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domingo, 4 de julio de 2010

ROCK NACIONAL DISCOS: EXISTE DEL GRUPO NARANJOS



“La Iglesia ha convertido el misterio en terror”

Lo que iba a ser una entrevista acerca del tercer disco de la pujante banda del Oeste se convirtió en un curso práctico sobre las nuevas mañas de la hegemonía económica y cultural. En plan clase de Sociología, entrevistamos al baterista Eche y el Arabe Ramil.







Una embarazada cruza la calle y es atropellada por un automovilista que se fuga. La madre y el vientre mueren. Esa es la sinopsis de la historia que el hijo mayor de Damián “Arabe” Ramil escribió en un trabajo propuesto por su maestra de segundo grado. Ramil, ése en el que se originan no sólo la voz de la banda Naranjos, también las del Machuca, el Magú y el Payaso Peroncho de Apagá la tele (el programa de FM Rock & Pop), no aguantó y pidió cita con la profesora. Así se enteró de que, en verdad, se trató de un trabajo colectivo en el que, entre todos los del grado, pibitos de siete u ocho años habían armado “la historia del día” en función de lo que vieron en el noticiero la noche anterior. Así, del Arabe se fue la sorpresa y apareció la indignación: “Esto maman los pibes, así les están cultivando el inconsciente y me asusta”, se sincera frente al NO. Y enseguida se pregunta cómo es que nadie ha cuestionado la tarea de Adrián Suar como programador de Canal 13. “Desde el multimedio no espero que le digan algo, pero en Policías en acción estuvieron en un recital de Viejas Locas y en posproducción pusieron sonido de monos durante el pogo. Sin el mínimo reparo en que unas semanas antes, en un recital de Viejas Locas en Vélez, a uno de esos monitos lo había matado la policía en acción. Entonces, ¿qué te queda? ¿Que está bien que los maten porque son todos monitos?”

Esa lectura no aparece por la ignorancia o el desinterés intrínseco de las personas, señala el Arabe, con quien el NO se había reunido con la intención de charlar sobre Existe, el superador tercer disco de Naranjos. “Lo que pasa es que dentro del paradigma que nos han impuesto no están las herramientas para decodificar el mensaje. Por eso es tan bueno que la educación sea gratuita, pero tan malo que la manejen quienes la manejan”, pone en duda, regenerando un debate que se lleva una hora, una cerveza y un cortadito, pero que por intenso permite intentar soluciones. Fernando “Eche” Echevarría, baterista del quinteto, propone “darle a la gente todas las opciones y las miradas”. “¡Claro!”, marca el Arabe. “El sistema del mensaje hegemónico no te deja esa oportunidad”, pone en claro la oposición el cantante y actor. Y vuelve Eche con un golpe fuerte y claro como las apoyaturas que mete sobre el redoblante: “Lo más peligroso para la hegemonía es que la gente genere una economía, un circuito cultural y un pensamiento propios”.

–Desde la propia resistencia a esa hegemonía que plantean, aparecen separados dos momentos. Primero, la generación de una economía social, y recién luego la revolución cultural. Ustedes las quieren juntas.

Eche: –Si no, estamos hablando de un engorde en lugar de nutrición. De pollos con comida, pero adormecidos mirando televisión todo el día.

Arabe: –Los gobernantes te pueden asegurar el libre comercio, que cambies el celular cada semestre y que puedas comprar en 50 cuotas un televisor LCD, pero no te quieren facilitar el libre pensamiento.

–Escuela y Estado, nos falta la Iglesia y Althusser estará contento.

Arabe: –La Iglesia es una máquina para oprimir y juzgar que convirtió el misterio en terror. Respeto la fe de las personas, pero una iglesia para mí es como un supermercado. Un supermercado al que no voy.

–Momento, ¿no era un lugar donde resolver las dudas existenciales?

Arabe: –Las preguntas existenciales no son tantas y fueron respuestas por el arte: Unamuno, Pizarnik, Kafka, Chejov, Lord Byron. Si vas a lo profundo de cada ser, todos nos hacemos las mismas preguntas. En un tema de Naranjos, pregunto: “¿Cuánto de canalla hay en vos?”. Que en realidad es: “¿Cuánto de canalla hay en mí, en vos y en todos?”. Pero es incómodo preguntarse a uno mismo, necesitamos apuntar contra otro. Hay una necesidad muy grande en esta sociedad de encontrar un salvador y un chivo expiatorio. Mirá el slogan de De Narváez: “Tengo un plan”. No es “Tenemos un plan, organicémonos a ver si podemos entre todos”.

La descripción de esta sociedad, nuestra sociedad, no aparece en la música de Naranjos como en la publicidad del canal deportivo del cable en el que en un bar de acá se celebra la civilización francesa y desde uno irlandés envidian nuestros bárbaros festejos pasionales. No es el lugar del separatista sentido común desde el que critica sino desde el espacio inclusivo de los valores. “El menemismo terminó de destruir a la familia y ahora la propaganda determina nuestra escala de valores”, diagnostica Ramil. Y en esa escala, ¿cuánto vale el artista, cuánto el arte? Para Eche, el músico es “un desocupado” para la sociedad y es el mismo sistema el que no habilita ser productivo haciendo lo que te gusta. No hay casos de ningún ser humano al que un Estado le haya dicho: “¿Querés ser guitarrista? Tomá esta guitarra, sé el mejor”. Y esa ausencia es la que viene a llenar, según lee el baterista, la empresa privada: “Ahí viene tal festival y te dice ‘estos artistas son míos’, o tal sello lo mismo. De cada lugar donde el Estado se retiró, la empresa encontró el modo de chuparle la sangre a la gente”, ilustra con estilo fauvista.

¿Cómo se dice monólogo en árabe? Así: “Hay gente que vive de la música y gente que vive de los músicos. Y nosotros, en Naranjos, vivimos gracias a la música, que nos mantiene vivos. No vivimos de la música, ni dejamos que vivan de nosotros. Me encantaría poder alimentar a mis hijos con mis canciones, pero no lo puedo hacer porque las cosas están mal planteadas desde arriba, no hay oxígeno, no hay espacio, te oprimen. Esta sociedad oprime con censura directa o adormecimiento masivo. Pero hay gente que se revela y somos parte de esa camada rebelde, de personas que hacen cosas y sobrepasan al opresor. Por más que digan que las revoluciones y las ideologías murieron, no es así. Las pusieron a dormir y nos han dado zanahorias”. Imposible más claras las palabras del Arabe, que como matiza su expresividad en las once canciones del introspectivo y rockero Existe, mientras habla te mete en un carrusel dialéctico y teatral y, guiándote con la musicalidad de las palabras, te lleva a la inevitable hamaca de la reflexión. Y no para de empujar: “¿Por qué no se fomenta una multimuestra mediática a las nueve de la noche en un centro cultural municipal?”.

–Sobre la interdisciplinaridad, sus recitales son plenos en drama, en un sentido teatral, y tocaron con folkloristas, jazzeros, en el IMPA, para los pacientes del Borda, en festivales y en Brasil. ¿Qué buscan?

Arabe: –Tenemos el concepto artístico de la totalidad, la idea de que entres al recital y te mantenga, con altos y bajos, en una tensión estética. En vivo tenemos una energía bestial, tomá lo de bestial con cariño. Cada vez que tocamos, bajan los duendes y llenan de magia el tablado. O es la forma que tengo de convencerme para que el segundo me dure más que un segundo, donde todo no sea ni tan efímero ni tan leve, donde podamos encontrar respuestas. Eso es lo que se ha licuado, la investigación artística está ahora en función de intereses egoístas.

Cómo se para Naranjos frente a esa situación, tampoco está librado al azar. “Sobreviviendo. Sobrevivir es quedar y seguir creciendo, yendo, haciendo y profesionalizándote, buscando plasmar mejor lo que querés proponer”, empieza a definir Eche. Y el cantante pega la vuelta porque “más allá de la mirada crítica de la banda”, más allá de la agudeza mental para analizar la programación del 13 y la emocional que desarrollaron con lecturas de Houellebecq y visiones de La Zona de Tarkovsky, tienen el mismo miedo que todos: “Tenemos dudas y nos esperanzamos, y nos rompen el culo. Y a veces metemos goles. Somos protagonistas de este momento, y a veces ganamos y otras perdemos”, anticipa sin resignación aparente.

Y concluye: “He crecido escuchando un montón de versos cantados por gente que me ha prometido miles de cosas en versos. Me pregunto dónde ha quedado todo ese mundo de promesas de amor. Y espero que al que va a ver a Naranjos no le pase lo mismo con nosotros. Pero más espero que con solidaridad, respeto y amor, recuperemos nuestra verdadera red social”.

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