Vuelo, sobredosis y resurrección. A dieciséis años de la muerte de Shannon Hoon, Blind Melon sigue luchando contra
el estigma del one hit wonder.
Probablemente, la vida útil de esta banda nacida en California sobre el último polvo de la década del ‘80 tuvo su final en la madrugada del 21 de octubre de 1995, cuando Shannon Hoon, un torbellino creativo devenido en rockero yonqui, era encontrado muerto en el autobús de gira después de una noche en caída libre. En ese momento, el peso específico de una de las mercancías mejor catapultadas por MTV se hacía pedazos y el cliché ya se tornaba verdaderamente aburrido.
De todas formas, el caso de Blind Melon nunca resultó algo lineal. Se hicieron grandes con el primer corte de su disco debut –sin dudas, el tema menos representativo de todo su catálogo–, y de ahí empezaron a gestar una historia algo generosa, pero también incómoda. No Rain, tema que mezclaba psicodelia folk, un riff de guitarra simple y pegadizo, y un video memorable protagonizado por una muchachita nerd vestida de abeja, rotaba hasta el hartazgo. A eso se le sumaba la tibia amistad de Shannon y Axl Rose –dupla inmortalizada en la azotea de un rascacielos para el video Don’t Cry–, que los llevó a girar en varias oportunidades junto a los Guns’n’Roses. Talento y fortuna, todo junto.
Sin embargo, puertas adentro las cosas no resultaban tan geniales. Hoon perdía libertad, el mercado pedía más mensajes livianos y videos coloridos, y ellos se mostraban cada vez más ensimismados, crípticos e intentando sobrellevar el peso del vuelo fugaz, hundiéndose en drogas y componiendo canciones de profundo existencialismo y belleza (Walk o Change son de lo mejor) que no contaron con la repercusión del primer tiro.
Aquella madrugada de octubre, el cuerpo de Hoon recibió demasiada cocaína y terminó colapsando. Kurt Cobain había sido la baja reciente más dolorosa y lo de este pelilargo –empecinado a ir por fuera del grunge, tan amante de Janis Joplin como de Led Zeppelin y Creedence– significaba un nuevo ladrillo en el muro de los lamentos del rock americano. Era el nacimiento de un nuevo héroe de culto.
Casi instantáneamente, sus compañeros buscaron superar la pérdida contratando un reemplazo para seguir con la banda, aunque sin suerte. “Después de la muerte de Shannon, estuvimos como un año buscando un cantante sin que surgiera nadie demasiado en serio”, dice al NO el baterista Glen Graham al teléfono desde Los Angeles. “Así que toqué en varias bandas. Glenn, Roger y Christopher produjeron e hicieron álbumes para otros grupos. No estuvo genial, no era lo que queríamos hacer, pero era lo que podíamos en ese momento.”
Sin embargo, casi espontáneamente, y una década más tarde, Blind Melon concebía en la figura de Travis Warren (ex Rain fur Rent) a su nuevo cantante. “Bueno, él vino a nosotros, ya nadie estaba ni siquiera remotamente pensando en buscar un reemplazo”, aclara Graham. “Apareció de la nada, fuimos a L.A., trabajamos alrededor de una hora, tocamos como diez canciones dos veces... Y ya en el primer tema fue obvio. Nos sentimos extremadamente afortunados de tenerlo en nuestra banda: hace un gran trabajo, suena muy bien en vivo y además compone muy bien.”
Ahora la banda realiza tours esporádicos cada vez más breves, tiene grabados algunos covers para editar, prepara un documental que saldrá a fin de año con 500 horas de material inédito de Hoon junto a sus compañeros –dirigido por el fotógrafo de rock, Danny Clinch–, llega por primera vez a Sudamérica y, por supuesto, se presta a hablar del pasado.
–¿Por qué crees que No Rain, el tema menos representativo de la banda, fue tan especial para la gente?
–Creo que en eso tuvo mucho que ver el video y la niña-abeja. Lo pasaron tantas veces en USA y en el resto del mundo... Tiene un mensaje que no tiene nada que ver con la canción. Vos me entendés... De encontrar a tu gente, el lugar a donde pertenecés.
–¿La niña-abeja del video es tu hermana?
–No, sólo la de la portada del disco. Mi hermana tenía 25 años cuando hicimos ese disco. Se trata de Heather Deloach, la consiguió el director y... bueno, resultó perfecta.
–Contame algo de Shannon, como amigo, como persona...
–Bueno, él era probablemente la persona más loca que conocí en mi vida; y lo digo con respeto y afecto. Decir sólo espontáneo sería una subestimación. Era de esos tipos que lideran el ambiente. Cuando estabas en un cuarto, era al que más escuchabas, era la persona principal y también el último en irse. Era encantador. Más tarde en su vida se metió en ciertas actividades que terminaron por erosionar su salud, pero era un gran tipo.
–¿Era tan salvaje como la gente cree?
–Hmmm... ¡Sí, definitivamente, ja ja!
–¿De alguna manera llegaron a sentirse responsables por su muerte?
–Yo no sé si diría que alguno se sintió culpable. Bueno, todos hicimos cosas juntos... pero nadie estaba a la altura de Shannon. O sea, Shannon era como el proveedor, era el que empujaba, el dealer, todo. O sea, creo que él se habría sentido culpable si uno de nosotros hubiera muerto de esa forma; no a la inversa.
–¿Todavía lo extrañás?
–Oh, sí, todos los días. Cuando él murió, yo estaba destrozado... Pensé que no había manera de poder seguir sin Shannon. Lo extraño como persona, como compañero de banda, como compositor, como colaborador en la vida, en todo sentido. El era único. El hecho de que Travis esté siquiera dispuesto, o tenga las bolas para hacer esto, es increíble para mí. Es que los zapatos de Shannon son difíciles de llenar, ¿sabés?
Shanon Hoon
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