Las Pelotas y su homenaje a Sokol
Con lágrimas en los ojos, Germán Daffunchio despidió a su amigo. Los Piojos, entre rumores, la energía de los Ratones y la gran fiesta del reggae.
"Estoy harto de repartir. Estoy cansado de soportar tanto veneno. ¿Cuándo voy a aprender qué tanto anhelo me lastima?". La escena era una de las más conmovedoras de las que uno tenga memoria. Germán Daffunchio entonando "El cazador", tema de Las Pelotas que solía cantar el inolvidable Alejandro Sokol, y las lágrimas que caían desde sus ojos, en un acto de homenaje similar a cuando Germán, también en su querida Córdoba, despidió a Luca Prodan con Sumo en el estadio Chateau Carreras. A partir de ahí, acostumbrarse a que los shows de Las Pelotas no volverán a tener jamás esa demente energía que le daba el Bocha a la banda, y sí pensar al grupo desde su costado más down y post punk melódico. Los tributos siguieron con la nueva "Bien", "Si supieras" y la versión de "Sin hilo" junto con Fer Ruiz Díaz. El set se cerró con la climática "Hawai", sin declaraciones hacia al amigo fallecido y sin el potpurrí de Sumo, gestos todos exentos de demagogia que no hacen más que enaltecer la figura del guitarrista y sus compañeros. Impresionante por donde se lo mire.
Luego de esto, Los Piojos brindaron un show con muchos puntos en común al del año pasado, cuando en este mismo lugar presentaron Civilización. Más allá de los rumores que dicen que el guitarrista Tavo Kupinski se alejaría de la banda tras el Quilmes Rock, lo cierto es que el grupo en escena se veía sin interacción entre sus integrantes, por más que haya tenido la respuesta habitual de la gente en cuanto al fervor. El recital arrancó con "Manjar" enganchado con "Debedé" de Sumo, y "Sudestada" fue dedicada a Sokol. No faltó el cover de "El viejo" de Pappo y el acostumbrado (y, a veces, cansador), ritual de Andrés Ciro nombrando a todas y a cada una de las banderas de sus fans. En cuanto al futuro del grupo, sólo nos queda esperar algún comunicado oficial tras el Quilmes.
Pero más allá de la correcta actuación de los Ratones Paranoicos (con un Juanse contenido) y de los Gardelitos (banda que evolucionó para dejar atrás la etiqueta de rock barrial), la tercera noche fue la noche del reggae en el segundo escenario. Primero, con Dancing Mood compitiendo palmo a palmo con los Paranoicos en cuanto número de gente (y a sonido, hecho que provocó un comentario despectivo por parte de Juanse). Luego, con una actuación consagratoria por parte de Fidel Nadal, premio al esfuerzo del ex TTM para asentarse en el género, y respaldado por ese hitazo llamado "Internacional Love". Y, por último, con Resistencia Suburbana y su rastone que es local desde hace años en las sierras mediterráneas. Para el año que viene, sin dudas que hay que mejorar el tema del sonido, para que no se mezcle entre escenarios. Pero, también, sea momento para ir pensando en una jornada en la que los ritmos jamaiquinos aparezcan en el escenario principal.
Por Pablo Strozza
0 comentarios:
Publicar un comentario