Peter Gabriel: romance de la ciencia y el arte
El músico inglés habla de sus múltiples y variados proyectos, y anticipa el show que dará en Vélez el domingo 22
Por Sebastián Ramos
"Hola lunáticos, bienvenidos al Club de la Luna llena." Desde hace seis años, una vez por mes -truene, llueva o nieve- Peter Gabriel se sienta en el sillón favorito de su casa/estudio/búnker Real World, saluda a la cámara y durante aproximadamente diez minutos habla de sus proyectos musicales, de sus reuniones en diversos foros económicos alrededor del Globo, de sus intrigantes encuentros anuales con científicos que fusionan la tecnología con el entretenimiento y el diseño y lo cuelga en su Web para que sus seguidores se mantengan al tanto de sus actividades. Desde el Full Moon Club, la imagen virtual de Gabriel se multiplica en Internet como una ajustada versión del Hari Seldon, de Isaac Asimov, aquel matemático que predecía el futuro a través de la psicohistoria en la trilogía La Fundación. "Adiós, lunáticos, hasta el mes que viene." Guiño de ojo, venia y funde a negro.
Hace tiempo que Peter Gabriel ha dejado de ser una estrella de rock. La percepción popular de su figura es más la de un científico loco, lord inglés él, que vive en su hipertecnológico búnker ecológico (algo así como la casa del Mickey Mouse de Disney Planet, pero de verdad) perdido al Sur de la campiña inglesa, muy cerca de un pueblito llamado Bath. Allí, a los 58 años, con su calva brillante, su barba y bigote blanco, y sus trajes impecables, el profesor Gabriel toca, graba, improvisa, invita a las leyendas de la música africana y a jóvenes instrumentistas británicos a delirantes jams conjuntas, remezcla viejas cintas y, cada tanto, arma las valijas y saca a pasear por el mundo su espectáculo de imagen y sonido futurista, con estética y música pop.
Esta vez le ha vuelto a tocar el turno a América del Sur y por ello aterrizará por tercera vez en Buenos Aires, el próximo 22 de marzo, sumándose a la extensa lista de artistas internacionales que se presentarán este año en el continente, en búsqueda de nuevos horizontes tras la crisis financiera que golpea al Primer Mundo desde fines del año pasado.
Gabriel no edita un disco pop con su firma desde Up , en 2002, y su predecesor, Us , se remonta a 1992. Sin embargo, el domingo pasado participó en la competencia por un Oscar con una de sus canciones, "Down to Earth", compuesta en colaboración con Thomas Newman, e incluida en los títulos de Wall-E , la última sensación animada de Pixar. "Fue una experiencia interesante", dice Gabriel en diálogo telefónico con LA NACION, a horas de haber perdido el glamoroso galardón en manos del tema "Jai Ho", del indio A. R. Rahman, perteneciente a la banda sonora de Slumdog Millionaire . "Quiero decir... es un evento mundano y lleno de fantasía. Ha sido mucho más interesante asistir que verlo por televisión, que es lo que normalmente hacemos. Perdimos, pero disfrutamos haber estado allí. Thomas, que ya ha perdido diez nominaciones a los Oscar, me dijo: «El dolor del aguijonazo por haber perdido dura apenas diez minutos; luego ese dolor es tapado por el alcohol». Y así fue."
Video: los sorprendentes shows de Peter Gabriel
-Este tour sudamericano lo encuentra sin un álbum nuevo para presentar. ¿Cómo será el show que traerá al estadio de Vélez Sarsfield?
-Aún estamos armando la lista de temas, pero como no hay un nuevo álbum, haremos una mezcla de material nuevo y viejo. Cuando giramos por Europa, el año pasado, incluimos algunas canciones que hacía mucho no tocábamos y nos divertimos mucho. Hicimos nuevos arreglos para todos los números del concierto y por eso creo que, desde nuestro punto de vista, será una experiencia divertida.
-Después de cuarenta años en la industria y con intereses personales que van desde la economía hasta la ciencia y la tecnología, ¿qué es lo que lo sigue seduciendo de la música pop?
-Creo que la música aún es una gran manera de expresar emociones, de desarrollar ideas. Amo el ritmo, amo el sonido y algunas de mis canciones favoritas de otros artistas me llevan a lugares en donde puedo volar e imaginar situaciones que sin ellas sería imposible. Si uno lee cualquiera de los libros de ciencia que tratan la relación entre el cerebro y la música, se dará cuenta de que cada vez son más los que aseguran que la música juega un rol importantísimo en nuestra cabeza, conectando las distintas zonas de nuestro cerebro.
-¿Aún lee ciencia ficción o con toda la tecnología que tiene a su alrededor y las conferencias anuales del TED ya tiene suficiente?
-La verdad es que ahora no leo mucha ciencia ficción, pero amo la tecnología y desde hace un par de años concurro a las conferencias del TED [Technology, Entertainment, Design, por sus siglas en inglés], en la que me encuentro con personas increíbles y aprendo mucho sobre diversos temas. Para darte un ejemplo, en la última reunión, en California, estuve con un hombre que investiga planetas, cuerpos y busca cualquier situación extrema en la que pueda hallar vida más allá de la Tierra. Es gente con la que uno puede hablar 17 minutos y encontrarlas realmente fascinantes, que poseen nuevas y asombrosas ideas.
-Cuando decidió ser un artista, un músico de rock allá por los años 60, ¿imaginó que tendría este contacto tan estrecho con la ciencia?
-Mi padre era ingeniero electrónico y, si bien yo no tuve su talento, siempre tuve sus intereses en cuanto a las tecnologías potencialmente nuevas. El fue un inventor y por eso creo que me excita tanto trabajar con gente que está en la frontera tecnológica, explorando nuevos territorios e involucrada con nuevas formas de pensar. Los proyectos que unen ciencia y arte me fascinan.
-¿Y la música? ¿Qué expectativas tiene cuando enfrenta el proceso de grabación de un nuevo álbum?
-Trato que cada disco tenga su personalidad sonora, me gusta, a veces, establecer ciertas reglas en la grabación de un álbum. De hecho, esta mañana estaba discutiendo con uno de los músicos que me acompañan para no incluir guitarras en mi próximo proyecto, o utilizar una sola voz, en vez de superponer dos o tres voces. Es como un juego y, al mismo tiempo, un desafío.
-Algo de eso parece haber en su proyecto Scratch My Back...
-Sí, estoy grabando con buena parte de mis artistas favoritos. Yo hago sus canciones, y ellos hacen las mías. Es un intercambio muy interesante, en el que tratamos de fusionar artistas viejos con músicos jóvenes. Ya tenemos diez canciones y el plan es registrar seis más. Esperamos poder editarlo este año.
-Hablando de proyectos para este año... ¿dijo recientemente que no tendría problemas en volver a ser parte de Genesis?
-Bueno, fue una frase que no tendría que haber dicho. Discutimos ese asunto antes de que Genesis realizara este último tour, pero para ser honesto, es un proyecto mucho más grande de lo que quisiera y pudiera emprender en este momento.
-¿Vio la última gira de la banda?
-No, a decir verdad, no me sentí curioso al respecto.
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