Por
Gonzalo Tiniva
Respecto
a Marcelo Torres solo puedo referirme con grandes palabras, ya que no solo es un
músico brillante sino que todo parece indicar que se trata de un gran espíritu,
digno de admiración y respeto. Esta entrevista, la que gentilmente nos concedió
en una nostálgica mañana porteña, señala permanentes indicios de su
profundidad artística, intelectual y humana.
Rayuela:
¿Cómo va “Contructor de Almas”? (el nuevo disco solista de Marcelo Torres)
Marcelo
Torres: ... te decía, empecé
a grabar en Panda y después con el tema de la devaluación y todo eso tuve que
parar pero ahora estoy en otro estudio, que por suerte, me da otro espacio, el
dueño se llama Álvaro Villagra que es el dueño del Abasto y es un estudio
importante, así que empecé a grabar otras cosas. En el verano grabé algunas
cosas ahí que me faltaban y ahora empecé a mezclarlo, aunque va todo
despacio...
Rayuela:
Trabajar con música instrumental y más con temas propios,
es algo que en Argentina se hace muy difícil...
M.
Torres: Claro, porque viste
que en el rubro más de tango y eso hay mucha movida pero generalmente a los
compositores de tango como que se les pone más difícil que si hacen tangos
conocidos y demás, porque siempre es una referencia para la gente escuchar
temas conocidos, pero bueno, cada uno va eligiendo.
Rayuela:
Y es un poco parecido a lo que pasa con los standards de jazz ¿no? Además de
que se trata de una vieja discusión... que elegir a la hora de tocar
M.
Torres: Sí, es cierto, aunque diferente también, porque los standards
fijate que con el tiempo los norteamericanos que son los que más manejan el
lenguaje de jazz, principalmente digamos, van incorporando temas de compositores
por llamarlos de alguna manera más contemporáneos; los van como insertando en
el repertorio clásico, entonces hay una renovación aunque siempre haya
standards standards y como temas originales que se van haciendo de a poquito
standards también, que en el tango no pasa tanto, es más difícil, si bien
cada tanto aparecen, como pasa por ejemplo con los temas de Eladia Blázquez que
ya se incorporaron temas de ella como dentro del repertorio popular, o de Cacho
Castaña con el Café la humedad y demás, pero tampoco llegan a tener esa cosa
que la gente los agarra al toque, como con los más conocidos.
Rayuela:
Lo que me decís me hace pensar un poco en el disco de Herbie Hancok “New
Standards” (donde interpreta tema de artistas como Nirvana o The Beatles), lo
que por cierto es muy interesante.
M.
Torres: Sí y ahí se
produce la situación inversa, un músico que viene del jazz y que conformó el
repertorio de standards con su música, se atrevió a tomar repertorios nuevos
con música no solo del jazz, como la de Nirvana o Peter Gabriel, y la incorpora
a su repertorio y manera de tocar; y eso está buenísimo, por eso tenemos que
en el mundo del jazz hay mucho movimiento, quiero decir, hacia delante, hacia
atrás... para todos lados...
Rayuela:
Una especie de metamorfosis
M.
Torres: Exacto, una
metamorfosis que ocurre con músicos nuevos y también con los sobrevivientes de
la era del be bop, como hablábamos de Herbie Hancock, que se mantiene vigente y
ni se sabe la edad que tiene, pero siempre está, es una cosa increíble...
Rayuela:
O como pasó con Miles Davis mismo...
M.
Torres: Bueno,
ahí está, como con Miles, que para mí son ejemplos. Esa calidad de músicos o
de artistas me influyen y marcan de una manera impresionante porque digamos que
son los sonidos que más me gustan, Miles es un tipo que podría haber terminado
su vida con una sola forma y mirá, fijate que incluso por ahí Dizzie Gillespie
no hizo lo mismo...
Rayuela:
Es cierto.
M.
Torres: Aunque son contemporáneos
ellos, pensá que generaron un poco lo que fue la música de jazz que sigue
hasta este tiempo, influenciando a todo el resto y sin embargo Miles es un tipo
que aparte hizo otra revolución, allá por el ’85 ’86 el tipo empezó
devuelta, se olvidó del jazz como se lo conocía hasta entonces y todos esos músicos
que volvieron a tocar con él, tipo Mike Stern, Scotfield, etc. ahora son... me
lleva a pensar en que si empezás un poco a ver los músicos, artistas, de este
momento, todos conservan como una especie de conexión, uno tocó con uno, ese
con el otro, y con el otro, vienen todos de alguna manera o con Miles o Bill
Evans, Coltrane...
Rayuela:
Claro, digamos que Kind of Blue es el ejemplo de lo que estás diciendo
M.
Torres: Sí, claro, y esta
bueno eso... y acá en cierta manera pasa también, no con unos monstruos como
esos pero...
Rayuela:
Digamos que vos sos un ejemplo de eso también, porque has tocado con tipos de
todos los géneros...
M.
Torres: Ehhhh, bueno, o sea,
sí, estamos hablando de una persona que... yo hago lo que puedo...
Rayuela:
Bueno, pero sos muy versátil Marcelo, estuviste con gente del rock como
Spinetta, con gente como Vitale o del tango como Adriana Varela...
M.
Torres: Sí, son géneros
totalmente opuestos, diferentes...
Rayuela:
Y con RM SUR (prestigiosa banda de jazz)
M.
Torres: Bueno, también toqué,
no se si sabés, en el Teatro Colón presentando la obra Metrópolis, obra
contemporánea, que fue la música de dicha película...
Rayuela:
Sí, me contaste una vuelta que hablamos y mencionaste que se llegó a hacer en
Japón incluso...
M.
Torres: Claro, bueno, se
hizo en varios lados, pero se hizo una presentación muy importante en Barcelona
con un seleccionado de músicos de todo los lugares donde se había tocado la
obra y ahí fui seleccionado como el bajista... se ve que fui el mejor
bajista... que tocó esa obra... jajaja, pero para mi fue una gran experiencia,
primero tocar en el Colón, donde nunca imaginé que iba a tocar y menos con
bajo eléctrico, fue raro; pero es como que las cosas se van dando y bueno, además
era una obra difícil, pero por suerte lo pude hacer, además lo hice bien y me
llamaron de vuelta, así que fue muy bueno.
Rayuela:
Ya que nos contás sobre como se han ido dando las cosas, podrías hablarnos un
poco de tus orígenes, de cómo te acercaste al bajo, de Tantor....
M.
Torres: Mirá, empecé
tocando guitarra española a los nueve años y a los doce en la secundaria de
otra forma, porque aunque en la primaria ya venía tocando, en realidad desde
los cinco, ya en primer grado
participaba en todas las movidas culturales del colegio, pero no tocaba nada,
cantaba y eso, pero cuando empecé a estudiar guitarra a los nueve, tuvimos un
grupo de música folclórica, obviamente, lo que pienso que es interesante
porque soy un músico que cuando hablo con gente se imaginan que estudié no se
en donde, afuera, etc. pero tengo una raíz folclórica muy fuerte, entendés,
yo no tuve ni en la adolescencia ni tengo en estos tiempos, tanta necesidad de
ir a estudiar el repertorio folclórico o ir a ninguna parte de Argentina a
estudiar nada de eso porque al folclore lo viví como parte de mi cultura si
bien es un folclore distinto porque no vivía en el campo pero mis viejos sí,
ellos son del campo, mis abuelos también, entonces lo tengo incorporado y ojo
que no eran dueños, eran gente que laburaba y yo iba a veces pero la verdad que
no me gustaba, o sea me parece que es una cosa que viví de una manera muy real,
nada más que no me fui a la puna a ver que sonidos hay, el cancionero argentino
me lo sabía, más en esa época que era la única relación que tenía con la música,
no conocía otras cosas y era a lo que podía acceder además que podía
tocarlo, porque agarraba una guitarra y me acompañaba o lo hacía un amigo, tomábamos
cualquier cancionero de folclore, todo el tiempo, entonces con los años capaz
que uno se pone a tocar rock o jazz y de golpe aparece algo y decís, ¿esto de
donde lo saqué? ¿Me entendés?
Rayuela:
Sí, es increíble, más cuando se trata de cosas que uno va incorporando de
chiquito.
M.
Torres: Claro, es como una
impronta... así que eso fue a los nueve años, pero cuando empecé la
secundaria me encontré con uno de los músicos que tocaba conmigo en la
primaria, así que ahí armamos un grupo y empezamos a tocar rock y esa es otra
de las cosas, eso era por el ’72 y hacíamos temas de Led Zeppellin, Deep
Purple, música que en ese momento estaba en ebullción, como todo el rock británico,
que era muy fuerte, aunque para mí en ese tiempo y me río de las cosas que
pensaba porque fui cambiando de ideas, pero pensaba que Yes era como música
sinfónica, aunque no estaba tan errado, pero no me gustaba, yo decía, esto es
música clásica, no sé, a mi me gustaba el rock pero más duro, y también de
acá, aunque después te vas enterando lo que es la coyuntura política y como
hay momentos en lo que por una cuestión económica el país está más
internacionalizado, porque en ese momento no existía la globalización, o quizás
sí, pero uno no se daba cuenta; había mucha producción nacional y mucho
consumo de nuestra música, de hecho había fábricas de instrumentos nacionales
como va a ocurrir ahora, no se hasta cuando o hasta que vuelva a cambiar la
movida económica, etc. así que en ese momento la situación era esa, que por
mi parte yo no encontraba la diferencia entre Zeppellin y Vox Dei, por más que
existiera, en el sentido de que para mí eran igual de importantes, iba a los
conciertos, que había que esforzarse más para ir, porque no era una cosa tan
masiva, si bien eran relativamente conocidos los grupos, no era tan fácil
acceder, horarios raros, trasnoches y había que movilizarse con cuidado, no era
una época tampoco muy fácil para andar por la calle, si bien no era el tema
tanto de la inseguridad como se ve ahora, pero había viste esas sanatas... yo
vivía en Caseros y tenía que llegar a las dos o tres de la mañana,
lo que no era fácil...
Rayuela:
¿Y en esas bandas tocabas guitarra o bajo?
M.
Torres: No, ya tocaba el
bajo, empecé... era muy raro, porque obviamente como venía de la guitarra y
este pibe tocaba mejor que yo porque el venía estudiando de hacía mucho más,
entonces yo tenía una guitarra vieja con un encordado muy grueso, 011 era, así
que empecé a tocar con las cuatro cuerdas de arriba como si fuera un bajo,
medio como la guitarra, entonces hacía un cejilla y era medio blang blang
blang, jaja, tipo Nirvana, era como un bajo medio así raro, tónica y quinta
pero no tocado con un concepto de bajo, sino medio como guitarra pero ecualizado
más grave, aparte obviamente los dos en el mismo equipo, bien así, crudo.
Y
lo que paso es una cosa interesante que ahora también ocurre, lo que pasa que
uno se aleja un poco de toda esa cosa tribal de los grupos por lógica del
crecimiento y el trabajo, pero imaginate, éramos tres pero éramos once, como
una banda de montón de gente en la que todos asumen una responsabilidad para
con el grupo y van siempre a todos lados, hasta que bueno entre esa gente
apareció uno que consiguió un bajo no se en donde y me lo trajo para que yo
tocara, me lo prestó y empecé a tocar en un bajo, y de ahí hasta ahora, pero
ese fue el comienzo.
Rayuela:
¿Y cuando aparece el jazz?
M.
Torres: Y... dejame
acordar...es un proceso bastante lógico, creo que por el ’74, casi te diría,
como a un nivel mundial, en cierta manera con otros músicos y géneros, si ves
las carreras, se fue dando ese cambio... en el ’76, empecé a tocar en una
banda que se llamaba Paulatino, en Villa Luro, y ahí, con esos chicos empezamos
un poco con otras coas, porque por mi parte venía escuchando desde el ’73,
ese rock medio cuadrado y yo era un cuadrado, me gustaba una banda que se
llamaba Avalancha, también Polifemo y de ese rock furioso me fui introduciendo
al rock sinfónico, empecé a escuchar a Génesis, Yes, principalmente el británico,
King Crimson y después esa música tuvo como una expansión mundial con grupos
de Italia como Premiata For Enia Marconi o Gentle Giant que era norteamericana,
pero todo relacionado y en esa función ya empiezan a aparecer otros elementos,
Frank Zappa, etc. así en el ’76 cuando empecé con esta banda de Villa Luro,
ahí empezamos a tocar ya una música más rara, viste, como que ya empezaba a
sonar Mahavishnu Orchestra, una banda de Larry Corriel, Eleven House, escuchábamos
algunas cosas de los Braker Brothers... estaban todos en una transición, fijate
por ejemplo Zappa que es un tipo que toca rock, pero estaba incorporando
elementos modernos, de hecho es un gran creador en la música contemporánea...
Rayuela:
Es ir de Freak Out a London Simphony Orchestra
M.
Torres: Claro, tiene esa
cosa, que yo no lo sabía pero como seguidor de su música me empezaba a
interesar cada vez más en esos elementos que todos ellos estaban introduciendo
y sin querer te vas adentrando en una cosa nueva que posteriormente, sin darme
cuenta, fui desarrollando, o bueno, descubriendo por mis medios... y así de a
poquito empezó eso, me acuerdo que conseguí un disco de Chick Corea, Friends,
Rayuela:
El que tiene a los pitufos en la tapa...
M.
Torres: ...Ja, sí, ese, y
bueno ya de ahí ¿viste? es como que hay como un momento, justamente ese
momento que se llamó el jazz rock, allá por el ’76 o 77 cuando aparece el
disco de Jeff Beck, ese Bow to Blow, un hito en esa fusión, y aparecen los
primeros discos de Billy Cobham solista, Spectrus, ¿viste lo que son esos
discos?
Rayuela:
Y ya que nombras a Corea, en esa época se viene Return to Forever.
M.
Torres: Claro... y Weather
Report, esos discos son de por ahí por el ’76, o sea que nosotros,
obviamente, como siempre recibíamos un poco tarde, aunque supongo que habría
gente en la Argentina que recibía la información al día, pero no era mi caso,
porque también para recibir la información al día hay que estar como en una
estructura que te permita acceder a eso.
Rayuela:
Además que entonces era mucho más jodido, ahora hay mucho más acceso con todo
el tema de internet y demás...
M.
Torres: Claro, tenés mucho
para ver, profesores de música, libros, o sea, por lo menos hasta antes de la
devaluación, todo el mundo tenía acceso a instrumentos, ni hablar de internet,
claro, pero en esa época había que tener así como una gran vocación, ganas
de investigar, por ahí, por allá, tal tipo tiene tal disco...
Rayuela:
Pero a veces es un placer aparte, el hecho de que cueste más conseguir las
cosas, cuando lo tenés se valora de otra forma.
M.
Torres: Sí... pero es
relativo, te digo que en el momento en el que lo estás transitando, en ese
tiempo, no sos conciente de eso, no podés hacer una comparación porque, mirá,
yo quizás hubiera preferido que fueran estos tiempos, ¿me entendés? y son
como momentos que a uno le tocó vivir y chau, no es ni mejor ni peor, bah, creo
que es mejor ahora que un pibe si quiere estudiar bajo o guitarra mira y hay
cinco profesores, uno para el sur, otro en el norte y puede decir ¿donde voy?
estudio ahí, o me cambio, varias opciones y todas son buenas, hay un curso, una
clínica, acá el que pudo ir a Estados Unidos a estudiar fue, etc. es decir que
me parece más interesante que ocurra eso a que uno tenga que luchar con una
adversidad, etc. aunque, obvio que en el momento que me paso eso no había otra
opción y uno va forjándose según como le va la cosa pero... en mi caso, te
digo, no tenía otras opciones.
Rayuela:
Volviendo a la historia...
M.
Torres: ... sí, bueno, toqué
con Pollo Raffo, lo conocí en el ’79 y ahí eso me sirvió mucho, no se si
alguna vez se lo dije, pero como el ya venía de una formación más formal
musicalmente hablando me acuerdo que la primera vez que nos juntamos ya me dio
una pila de fotocopias de partituras... y yo leía música, pero no había
tocado nunca con una banda que trabajara de esa forma, así que ya ponerme a
estudiar esas partituras me permitió crecer en algo, aparte mi interés cuando
entro en un proyecto, ya sea así de cualquier índole, digamos dentro de lo
respetable, es que pueda aprender algo, hay cosas que viste, me proponen a
veces, que yo las elijo o no, según, independientemente del tema económico y
demás, que uno también tiene que medir en algún momento, pero creo que es un
poco así, siempre me interesó aprender algo de los proyectos en los que vaya a
formar parte, aunque en lo económico con la música en esa época cero, todo
esto que te estoy contando lo iba viviendo paralelamente a una vida “civil”
que incluía laburar, trabajé desde los doce años, pero en una fábrica, y
hasta los dieciocho, desde las siete de la mañana hasta las cinco de la tarde,
era como otro mundo...
Rayuela:
¿Y siempre de todas formas te hacías un tiempo para la música?
M.
Torres: Sí, y también
estudiaba; hice toda la secundaria, laburaba de día, estudiaba de noche y era músico.
Así a los dieciocho me recibí de perito mercantil y no podía trabajar en una
fábrica, entonces me cambié y obviamente arranqué de cadete en una oficina,
donde al poco tiempo empecé a crecer de alguna manera y pasé a lo que se llama
“Trainer” que es como una categoría de aprendiz, en una exportadora de
cereales donde estuve hasta al año ’81 y ya después no daba para más porque
laburaba muchísimo de músico y esa empresa me había ayudado mucho, era una
empresa alemana en la que ya no estaba con toda mi cabeza así que renuncié; te
digo que ellos me ayudaron un montón, con equipos, el contrabajo, ah, en el
medio empecé a estudiar contrabajo en el Manuel de Falla, así que hice muchas
cosas en ese tiempo, pero no tenía un rato libre siquiera, en eso tuve como una
frustración, porque para mí el día del estudiante no existió, no tenía
feriado y cuando todos iban para allá yo venía para acá, tenía que laburar y
el tiempo que tenía era para tocar, mi relación era generalmente con gente que
tocaba conmigo porque no tenía mucho vínculo con compañeros que no sean músicos,
pero no era una elección arbitraria...
Rayuela:
Claro, era una consecuencia...
M.
Torres: ... y sí, viste que
vas a la escuela y todos hablan de algo y... ¿de que me perdí muchachos? pero
bueno... era así.
Rayuela:
Hiciste mención a Weather Report, justamente por eso te pregunto lo siguiente,
es muy difícil en lo bajistas de hoy, después de Jaco Pastorius despojarse de
esa influencia, no sonar a Jaco, como lo que pasa con Miles y los trompetistas,
por lo tanto, ¿como viviste vos eso?
M.
Torres: Sí, entiendo lo que
me decís, lo que pasa es que mirá mi situación, yo venía tocando, y el
bajista de mi vida era Chris Squier, o sea un músico de rock, el bajista de Yes
y mi clic con el jazz y la fusión no lo produjo Jaco, sino Stanley Clarke...
Rayuela:
Otro monstruo...
M.
Torres: Sí, pero es
anterior a Jaco, digamos, yo lo conocí antes, entonces estuve como en una
especie de situación intermedia, empecé a tocar con los dedos por Stanley
Clarke, porque hasta que supe de él, tocaba con púa, como Squier, tucunk
tucunk tucunk, jaja, viste? era impresionante, a mí me encantaba y después
cuando lo escuche a Clarke te digo que... no sabía como hacer, yo no lo podía
creer que ese tipo tocara con los dedos, ¿como hacía? la verdad que fue un
tormento para mí, pero por otro lado te doy un ejemplo que lo uso generalmente
como especie de cuentito con los alumnos o quien necesite que le de un consejo,
les digo: yo pensé que iba a ser imposible tocar con los dedos y sin embargo
empecé y lo cómico es que muchos alumnos piensan que tengo como un don, que
toco así porque no se qué, y para mí era imposible tocar con los dedos y
empecé de a poco, empecé, empecé y al final salí adelante con eso, pero tuve
que laburar un montón porque era una cosa que conceptualmente no lo tenía en
mente, hasta ese momento todos los bajistas que yo había escuchado tocaban con
púa, además de que escuchar a Stanley Clarke fue una cosa... estrepitosa,
porque era increíble lo que tocaba...
Rayuela:
¿Armónicamente digamos?
M.
Torres: ...armónicamente
fue más con Jaco, Clarke en cambio me resultaba más “virtuoso” encima
tocaba el contrabajo, para mí en su momento fue el músico que yo quería
igualar, en todo caso, no en el estilo o el género, sino más bien en su manera
de tocar y después sí apareció Jaco, con quien me relaciono más musicalmente
y no tanto a nivel técnica, aunque obviamente toque fretless, saque todo lo que
pude sacar de él, etc. pero no me parece que yo toque en la onda de Jaco...
pero así como hablábamos de Miles antes, creo que Jaco tuvo su gran aporte a
la música primero por ubicar al bajo en un lugar individual con respecto a los
otros instrumentos y segundo, que es algo que sin querer yo venía un poco en
esa dirección, te quiero decir, por lo menos lo vi plasmado en un músico que
tocaba el bajo, que tocaba música de Bach, rock, jazz, le gustaba el blues...
Rayuela:
Otra apertura digamos...
M.
Torres: ... es que él era
un músico que por lo menos nos traía esa nueva noticia porque en realidad uno
no sabía de eso hasta ese momento, no es como ahora que ves una nota desplegada
de cuatro hojas que sale en la Guitar Player, aparte yo no sabía inglés, es
decir, es muy difícil enterarse, hay muchas cosas, que por ahí si yo hubiera
leído una nota de Crhis Squier me decía todo lo que el tipo hacía, que en
realidad el escuchaba otras músicas, todas cosas que uno no sabía, yo me hacía
una idea musical, imaginaba algo, una fantasía...
Rayuela:
A veces hasta ni la cara del músico conocés...
M.
Torres: Claro, mirá, con
Jaco me pasó algo en ese sentido, dramático, porque yo no lo había escuchado
y leía comentarios del tipo “un bajista que hace sonar el bajo como un piano
Rodhes” me quedó grabado y me pasaba días pensando como hacer sonar un bajo
de esa manera, es como una consigna, imaginate que a vos te dicen que hay un
tipo que hace los reportajes de espaldas y colgado, jaja, te vas a preguntar, ¿para
qué y por qué eso? entonces hasta que pude escuchar a Jaco me pasé un largo
tiempo imaginándome como sonaría... de hecho el primer disco que pude escuchar
de él lo conseguí en el centro así de casualidad, porque era en realidad de
Pat Metheny, Bright Size Life.
Rayuela:
El primero de Pat
M.
Torres: Claro,
en vinilio.
Rayuela:
Bob Mose en percusión, era un trío...
M.
Torres: Así es, un trío,
que yo lo compré por Jaco, aparte decía chiquitito así “Jaco Pastorius” y
bueno ahí lo escuché por primera vez y fue impresionante, era como una
revelación, ya te digo, otro concepto, otra mirada, un músico blanco, otra
formación, porque el músico negro tiene como muy arraigado el blues y el funk
y Jaco, norteamericano medio, otra visión musical, que a mí en ese sentido me
influenció mucho, claro que sí, cosas que yo enseño actualmente derivaron de
cosas que saqué de Jaco, eso ni hablar, pero para mí lo más importante de
Jaco fue su aporte de músico que incorpora todas las músicas a su mundo, y
creo que eso es lo que más admiro de él, me encanta eso y sigo escuchando su música
y discos, toda la fusión con lo étnico, viste que puso los steel drums y las
congas, percusión y por ahí en el medio salía con un bajo distorsionado,
cosas de Hendrix, Bob Marley o los Beatles, bueno y su música, increíble.
Rayuela:
Hablando de música étnica, muchos de tus temas están ligados a esa clase de música,
al jazz modal, me refiero al dúo con Pablo La Porta (prestigioso
percusionista), hermosa música realmente
M.
Torres: Tocamos el sábado
pasado con Pablo, impresionante, mucha gente, más de mil personas, la verdad
que increíble, también en Palermo para 15.000 personas, esa vez fue
demoledor...
Rayuela:
Ahí estuve y la verdad que sí, fue muy emocionante.
M.
Torres: Gracias, y para
nosotros fue rarísimo tocar ante tanta gente porque es un proyecto que muchos
no lo conocen...
Rayuela:
Además estamos hablando de una formación inusual, una música experimental
orientada de alguna manera hacia la llamada World Music, de una riqueza y
versatilidad inquietante
M.
Torres: Bueno es que es
eso... fijate como salió todo encima, ese proyecto surge como una cosa por
encargo prácticamente, porque justamente con Pablo tocamos en el Teatro Colón
cuando fue lo de Metrópolis, que era un concierto con una orquesta de dieciséis
solistas y entre ellos estaba Pablo La Porta, Pino Marrone (histórico
guitarrista argentino, fundador de Crucis y profesor en el Guitar Institute de
Los Angeles) pero digamos que era una obra bastante compleja, y ni tuve tiempo
de ver quienes eran los otros músicos, la verdad, no sabía quienes eran, así
que iba y hacía mi parte, estaba muy concentrado en eso y entonces surgió la
posibilidad de ir a tocar Metrópolis a Paris, me llama una directora de un
teatro de París y me dice “queremos contratarte para que vengas a tocar Metrópolis
acá y lo vamos a contratar a Pablo La Porta también” me acuerdo que la mina
me dice “hay un festival de música para la juventud” o algo por el estilo,
que se hacía en la Ciudad de Le Musique, que es una especie de barrio y
proyecto cultural en París, y me
propone: “por ahí pueden organizar algo entre los dos, entonces vienen, tocan
con la orquesta y además hacen un concierto ustedes” así que imaginate, para
nosotros era buenísimo, así que ahí nomás empezamos a ensayar y a ver como
íbamos a preparar ese show, hasta que por motivos económicos no se que pasó y
no se hizo eso, pero aunque no fuimos al evento, seguimos tocando y pese a haber
sido una gran frustración porque la idea era tocar allá, seguimos y al final
debutamos en Tribulaciones, Club del Vino y después en diferentes eventos,
inclusive tenemos proyectado grabar este año...
Rayuela:
¿Para cuando podría llegar a ser eso?
M.
Torres: Hay un pibe que nos
ofrece el estudio y todo, así que es bastante posible que en dos o tres meses
tengamos el disco.
Rayuela:
Sabés que hace poco hablando con Luis de La Torre, él me contaba que tenía
mucho material, de la época en que aún Guillermo Arrom no se había ido para
España; y que pensaban sacar un disco en vivo ¿que hay de eso?
M.
Torres: Sí, bueno, eso la
verdad que el que lo maneja es Luis, yo soy amigo de él, tocamos toda la vida,
justamente con el tocábamos con Pollo Raffo, así que es un amigo, pero el
proyecto RM Sur lo maneja él, si bien me pregunta sobre las cosas que vamos a
hacer y bueno, en el caso del disco ese sí, creo que ya está el material
listo, hicimos muchas grabaciones y hay cosas piolas, pienso que en cualquier
momento puede surgir.
Rayuela:
Mencionaste a Zappa, que hay del tema Black Page, que tengo entendido que lo están
tocando con Pablo La Porta
M.
Torres: Sí, bueno yo toqué
una vez de invitado, por esa época en que lo conocí a Pablo, un concierto en
el Teatro San Martín y toqué Black Page que es una obra también muy difícil...
Rayuela:
¿Tocaste la línea melódica en bajo?
M.
Torres: Sí, todo, hice un
solo y toda la melodía, casualmente relacionado con eso, ¿viste Paralelo 33,
el grupo de P. La porta? ellos fueron al festival a Francia y Pablo me llamó
para pedirme si yo tenía un tema medio latino o algo así, entonces yo le
compuse un tema y bueno, lo tocaron allá en Francia...
Rayuela:
De los temas tuyos, me gusta mucho Jaco’s Blues...
M.
Torres: Jaa, sí, obviamente
es un tema a Jaco… generalmente todos los temas que hago tienen algún punto
de inspiración o surgen a partir de algo en lo que venía pensando y bueno le
dediqué uno Jaco y ya fue...
Rayuela:
Justamente en Palermo hiciste mención a ciertos títulos que ponías
provisoriamente como el de Kalimba’s Song
M.
Torres: Y no, el tema era
con Pablo tocando Kalimba y eso fue lógico.
Rayuela:
Un viaje por todos los ritmos latinos posibles....
M.
Torres: Sí, pero eso te
digo que para mi no es forzado, porque pertenecemos a América Latina y aunque
no es lo mismo el que te toca chacarera u otras músicas latinas, de alguna
manera esta todo relacionado directamente con la música africana y cuando te
metes en el mundo del bajo, el bajo es ritmo, entonces aparece el tumbado, la
bossa, el samba brasilero, etc.
Rayuela:
Te he escuchado hablar del seis ocho africano también
M.
Torres: Claro, también,
porque es como que el bajo en realidad tiene una gran ventaja o desventaja,
depende como se mire, porque es un instrumento muy nuevo, teóricamente, al
menos en comparación con los otros y es necesario conocer todos los estilos
posibles, o sea, dentro del rock, el blues, el jazz, el funk, lo latino, la fusión,
latin jazz, folclore, tango, ya hoy en día te encontrás con muchas bandas
actuales que incorporan todos esos elementos, así que necesitás por lo menos
tener una referencia, no conocerlos a la perfección pero un poco tenés que
conocer.
Rayuela:
Algo de eso pasa con la música de Lito Vitale, que él es de incorporar
elementos de géneros bien distintos, ¿como trabajaste con él en ese sentido?
M.
Torres: Y sí, fue así, con
Lito en cierta manera tenemos un background o historia musical bastante
parecida, aunque obviamente que él es un tipo muy reconocido, pero pienso que
en lo profundo de nuestra relación musical esta eso y fue muy bueno, fue una época
en la que la verdad que lo disfruté mucho, fue muy importante y me sirvió para
crecer, para asentarme más y en lo que yo hacía, la música de Lito fue como
un contorno en el que pude explayarme con mucha libertad y eso fue muy bueno.
Rayuela:
¿Cómo era trabajar con él en cuanto a lo estricto o no que era para la
interpretación, estaba todo escrito o había mucho espacio para la creación de
cada músico?
M.
Torres: No, no había nada
escrito, yo hacía mis arreglos de bajo y en general toda la música dentro de
lo que es el proyecto Lito Vitale, claro que podía haber obviamente
sugerencias, pero lógicas, porque era su música; podía pedir determinada
performance pero más o menos era como un lenguaje muy cómodo para mí.
Rayuela:
¿Y con los Socios del Desierto?
M.
Torres: Y con Spinetta también,
fue muy bueno, porque justamente después de tocar con Lito Vitale y toda una
especie de cosa muy buena con él, era muy difícil para mí decidir hacia donde
ir, primero porque en cierta manera cuando salí del cuarteto de Lito, sacaba mi
primer disco que se llamaba Dad Blue y en ese momento mi interés era
desarrollar eso pero apenas termino con Lito, me llaman para tocar con Adriana
Varela, a través de Esteban Morgado, que es un amigo mío, quien dirige el
grupo, así que me pareció interesante porque yo no había tocado tango así más
bien tradicional, viste para mí tradicional pero para los tangueros no era
tradicional, pero bueno, la manera de acompañar, el tema de conocer un poco la
onda como acompañar en tango, saber un poco los diferentes ritmos de tango, los
clichés, etc. y me pareció que en ese sentido iba a aprender algo. Y después
surgió lo de Spinetta, que fue a través de otro amigo, Ciruelo Cabral, un
dibujante, que hizo la tapa de Dad Blue y de la película que hizo la música
Aznar, él me presentó a Spinnetta y estuvimos hablando un rato, entonces
pasaron dos o tres meses y me llamó para tocar, así como para zapar con Wirtz
el baterista y así surgió, estuvimos unos cuantos meses tocando hasta que en
un momento se confirmó que iba a ser un grupo en concreto y ya de ahí
estuvimos tocando un montón de tiempo, la verdad que en cierta manera me había
planteado en algún momento tocar con Spinnetta, grabar algún disco o algo pero
ya grabamos seis discos así que superé la expectativa.
Rayuela:
Cuando ibas de chico a ver a Spinnetta ¿fantaseabas con tocar con él alguna
vez?
M.
Torres: Y fui varias veces,
pero no, la verdad que no, en general no soy un tipo que fantasee nada, si bien
por ahí es un error, pero pienso más que nada en cosas que puedo hacer y que
dependen de mí, en ese sentido tampoco tengo una expectativa porque también es
frustrante pensar toda la vida que vas a tocar con Spinnetta y no poder tocar,
pero no es que hago ese mecanismo para no frustrarme, sino que no se me da así,
o sea, pienso que me gusta algo, esos músicos, tengo una atención más con
unos que por otros y si surge la posibilidad de tocar con ellos lo hago pero no
es que tenga esa meta, ni otra tampoco, la música para mi surge como algo
natural, tampoco pensaba vivir de la música ni ser un tremendo bajista, ni
bueno ni malo, no se como toco el bajo pero, ni tocar el piano, la guitarra,
todo fue surgiendo muy naturalmente, como ser compositor, armar temas, nunca lo
imaginé, grabar discos, la verdad que son como cosas que ocurrieron y en eso
creo que hoy en día hay una diferencia, como que ahora todo lo que se genera
tiene que tener una consecuencia instantánea y en ese sentido también es
bravo.
Rayuela:
¿Vos decís que hay como una ansiedad que le exige enseguida reconocimiento a
la gente?
M.
Torres: Y claro, es
tremendo, creo que para un músico y para cualquiera, en cierta manera nos
estamos yendo un poco más a un tema social, hay tanta frustración, tan poca
visión de futuro, más que nada para los jóvenes y se busca desesperadamente
poder generar algo que por ahí es momentáneo pero uno no lo sabe.
Rayuela:
Voy a hacerte la que fue una típica pregunta de la vieja revista El Musiquero,
que le dirías a un músico que esta empezando?
M.
Torres: Jaja sí y en cierta
manera todo lo que venía diciendo antes, básicamente sentir la música como
una cosa integral, es decir, uno no es músico una hora a la semana,
principalmente la música te capta, no se como explicarlo pero es como un
impulso, una sensación que te da primero escuchar música y entonces empezás a
sentir que esto es impresionante y te hace sentir bien y después pensás en que
vos también podés hacerlo, creo que debe ocurrir como ese proceso, el músico,
y por ende el estudiante de música debe sentir la necesidad de eso, pero no
como una obligación, querer escuchar música, estudiar, disfrutar todos los
momentos y etapas hasta que se conforma como músico, creo que es eso lo
importante, para que no sea una carga, yo te hablaba de todo eso hoy y viste que
hay que trabajar, como en todo, pero si es una carga no sirve de nada y eso es
lo más importante, más allá de lo que se haga de estilo, la técnica o el
virtuosismo, tratar de que sea universal en el sentido de que todo aporta tanto
a nuestro nivel humano como artístico, viste que algunos te dice “’¡no!
saca eso...” y no, tenés que fijarte, es decir, si hay algo que no te gusta
tenés que escucharlo y saber porque, entonces decís no me gusta por esto y
listo, pero también puede surgir algo y encontrás que eso esta bueno, o hay un
elemento que podes tomar y vas controlando, también es ir separando las cosas,
no todo es igual, todo tiene su sentido, vivir la música como un todo y uno
integrado ahí, dentro de la música, llevarlo a toda nuestra faz y actividad...
Rayuela:
Recuerdo en un concierto haber escuchado como aconsejabas a tu público revisar
su paz interior...
M.
Torres: Y es que sí, la música
tiene que servir para hacer algo bueno, no solo para nosotros sino para los demás
también, además de que si a mí me hace bien, voy a estar mejor y
probablemente ya trate mejor a la gente que este a mi alrededor y aunque no
necesariamente siempre es así, es bueno tener como una especie de augurio de
que eso ocurra.
Finalmente,
después de haber dialogado con una persona tan maravillosa, salimos
reconfortados y con la feliz sensación de haber recibido valiosos regalos de la
palabra de un verdadero maestro. Por un instante la violencia, codicia y
superficialidad de las ciudades pareció dejar de existir abriendo portales para
ingresar a un mundo de genuinas y bellas emociones. Luego, la gente estaba empeñada
en ver el cadáver de la última víctima arrollada por un tren. Que ironía.
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