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martes, 17 de febrero de 2009

BANDONEON


Doble A


La historia de los bandoneones Doble A se remonta al siglo XIX. En 1864, Ernst Louis Arnold, de Carlsfeld, adquirió la fábrica de Carl Friedrich Zimmermann y comenzó su producción de bandoneones E. L. A. (Ernst Louis Arnold). A su muerte, en 1910, sus hijos Paul y Alfred abrieron su propia fábrica en el mismo pueblo; ahí es donde se empiezan a producir los emblemáticos AA. Sus hijos Arnold (hijo de Paul) y Horst Arnold (hijo de Alfred) se ocuparon de la fábrica AA, y se considera que fue entre 1940 y 1945 cuando salió de allí la última gran tanda de piezas Alfred Arnold. Buena parte de la producción de esos años tenía como destino la Argentina. Tras la Segunda Guerra, con las matrices originales destruidas, se inició una nueva etapa que nunca alcanzó la calidad original. En 1949 la cerraron para dedicarse a la industria automotriz. En 1950 Arno Arnold abrió su propia fábrica en Alemania Occidental y produjo la línea de bandoneones Arno Arnold.

En el libro de Natalio Gorín, Astor Piazzolla, a manera de memorias (Perfil 1990/98), que recoge varios testimonios, dice Piazzolla: “Yo no nací en un frasquito ni el sonido de mi bandoneón es una rareza del cielo. Todo está ligado, lo expreso con mi música. En el primer tema de la Suite Troileana, que se llama ‘Bandoneón’, el Gordo está siempre a mi lado, por momentos toco como Piazzolla, y de a tratos como Troilo. Algo parecido ocurre en ‘Tristezas de un Doble A’; en la versión del Quinteto incluyo un solo de bandoneón que puede durar 10 o 15 minutos, según cómo me agarre. Ahí me voy de viaje y me llevo a Maffia, a Laurenz, a Di Filippo, a Federico, a Troilo, y tengo la sensación de estar tocando con ellos. Lo peor que le puede ocurrir a un bandoneonista es ser tímido. Los del gremio sabemos decir: tocan para adentro. Eso no sirve. No hay que tener miedo. Si uno se equivoca no importa”.

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