Esta cantante profesional que recorrió el mundo también se luce como actriz con su trabajo en Hairspray
La realidad, a veces, imita a la ficción. En Hairspray abundan los jóvenes talentosos que buscan expresarse a través de la música, entre audiciones y concursos, ídolos y fanatismos. En esta obra, Solange Prat brilla como Penny Pingleton, la mejor amiga de la protagonista, que encarna Vanesa Butera.
Cuesta creer que Solange, una bonita pelirroja, sea la misma que le presta el cuerpo y la voz a la aniñada e ingenua Penny. "Mi personaje no es nada tonto. Es puro, no tiene prejuicios y es súper optimista. Todo la sorprende y le da vergüenza. Y bastante bien lidia y lucha para autoafirmarse con esa madre que la aplasta [interpretada por Laura Oliva]. Y además, quiere tanto a su amiga, que todo lo que venga de ella le causa fascinación", dice la artista, que comenzó a estudiar canto desde muy pequeña.
Luego de terminar el colegio, Prat inició una carrera universitaria, hasta que se presentó en una audición para participar del elenco de un crucero que recorre el Caribe. Y ganó. Fueron seis meses lejos de tierra firme, mientras ella, en cambio, daba sus primeros y certeros pasos sobre los escenarios. Gracias a esta experiencia pudo además cruzar el Atlántico y conocer el Viejo Continente, donde regresaría varias veces, también gracias a la música, pero en avión. De vuelta en Buenos Aires, dejó la facultad e ingresó en la Escuela de Música Contemporánea. "Ese fue mi clic. Ya no tenía dudas de que había encontrado mi camino" y entre congas, clases de piano, y cuerdas, Prat asistió a otras audiciones.
Una de las más arduas fue aquella de 2001, para un programa que prometía ser una sensación y cuyo trofeo sería integrar un quinteto pop femenino. Prat fue una de las 20 finalistas de Pop Stars , donde surgieron las Bandana. "Dance, dance, dance" inundaba las radios y se convertía en un éxito de masas.
La cantante admite que fue duro no aprobar aquella prueba, pero al poco tiempo se embarcó en otro éxito, no pasajero: Natalia Oreiro. Como corista de la uruguaya, conoció Rusia y la devoción que los ídolos despiertan en la multitud. "Cuando salía a escena, sabía que esa gente no había ido por mí, pero de todos modos no podía evitar emocionarme". Lo mismo le ocurrió cuando viajó a Israel de la mano de Erreway, la banda de la tira adolescente de Cris Morena que protagonizaban Luisana Lopilato, Benjamín Rojas, Camila Bordonaba y Felipe Colombo. "Pensaba: «ojalá algún día me pase a mí; sentirme tan querida por el público»", recuerda.
Y luego vino el segundo clic. Esa cantante a secas empezó a desafiar a la actriz y a la bailarina. Otra vez, audicionó y obtuvo un lugar en Rent , el musical bohemio que arrastró al Abasto a tantos espectadores. Sin embargo, Prat fue por más, más alto que el agudo por el cual la aplaudían en las funciones. Se presentó en las pruebas para integrar el elenco de Hairspray y logró un papel, el de la mejor amiga de la heroína, el mismo papel que la ídola adolescente Amanda Bynes interpretó en la versión cinematográfica. En esta oportunidad tendría que sostenerse en escena, primero como actriz, antes que como cantante. Y hoy es una de las intérpretes jóvenes más destacadas de ese musical de la avenida Corrientes.
Sin el imán de la televisión ni el poder del márketing, Prat empezó a advertir que la platea gritaba su nombre y que algunos espectadores la esperaban a la salida de la función. Hoy, Prat tiene su banda, con la que grabó Voy , un EP con temas propios, y un club de fans. Responde los mails de sus admiradores personalmente y acepta en el Facebook a aquellos que quieran compartir sus fotos y algunos rincones de su vida. Es que graduada en la escuela de los dioses e ídolos internacionales, aprendió mucho de esas lecciones, pero sobre todo que no existe el Olimpo.
Laura Ventura
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