La
historia de la música popular está llena de curiosidades, y si bien
existe cierto consenso en que el mejor y más popular grupo de rock de
todos los tiempos no escapa de la terna integrada por los Beatles, los
Rolling Stones y Pink Floyd, durante las décadas del ’60 y ’70 existió
una cuarta banda que –al menos en la Argentina– supo poner en discusión
ese precepto, no en lo concerniente a la calidad musical, pero sí desde
el termómetro que entrega la popularidad. Los vinilos de Creedence
Clearwater Revival estuvieron presentes en las casas de los adolescentes
tanto o más que sus contemporáneos ya mencionados, dando inicio a una
relación de amor que persiste hasta hoy, con varias visitas al país de
su versión Revisited, con la que tocarán hoy en el Luna Park.
La formación original de CCR (los hermanos Tom y John Fogerty en
guitarras y voz, el bajista Stu Cook y el baterista Doug Clifford) dejó
siete álbumes en sólo cinco años de carrera, después de los cuales tuvo
lugar un sinfín de problemas legales con su compañía discográfica y
entre ellos mismos, cuya consecuencia principal fue la negativa del
vocalista y compositor a tocar canciones de su antigua banda y la
decisión de los restantes miembros vivos (Tom murió en 1990 a causa del
Sida) de continuar con un nombre distinto, pero parecido. Al otro lado
de la línea –en su casa de Nevada, desde donde atiende el llamado de
Página/12– Clifford no parece preocupado por la distancia con su ex
compañero de banda, aunque admite haber invertido mucha energía en ese
tema. Hoy, a los 66 años, su búsqueda pasa por otro lado: “esta
formación ya lleva 17 años en la ruta, más de lo que duró el Creedence
original”, se justifica.
–Al menos en la Argentina, en algún momento Creedence fue tan
popular como los Beatles y los Rolling Stones. ¿Usted cree que la banda
recibió todo el crédito que se merecía?
–Que hayamos tocado para tantas generaciones demuestra de alguna
manera que sí, y parte de nuestro trabajo actual es mantener vivo el
espíritu de Creedence. Creo que hoy debemos formar parte de la rotación
del 90 por ciento de las radios de rock clásico y eso –junto a que la
gente sigue yendo a vernos– considero que eso es lo importante, más que
ponernos a la altura de Beatles o Stones.
–¿Siente algo especial cuando en el público ve a padres e hijos compartiendo un mismo show?
–Me da orgullo. Somos una banda de tres generaciones, que los padres
fueron pasando a sus hijos, o los hermanos mayores a los más chicos. Ya
podríamos empezar a contar una cuarta generación que nos escucha, y si
todo sigue así, hasta quizá nos vea en vivo. Es el mejor cumplido que
podemos tener: ver que la gente sigue viniendo a nuestros shows y los
disfruta.
–Roger Waters está concretando nueve conciertos en River. Paul
McCartney, John Fogerty y muchos otros músicos también dieron ejemplos
de masividad en Buenos Aires. ¿Siente que en la actualidad hay un
excesivo revisionismo musical?
–En los ’60 y ’70 tuvo lugar un gran renacimiento de la cultura
popular, tanto desde el lado de la política como en la cultura y lo
social, los movimientos por los derechos civiles, la guerra de Vietnam y
tantas cosas que pasaron en aquel momento. ¡Y todo al mismo tiempo! Era
lógico que todo eso quedara reflejado en la música de una manera tan
definitiva, había mucha energía para volcar creativamente. Creo que el
rememorar toda esa época ahora tiene que ver con eso.
–Hoy se nota la influencia de Creedence en muchos artistas
actuales, como Kings of Leon, Jack White o Peter Doherty. ¿Escucha nueva
música?
–Escucho, pero debo admitir que no tanto como debería. Aprecio el
hecho de que hayamos sido capaces de influir sobre otras bandas. Uno
hace las cosas lo mejor que puede, y entre tanta música que existe y
existió, es un placer formar parte de ese grupo privilegiado de bandas
que dejaron un legado.
–A través de los años, Creedence tuvo muchos problemas legales con
Fantasy Records, y hoy pareciera que las compañías ya no son necesarias
gracias a Internet y a las nuevas formas de dar a conocer la música.
¿Tiene alguna posición tomada al respecto? ¿Qué opina de SOPA?
–Por desgracia, las discográficas todavía existen, y por lo que veo
siguen viviendo en el pasado. No le hacen bien a la música y, te soy
honesto, creo que ni ellos saben qué o quiénes son en este momento, ni
qué papel cumplir, porque siguen recurriendo a las mismas prácticas y no
aprendieron a hacer negocios de otra manera. Los tiempos cambiaron y no
van a volver a ser como eran, ellos ya hicieron mucho dinero con su
negocio y ahora todo es diferente, porque las bandas siguen existiendo y
sacando discos sin compañías de por medio, y encima no las necesitan
para vivir, porque los grupos ganan plata con los shows en vivo.
Entiendo que la industria se sienta robada por los piratas, pero ésta es
la realidad ahora. Tengo un montón de preguntas acerca de qué rumbo van
a tomar las cosas, sólo espero que sea para mejor.
–A ustedes se los ve muy conformes haciendo lo que hacen, pero la
misma pregunta sobre una reunión con John Fogerty suena una y otra vez.
Incluso él mismo declaró en la versión americana de Rolling Stone que
estaba considerando la posibilidad de volver a tocar con usted y con Stu
Cook. ¿Qué hay de cierto en todo eso?
–La verdad es que es un poco gracioso que él diga que está abierto a
una reunión y que haya sacado ese tema, porque cada contacto que
intentamos desde nuestro lado tuvo la misma respuesta: no está
interesado en juntarse de nuevo. No estoy seguro qué motivó que él
dijera eso, pero sí estoy seguro de que eso no va a suceder, y la verdad
es que está todo bien por mi parte, porque si bien durante mucho tiempo
esperé que eso pasara, ya no. Estoy muy contento con esta formación que
ya lleva 17 años en el camino. Nos queremos como hermanos. Por supuesto
que también somos felices si John es feliz con lo suyo. Al fin de
cuentas, parece que lo está.
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