A 40 años del principio del fin, la boda entre Lennon y Yoko Ono
Hoy viernes se cumplen cuatro décadas de la boda entre el músico más influyente de los Beatles y la artista conceptual japonesa. Todavía hoy muchos fans siguen sin perdonarle el cisma que su irrupción provocó en el cuarteto de Liverpool.
Fue la segunda boda para el inglés y la tercera para la japonesa, que duró, como entonces prometieron y pese a una separación temporal de un año a mediados de los 70, hasta que "la muerte los separó" el 8 de diciembre de 1980.
Su más de una década de vida en común -su relación había empezado años antes, cuando ambos estaban casados- acabó con el asesinato del músico frente a la casa que compartían en el edificio Dakota de Nueva York, horas después de que Annie Leibowitz tomara una foto suya acurrucado y abrazado a su mujer, desnudo.
La historia de Ono y Lennon, convertido hoy en un icono del siglo XX, se resume en numerosas apariciones públicas, frases célebres y fotografías de desnudos y portadas de discos, reflejo de mucha música, mucho activismo antibelicista y mucha polémica.
En una de esas fotos aparece la pareja vestida de blanco hace cuatro décadas delante del Peñón de Gibraltar -ella de minifalda y sombrero de ala ancha, él con el pelo largo, sus características gafas y chaqueta-, sosteniendo el certificado de matrimonio.
Días después posan en Ámsterdam en su archimediática luna de miel de activismo político, el "bed-in for peace" (en la cama por la paz), con cara beatífica, rodeados de flores, con guitarra de por medio y entre letreros de "Hair Peace" y "Bed Peace".
Otra foto, la de la un idílico cielo azul con una nube blanca que eligieron para la portada del primer disco de la Plastic Ono Band, grabado en directo en el festival de Toronto (Canadá) en septiembre de 1969, simboliza para muchos el fin de los Beatles.
Según los biógrafos, Lennon, que llevaba tiempo experimentando al margen del grupo, sobre todo con Yoko Ono, anunció al término de esa gira que dejaba el cuarteto, tras emponzoñarse aún más su relación con Paul McCartney, el otro autor de la mayoría de las canciones.
La fecha oficial del fin de la "Beatlemania", no obstante, ha quedado para el recuerdo en el 10 de abril de 1970, cuando McCartney publicó un disco solista
Yo, la peor de todas
Las críticas de muchos fans se ceban aún ahora en la culpabilidad de Yoko Ono, mujer, asiática, de alta cuna, "outsider", cantante y artista incomprendida, quien lo resumió en 1996 de esta manera:
"Fui un blanco fácil y una cabeza de turco, escribieron sobre mí de forma poco halagadora, también de John y de mucha gente, pero fue la prensa la que creó la imagen. Era lo fácil, convertir a una mujer en una especie de ser malvado con poderes malignos", explica Ono.
A sus 76 años, Yoko Ono es hoy la viuda más famosa del mundo, además de una artista que sigue experimentando, publica interesantes aportaciones musicales como el disco "I Am a Witch" (Soy una bruja) y auspicia exposiciones y "performances" varias.
Por Tokio, donde nació en 1933 en el seno de una familia de banqueros relacionada con la familia imperial y una estirpe de samurais, regresa al menos una vez al año.
Yoko Ono ha apoyado el Museo John Lennon de Saitama, a las afueras de la capital japonesa, el único centro de esas características que tiene su bendición en el mundo.
"En Japón se sentían felices y andaban tranquilos por las calles como una familia normal", aseguró a Efe el presidente del museo, Junichi Muzusawa.
El centro contiene imágenes de la pareja en sus visitas a Japón, como a Karuizawa, un hermoso enclave de montaña con tradición en los veraneos de la elite burguesa y miembros de la familia imperial.
La suite 128 del exclusivo Hotel Mampei, donde se alojaron entre 1976 y 1979 con su hijo Sean, se mantiene como entonces: una villa de madera con fotos del músico de Liverpool y "la artista famosa más desconocida del mundo", como definió a Yoko Ono a poco de conocerla.
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