso. Después, obviamente, los hits: Susy Cadillac, Sube a mi Voiture, Mi vieja o Desconfío, que es parte del cancionero nacional. Me gustaba mucho cómo lickeaba, el sustain que tenía. Fue uno de los mejores guitarristas de blues de la Argentina junto con Botafogo. Musicalmente me influyó mucho, todavía sigo practicando ese tema, que es un muy buen ejercicio para la pentatónica de La. Es un gran guitarrista pentatónico. Tengo ganas de hacer una banda de covers para divertirme, estoy ensayando con unos amigos, y Sucio y desprolijo es uno de los temas que elegí. Es tremendo, el riff es como un machaque Iron Maiden pero también con ese tono más blusero, más Black Sabbath, como una locomotora en la que el groove no para. Creo que hasta es un tema para pasar música y el que la entiende, baila. El tenía psicodelia de barrio, el tema de los sánguches es tremendo. Me acuerdo de ver en los noticieros cuando salían a patear tachos con Vitico: me daba un poco de risa y un poco de miedo, porque el Carpo era heavy en serio. Lo vi en vivo cuando tocamos en el último Cosquín Rock antes de su muerte: subí el monte y escuché esa máquina tronadora de rock and roll. No encuentro guitarristas nuevos que toquen como él, no encuentro a su sucesor. Quizá sea su hijo, pero todavía no lo veo. Además, no se comía ni media: creo que si me conocía me pegaba, y eso era parte de su folklore”.













 

 

 

 

 

Tenía esa cosa de barrio, aun con su madre

 

 Por Dread Mar-I

“No escuché a Pappo de chico, porque a mi padre nunca le gustó mucho la música nacional. Lo que sí sé es que era un guitarrista muy bueno. Lo vi en la tele y flasheé por cómo tocaba la viola. Una canción que me pareció graciosa y bien hecha para la época es la que decía ‘Nadie se atreva a tocar a mi vieja’. Me produjo alegría y esa cosa que tenemos desde siempre en el barrio con las madres, que se está perdiendo. Nunca escuché un disco entero suyo, nunca lo vi en vivo, y la verdad es que de eso me arrepiento. Creo que fue uno de los primeros en tocar música fuerte acá, así que fue por demás influyente para el rock nacional. Y además, ha demostrado que se puede vivir y disfrutar de la música más allá del negocio


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