Gene Simmnos: "El dinero y las chicas son lo más importante en la vida"
Antes de que Kiss cierre el Quilmes Rock en abril, su bajista cuenta, con la arrogancia que lo caracteriza, por qué formó y reformó la banda más famosa del "rock teatral". Sus ambiciones, sus deslímites y su postura antidrogas en una charla donde también habla de su lado actoral.
Por: Pablo Raimondi
"Gene Simmons: Family Jewels", es el reality show donde el bajista de Kiss abría las puertas de su casa y presentaba a su familia.
Capaz de pintar a una orquesta sinfónica completa a la usanza kissera (veáse el DVD del disco Alive IV), tener fama nefasta de pisa-pollitos, diabólico y hasta nazi, Gene Simmons logró, junto a su eterno socio Paul Stanley, superar todas las acusaciones y acrecentar día a día la fama del grupo y engordar su abultada billetera. "Hago lo que quiero hacer. Si creo que es una buena idea, lo hago y siempre me divierto. ¡Ah! Y tiene que haber chicas, es muy importante", explica sobre el video Firestarter donde, entre bellas curvas y automóviles, Gene rapea (sí, rapea).
La vida de Chaim Witz (su nombre de nacimiento en Haifa, Israel) que luego cambió por el de Eugene Klein, tuvo en los Estados Unidos la concreción del sueño americano. "En los comienzos hice un curso de electricidad y me recibí de maestro de escuela primaria. Ejercí en el Harlem latino, un área muy pobre de Nueva York, y aprendí muy rápido palabras como...". Y enumera insultos en perfecto español.
Las chicas que vio gritar por The Beatles en el show de Ed Sullivan allá por 1964 hizo que Gene se decida por ser rockero. "Un buen trabajo", diría tiempo después. Este músico de 59 años, que reconoce ser su propio fan y más grande coleccionista cuida su imagen y también su leyenda. Niega que Alice Cooper haya sido una influencia para usar maquillaje en vivo, como así también afirma que su lengua haya tenido alguna intervención quirúrgica: "cuando nací me sacaron por la lengua", dice.
Cuando Gene vio en vivo cómo se movía y cantaba Paul Stanley, con su vieja banda Uncle Joe, pensó: "quiero a ese muchacho para el grupo". Así juntos formaron la génesis kissera: Wicked Lester, al que luego se sumaron Peter Criss y Ace Frehley. Luego decidieron cambiar el nombre por algo simple y pegadizo: Kiss.Para Gene es tan importante lo visual como la música ("tenés ojos y oídos, debe ser pareja la entrega", dice), por eso no dudaron en maquillar sus rostros y mostrarle al mundo cómo sonar aplanador y dar shows hasta con efectos de fuegos artificiales. Y para retar al mercado, luego de diez años de make up, Simmons & Stanley decidieron afrontar una jugada arriesgada en 1983: desenmascarse. "Ambos métodos funcionaron, con y sin máscara. Pero nos divertimos más tocando con el maquillaje puesto. Cualquier chica puede decírtelo: ellas se sienten mejor cuando lo usan que cuando no", agrega Simmons, quien también tiene su veta actoral (ver recuadro). Desenfreno, sexo y rock and roll estuvieron siempre presente en la vida de Gene. Eso sí, nada de drogas: "yo nunca me drogué ni me emborraché. Es más, nunca fumé", comenta.
Kiss iba a conquistar el corazón argentino en 1983. Pero amenazas de bomba por parte de grupos de ultraderecha suspendió la visita en la cancha de Boca Juniors y, once años después, desembarcaron en el estadio de su eterno rival. Debutaron sin pinturas en el marco del Monsters of Rock en la cancha de River Plate ante 50.000 kisseros. Y como el fervor no se aplacaba, la banda programó cuatro conciertos más en el viejo estadio de Obras Sanitarias. Luego de la comentada y publicitada reunión del grupo con sus miembros originales en 1996, Kiss volvió por estas tierras -si, con el maquillaje puesto- en marzo de 1997 y dijo presente por última vez en abril de 1999. En ese último show, vinieron a presentar el disco tridimensional Psycho Circus, su última placa en estudio. "No hubo una razón por la cual demoramos tanto en editar un nuevo álbum, estuvimos muy ocupados con las giras y además, todos tienen sus vidas. Para grabar se necesita tiempo. Además a la gente le gusta revivir un poco de historia. Ya tocamos en muchos lugares en vivo todos los temas que a la gente le gusta", explica Gene al teléfono.
¿Pero habrá un nuevo disco de Kiss? "Sí. Será algo clásico, canciones bien rockeras casi como el álbum perdido que nunca sacamos. El sentimiento de grabar un nuevo disco entre 1976 y 1978. Y Paul va a producirlo", confiesa este músico que habla cinco idiomas y que votó a Barack Obama en las últimas elecciones. Kiss es una de esas bandas que tiene tantas bandas imitadoras y fanáticos devotos como Elvis Presley o The Beatles. Y sigue girando por el mundo, siempre con nuevos shows, productos y son fieles al rock business. El grupo tiene más de 2.500 productos licenciados y parece aún no satisfacer su necesidad de hacer dinero. Según Simmons, le queda pendiente el auto Kiss. "Nunca nos detenemos y a veces la gente no entiende porque hacemos eso. Si querés hacer algo tenés que intentarlo todo", agrega este demonio sexual que se acostó con 4.800 mujeres y aún conserva fotos de cada una.
Siempre fuiste crítico con el tema religioso. ¿No creés en Dios?
En lo único que creo es en mí. No me gusta el Dios que crea enfermedades y mata niños o el que da vida y luego inventa algo para matar, o darte un resfriado, cáncer o HIV. ¡Mientras estemos vivos me gustaría que el cáncer nos deje en paz! Solo vivimos unos años. ¿Por qué no nos deja divertir? ¿Por qué nos mata?
En el libro Kiss and Make Up, escrito por Simmons, confiesa que creció convenciéndose que jamás tendría hijos, en parte porque vivía con miedo a repetir los errores de su padre, que lo abandonó siendo un niño.
Si vieras a tu padre, ¿qué le dirías?
No tendría nada que decirle. Logré todo lo que quise y trabaje para eso. Creo que él diría que está orgulloso de mi.
¿Qué es lo más importante en la vida?
El dinero y las chicas.
¿Y la salud?
Bueno: "Salud, dinero y chicas".
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