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domingo, 1 de agosto de 2010

ENTREVISTA A PETER ERSKINE: EX BATERISTA DE WEATHER REPORT.






El ex baterista de Weather Report se presenta hoy con su trío. Tiene una carrera notable.











Por: Eduardo Slusarczuk


En la biografía oficial de Peter Erskine hay algo que, a primera vista, no cierra. Repasar el currículum -sin entrar en detalles- del baterista que se presenta esta noche con su New Trío, en ND Ateneo torna inverosímil la certeza documental de que el baterista recién haya superado los 55 años.

Sin embargo, no existen pruebas consistentes de que los datos que indican que ha participado en más de 500 álbumes y bandas sonoras de cine, teatro y TV -muchas de ellas, obras de su propia factoría- y tocado con una infinidad de músicos de las más variadas vertientes hayan sido falseados.

Por lo tanto, lo único que resta es rendirse ante la evidencia, y aceptar que no es un despropósito que, a su edad, Erskine cuente que entre sus planes inmediatos esté el de terminar de escribir sus memorias, que describe como “una crónica de Weather Report y el mundo musical de los ‘70, ‘80 y más allá”.

El “más allá” incluye tanto sus primeros amoríos con la batería, cuando apenas transitaba sus cuatro años, como su debut en las primeras ligas junto al consagrado Stan Kenton, con la mayoría de edad recién cumplida. Y, por supuesto, sus colaboraciones con una interminable lista de artistas que va de los Yellowjackets a Steely Dan, de Joni Mitchell a Keith Bush, y de Pat Metheny a John Abercrombie.

Pero no es casual que el músico, compositor y docente -es director del área de Estudios de Batería en la Universidad de California del Sur- tome al emblemático grupo liderado por Joe Zawinul y Wayne Shorter, al que se incorporó en 1978 e integró durante casi un lustro, como eje de su relato.

“La experiencia de Weather Report me enseñó a componer mientras toco, a ser intrépido en mi manera de tocar. Estar en la banda me enseñó la importancia, el lugar que debe ocupar la tradición, y a construir sobre el pasado sin mirar atrás demasiado. Es que, a la larga, Weather Report fue una banda rebelde de be-bop”, explica.

¿Cómo definiría el tiempo que pasó en la banda? Fue una etapa tan excitante como demandante. Liberadora, algunas veces. Y otras, my restrictiva. Fue todo lo bueno y lo malo al mismo tiempo. Y yo simplemente di lo mejor de mí, sabiendo que estaba allí por una razón. Con Jaco Pastorius hacíamos una sección de bajo y batería, que funcionaba a la perfección para Joe Zawinul y Wayne Shorter.

Durante mucho tiempo, usted ha sido parte de proyectos de otros artistas. ¿Cuándo y por qué decidió encabezar su propio emprendimiento? Esta gira es la primera vez que salgo con un grupo formado por músicos mucho menores que yo. Hasta ahora, siempre fui el más joven de la banda, o trabajaba con colegas que compartían conmigo el proceso de crecimiento. Esta nueva experiencia me genera, por un lado, la responsabilidad de transmitirles todo lo que yo sé y he aprendido a lo largo de este tiempo y, por otro, me permite proteger y proyectar mi visión musical.

A partir de esa idea, Erskine cuenta que el repertorio que el trío traerá a Buenos Aires se basa en sus propias composiciones. Aunque aclara que también hay un espacio para la música de sus nuevos socios.

¿Qué cualidades tuvo en cuenta al elegir a Vardan Ovsepian y Damian Erskine para su trío? Fundamentalmente, su habilidad como instrumentistas y su inteligencia, además de su temperamento, su personalidad musical. Vardan representa el costado clásico de mi naturaleza, mientras Damian, mi sobrino, el lado más groovero. Y yo trato de ponerle swing a esa combinación. Es el poder de tres: claridad, inspiración y groove. Mi idea es que podamos movernos entre estos tres parámetros cuando tocamos. Y ellos pueden hacerlo muy bien.

¿Cuál es el lugar que tiene la improvisación en ese contexto? Como en cada grupo que toqué, en este caso también recurro a un concepto que primaba en Weather Report: ‘Nosotros, siempre solos. Nosotros, nunca solos’. Nosotros estamos tratando de tocar música. No se trata de hacer una mera exhibición de virtuosismo. Cuando algo está bien hecho, aún cuando todo sea improvisado, suena como una composición. Es algo parecido a lo que sucede en una conversación. Nosotros invitamos a nuestra audiencia a esa charla que se establece entre los tres, y tratamos de tocar de tal modo que su imaginación pueda deambular en un espacio propicio.

Su llegada a América del Sur está enmarcada en el World Jazz Circuit. ¿Se considera a sí mismo un músico de jazz, o prefiere evitar esa rotulación? Cuando me miro en el espejo, veo a un baterista de jazz detrás de mí. Pero disfruto mucho, también, escuchando, tocando y aprendiendo acerca de diferentes tipos de música. Ese ha sido mi camino musical desde que soy pequeño. Allí fuera hay un mundo grande, tan malo como hermoso, en el que cada expresión artística nutre a la siguiente. Por lo tanto, todas mis elecciones musicales están nutridas por el jazz, lo que implica improvisar y componer sobre mi instrumento. Además, el jazz es, y siempre ha sido una world music, (desde antes de que existiera esa denominación). Pero, en todo caso, cualquiera que sea el estilo, lo que yo trato es de ponerle swing a la música.

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