Adrian Belew El ex guitarrista de King Crimson dio un show original y contundente.
Adrian Belew tocó con Frank Zappa y David Bowie. Integró Talking Heads y fue cómplice necesario de Robert Fripp en la segunda etapa de King Crimson. Sin embargo, no trabaja de vieja gloria del rock, como demostró en una presentación porteña que poco tuvo que ver con la nostalgia o con el regodeo condescendiente con los éxitos de ayer.
Cuando se quedó a solas en el escenario para interpretar su tema Drive , empezó a quedar clara cuál es la búsqueda actual del guitarrista estadounidense. En medio de la composición, Belew desarrolló una versión propia de Within you, without you , compuesta para George Harrison para Sgt. Pepper y una de las canciones menos recorridas de los Beatles. La elección marca un rumbo: recomenzar desde el lugar más inesperado una historia, como la del rock, que siempre está reescribiéndose y no siempre de la mejor manera.
Obviamente, su plataforma de lanzamiento es King Crimson. No sólo porque pronuncia el nombre del grupo casi como una contraseña al comienzo del recital, por haber elegido dos temas crimsonianos como bises ( Three of a perfect pair y Thela Hun Ginjeet , o por la contundente versión de Dinosaur , del álbum Thrak . Sino porque la banda liderada por Fripp fue el más autoexigente intento por no entregarse a ninguna forma externa a lo que exige la música. No casualmente, uno de sus discos se llama Discipline . Pero cuando Fripp parece haberse dedicado a otros proyectos, como sus multitudinarias convocatorias de guitarristas o sus discos ambient con Brian Eno, Belew sigue firme en el territorio del rock.
Para ello cuenta con un tremendo power trio que completan la sorprendente Julie Slick en un incansable bajo lleno de matices y Marco Minnemann, un baterista alemán que, pese a ser una máquina rítmica, no transpira en ningún momento. Se les notan las horas de ensayo y escenario, las necesarias para que todo aquello que ha sido previamente pensado suene nuevo y espontáneo.
Belew tiene claro su proyecto y no se baja nunca de una determinada atmósfera rítmica que no cede a supuestos equilibrios. No hay en la poco más de hora y media de recital lugar para baladas o temas fáciles. La lección aprendida en Crimson es que el lirismo no es necesariamente pacífico, que se puede ser sentimental sin bajar la intensidad.
A esta altura de su carrera, la guitarra parece no tener secretos para Belew, aunque pareciera estar siempre pidiéndole un sonido más, un matiz diferente. Aunque nunca cae en el exhibicionismo ni en las escalas a velocidad supersónicas de tantos guitarristas, no deja de sorprender la variedad de sonidos que extrae de su instrumento y que incluyen distorsiones, un uso inteligente del wah-wah, la combinación incesante de los pedales y de sonidos pregrabados. Incluso hay lugar para algún efecto humorístico, como pasar la toalla por las cuerdas luego de secarse la transpiración. A eso suma una voz acostumbrada a cantar en ese clima de altos decibeles.
En medio de la acústica poco convencional del Samsung Studio y ante 400 personas que empezaron entusiastas y terminaron al borde de la fascinación, Belew demostró que el rock sigue siendo un universo abierto y con mucho qué decir.
Primero fue con David Bowie. Luego, como integrante de King Crimson. Más adelante, acompañado sólo por su guitarra acústica. Hace unos días, a punto de viajar a la Argentina junto a su power trio , Adrian Belew confesó, desde Nashville, estar ansioso por mostrar su proyecto personal.“Con King Crimson pasé un mes en Buenos Aires, donde escribí Dinosaur , y donde compusimos temas de Thrak ”, recordó el guitarrista. Y aseguró tener muy buenos recuerdos de aquellos conciertos.
¿Por qué eligió el formato de trío para su proyecto personal?
Por varios motivos. Por un lado, quería estar en la situación de ser el único guitarrista, estar obligado a tocar más. Por otro, creo que en el contexto de un trío se sabe bien qué rol cumple cada uno, y la música es más clara. Además, amo la idea de poner mi material en este formato. Adquiere otra frescura. Finalmente, es la formación más pequeña y barata para girar.
¿Cuál es la base del repertorio?
La idea es tocar algunas cosas de Crimson, y mucho de mis discos solistas. Es un show muy poderoso, energético, agresivo.
¿Cómo eligió a los músicos?
A Julie Slick y a su hermano, Eric, los conocí hace cuatro años, cuando tenían 19. Es una gran bajista. Una cruza de John Wetton con Chris Squire y Jack Bruce. A Marco Minnemann, lo convoqué cuando Eric dejó el grupo. Para mí, con Bill Bruford, Pat Mastellotto y Terry Bozzio, entre otros, está entre los mejores bateristas del mundo.
Una de sus sellos es el uso de efectos sonoros extraños. ¿Con cuántos pedales vendrá a la Argentina?
Hace un tiempo que estoy trabajando, con éxito, en la reducción del número de pedales. Ahora puedo trabajar con la laptop, y hacer lo que acostumbro con menos equipamiento. Controlo más los sonidos, y mi guitarra está sonando mejor que nunca.
Para Belew, su trío es una especie de síntesis de una carrera que se disparó a fines de los ‘70, cuando Frank Zappa lo sumó a su banda.
“Me cambió la vida. Fue el primer maestro formal que tuve. Un maestro generoso que me dio un curso acelerado sobre cómo hacer música, grabarla, masterizarla, editarla, tocarla en vivo”, resume.
Después, su etapa como guitarrista de David Bowie lo transportó a “otra estratósfera”.
“Cuando estás con una superestrella, todo lo que hacés tiene más repercusión. Y eso es fantástico”, explica Belew, que en su relato saltea el período Talking Heads / The Tom Tom Club para detenerse en su incorporación a King Crimson.
“Fue muy importante para mí, porque fue la primera vez que hice las cosas que durante mucho tiempo había esperado hacer. Era cantante, frontman, compositor, era el socio de Robert Fripp a la hora de tocar guitarras. Probablemente buena parte de mi legado esté en el trabajo que hice allí”, admite.
¿En qué estado está la banda?
Estamos en un break . Hace unas semanas hablé con Robert, y me dijo que por un año, o algo más, deberá resolver algunas cuestiones personales y otras, financieras, de la banda. La buena noticia es que su intención es, después, trabajar en nuevo material.
En función de que su música tampoco es muy comercial, ¿cómo solventa su propio proyecto?
Hemos armado una estructura pequeña, que nos permite mantener el trío, hacer giras y grabar los discos que yo quiero, sin pensar cuántos voy a vender. Creo haber logrado un espacio en el mundo de la música, de modo que la gente que quiere escuchar lo que hago, sabe dónde obtenerlo. No tengo que satisfacer a una compañía, de modo que hago lo que me da placer. Tengo el privilegio de pasar la mayor parte de mi vida haciendo cosas creativas. Y no quiero parar.
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